El pasado fin de semana estuvo marcado por el ataque informático WannaCry, así que Fundéu publicó, ya el domingo, un apunte con la recomendación de utilizar programa maligno mejor que malware. También incluyeron una referencia al ramsomware (de ransom, ‘rescate’), un anglicismo para el que propusieron como alternativas programa secuestrador y programa chantajista. No gusta más la segunda.
Es notable que hasta el escasamente sensible a la actualidad Martes Neológico optó por un término relacionado con el sonado ataque. El escogido fue el anglicismo hackear que utilizamos para hacer referencia a la acción de acceder de forma no autorizada a un sistema informático.
Fundéu también dedicó su apunte del miércoles a esos accesos, en su caso para explicar las diferencias entre hacker y cracker: el primero es un genérico para designar a quien se introduce en sistemas informáticos ajenos y el segundo para quien lo hace con fines ilícitos (y muchas veces dañinos, añadimos nosotros).
Retrocedemos hasta el lunes para comentar que los urgentes nos recordaron ese día que tanto imán como imam son formas válidas para aludir a los guías o jefe religiosos (y, a veces políticos, apunta el Drae) del Islam.
Lo publicado el martes tuvo orientación sintáctica puesto que fue una recomendación de utilizar el giro 'a menos que', mejor que 'a menos de que'. Anotado.
El impeachement, incluso aunque no llegue a producirse, creemos que ya tiene méritos suficientes para formar parte de las finalistas a 'palabra del año'. Y si llegara a materializarse se convertiría en un muy probable ganador. Y es que es notorio que ese término viene siendo utilizado casi desde el mismo día de la toma de posesión de Trump. Así que Fundéu, muy a los suyo, nos propuso el jueves las un poco cacofónicas alternativas proceso de destitución y procedimiento de destitución. Nos da que no cuajarán. Añadir que ese mismo día hubo un segundo apunte dedicado a promocionar la expresión '(escándalo de la) trama rusa' como alternativa a Rusiagate. Trama creemos que tiene más gancho lingüístico, pero ya se verá si prende el consejo.
Como último apunte de la semana unas recomendaciones sobre la terminología propia del fútbol femenino. Si se animan a leerlo verán que procede decir 'la técnica', y no 'la técnico' ni el contraetimológico 'la míster'. La jugadora encargada de defender la portería puede ser arquera, cancerbera, meta, guardameta y hasta la malinterpretable portera. Curiosa, también, la problemática que plantea denominar a las jugadoras que atacan por las bandas. El diccionario prefiere 'la extremo derecha/izquierda', suponemos que para evitar las feas connotaciones que provoca decir 'la extrema derecha/izquierda'. Imaginen acceder desprevenidamente a una locución que diga 'lidera el ataque la extrema...'
Pasamos al diario El País para comentar que Álex Grijelmo se ocupó, con bastante retraso, de la famosa carta plagada de errores que Javier Fernández dirigió a Pablo Iglesias. Ortografía pringosa tituló esa reconvención al muy discreto presidente del Gobierno del Principado de Asturias y de la gestora del Psoe.
En el mismo periódico, nos ha parecido curioso el artículo que dedica el suplemento Verne a los pseudohaikus que compone con lomos de libros el profesor del Conservatorio de Música de León Juan Luis García. Traemos uno que, a más de gustarnos, nos parece apropiado para el momento político. Y es que amén de la ruptura del Psoe que se inicia mañana, ayer mismo veíamos a la chica del chico desvelando ese pequeño detalle 'sin importancia', ungidus dixit, de quien iba a ser el candidato de la moción de censura. Y, ¡ay que sorpresa!, se ha resuelto designando al que, según ha dicho la dama, es el "único" que no le tiene miedo al PP. Quien puede tener la crueldad de reprochar semejante muestra de amor. Vean como imaginamos a la moza en el próximo carnaval:
Vamos con cosas realmente interesantes. El Laboratorio del Lenguaje del Diario Médico publicó el domingo una reseña del libro de microrrelatos 'Las enfermedades imaginarias' (2009) escrito por el médico Iván Carabaño e ilustrado por Clara Martínez «Klarusk». Se incluye el texto de dos de ellos cuya lectura les recomendamos abiertamente, así que no dejen de seguir este enlace. Y sepan que a nosotros leucopenia también nos parece una palabra triste. En el fondo y en la forma.
El martes Fernado A. Navarro publicó Cantabrismos médicos, un apunte que inicia recordando su descubrimiento de la palabra chon durante el periodo de 'residencia' en Valdecilla. A partir de ahí ya utiliza como guía el libro "Aforismos, giros y decires en el habla montañesa" (Universidad de Cantabria, 1993; edición de Tomás Labrador) de Antonio Bartolomé Suárez de donde entresaca una buena lista con algunos tan curiosos como frutarse o 'tener ojos de miracielo'. Las soluciones pinchando el hipervínculo anterior.
El siguiente artículo estuvo dedicado a Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179), la primera mujer médico de la que hay constancia histórica en Europa. Una monja que produjo tan valiosos y variados textos que acabó por convertirse en la patrona de filólogos y esperantistas.
Leemos en el CVC que esto último es debido a su libro 'Lingua ignota' que está escrito en un lenguaje propio basado en un alfabeto de 23 letras. En ese mismo enlace también se apunta que en 2012 la polígrafa monja germana fue proclamada "Doctora de la Iglesia" por Benedicto XVI en el mismo acto en que también lo fue el santo español Juan de Ávila (1499-1569).
Para complementar la ilustración incluida en el blog médico, nos hemos traído de la colección de la Biblioteca Statale de Lucca (ca. 1220-1230) la representación de la escena en que tiene una de sus famosas visiones en presencia de su secretario, el monje Volmar, y su confidente, la monja Ricardis de Stade.
Y si se han quedado con ganas de más, dos mil y pico palabras bien conjuntadas encontrarán en el artículo 'Memento mori' publicado por José Manuel Pedrosa en la sección Rinconete del Cervantes Virtual. Un curioso repaso del trato que ha dado a sus ilustres muertos el que un periodista reseñó como 'un país donde los huesos del Cid se conservan metidos en una cómoda vieja, sobre la cual suele tender una servilleta para almorzar sardinas o pisto el portero del ayuntamiento de Burgos'.
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