
Fundéu, por su parte, ha tenido una semana tirando a floja, demasiada ortografía para nuestro gusto. Comenzó explicándonos (aquí) que los nombres de los principios activos de las medicinas se escriben con minúscula inicial mientras que para los nombres comerciales debe utilizarse mayúscula salvo cuando se hayan convertido en denominaciones genéricas como ocurre en los casos de curita, tirita o aspirina.
El martes, al hilo de las primarias americanas, nos recomendaban utilizar Nuevo Hampshire en vez de New Hampshire, mientras que al día siguiente se matizaba como "toda desnutrición es una malnutrición, pero no a la inversa" (enlace).
Nos ha sorprendido una ausencia entre las voces formadas con el falso sufijo -kini que se citan en ese último apunte. Ahí están trikini, microkini, tankini, en este recomiendan cursiva, o fatkini que proponen españolizar como maxikini. Ahí nos da que patinan intercambiando continente y contenido en el concepto nacido como hashtag.
Pero seguro que vds. también han echado en falta el monokini que, en propiedad, no es el medio bikini al que solemos hacer referencia en el lenguaje coloquial. El auténtico, una creación del año 1964 de Rudi Gernreich, tiene entrada propia en la Wikipedia, aunque, de momento no en castellano.
Todo este lío de los kinis merece alguna entradita mas, esperemos que se animen pronto.

No se nos olvida dar las repuestas al juego con el que comenzábamos: luquete, recazo, antimacasar (no pasen por alto que en esta la Academia mantiene en la definición la coletilla "para que no se manchasen con las pomadas del cabello"), crencha, sangradura y jeme.
El actor conocido como MAM demostró en la última unas escasas aptitudes mensoras al lanzarse a cifrar su longitud en veinte centímetros, ¡huy esos referentes!, cuando tradicionalmente se establece en algo menos de 14, medio pie castellano, de ahí su etimología derivada del latín semis (mitad). Añadimos un interesante enlace sobre ese término que incluye el poema “Turuleque me llaman” en el que el gran Quevedo le da uso. Y ya nos gustaría que los fórmicos guionistas dieran a la srta. Hazas algunos apuntes cultos adicionales con los que pudiera enriquecer sus desparpajadas explicaciones.

Cierto que no era un reto sencillo encontrar una buena ilustración, pero también es verdad que el fin de semana previo nos había brindado un magnífico ejemplo. ¿Cual de los políticos que siguen opinan que habría prestado una buena imagen al artículo sobre reinventarse?
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