Peste de vocalización tituló Alex Grijelmo su artículo del pasado sábado en el que se adentra en la polémica sobre la dicción de las actores de la serie 'La Peste'. Y opina que el problema no está en el acento andaluz que Susana Díaz se apresuró a enarbolar como victimista bandera, sino en la muy pobre vocalización de muchos actores. Pero es el precio a pagar, y esto es de nuestra cosecha, por llenar los repartos de gentes muy mediáticas, pero con cuestionable formación en el oficio.
El periodista también aporta una interesante lista de anacronismos que ha detectado. Como alguna referencia al sistema métrico (“poner un hombre armado cada 200 metros”), un sacerdote rezando en castellano, y no en el entonces preceptivo latín, el Anima Christi, o deletrear la “uve” de la forma actual, cuando en aquel tiempo se decía la “ve”. En todo caso, si se apura la fidelidad al lenguaje de la época, la audiencia se resentiría considerablemente. Somos así.
Más calado tiene la crítica de la serie que realiza María Elvira Roca Barea en su artículo "La peste y la ignorancia" publicado hoy en El Mundo. Un episodio más de esa manía que tenemos de repetir acríticamente la propaganda bélica fabricada por aquellos con quienes España guerreó. Léanlo.
En el suplemento Verne del diario El País, Lola Pons dedica un artículo al papel de los diminutivos como seña de identidad regional. Pero no acaba de convencernos ver el astur -in englobado en el paquete del -ino, no escucharán por aquí muchachino. Lo que nos ha parecido particularmente interesante es la observación sobre la tendencia española a colocar interfijos (como en viejecito) frente a lo menos usual de recurrir a esa construcción en el español de América (viejito).
Pasamos al Laboratorio del lenguaje del Diario Médico que publicó el pasado sábado la séptima entrega de la serie 'Humor y medicina en Twitter'. Un apunte dedicado a esa pseudociencia que llamamos homeopatía. Y la primera en la frente:
- Soy médico homeópata.
- ¿En qué quedamos?
Aparte de otros humorísticos microdiálogos, Fernado A. Navarro también incluye un decálogo tomado de la página de Facebook de Pedro Terrón titulada «No está científicamente demostrado». Nuestro preferido es el segundo punto: No tiene efectos secundarios… ni de ningún tipo.
Sin embargo, el autor se ablanda al final con un anfibológico «No os metáis tanto con la homeopatía, que no os ha hecho nada la pobrecita». Discrepamos: no solo es un sacaperras con desproporcionados márgenes comerciales, sino que el grave riesgo es que los pacientes, convencidos de la eficacia de esos supuestos remedios, desechen los tratamientos científicos. La homeopatía y otras pseudociencias han matado. Cierto que no por acción, pero si por omisión. Y eso dificulta sustanciar responsabilidades como ha ocurrido en la reciente sentencia absolutoria de un curandero (enlace a la noticia).
En la siguiente entrada, José Ramón Zárate describe dos curiosos ejemplos de Propuestas matrimoniales insertas en estudios científicos. Y no olvida reseñar que en ambos casos la cosa terminó en boda.
El artículo escuetamente titulado ‘Run’ se adentra, necesariamente de forma muy somera, en las 645 acepciones que esa palabra inglesa tiene en el Oxford English Dictionary (OED). La más complicada de ese idioma, desde el punto de vista léxico, según los autores de ese diccionario.
Lo publicado el miércoles fue un extracto de la entrevista al director del Instituto para la Equidad y la Innovación en Salud (Canadá), el colombiano Alejandro Jadad, que ha sido publicada en el Diario Médico. Chocante su definición de salud como una habilidad, la que tienen las personas y las comunidades para adaptarse y gestionar los desafíos físicos, mentales y sociales que presenta la vida. Vale que definir salud como la ausencia de enfermedad puede ser una incorrecta simplificación, pero igual se ha pasado de frenada con la ambigüedad de su propuesta.
Y ayer una interesante disquisición sobre la transformación en o de la letra inicial de orina cuando su raíz etimológica es la ur- que conservan otras mucha palabras relacionadas como urinario o urología. Fernando A. Navarro se apunta a la teoría de la semejanza cromática entre la orina y el oro.
Nos vamos al Cervantes Virtual donde María Pozzi dedica el último Martes neológico a subtitulación, subtitulaje o subtitulado, que las tres formas considera válidas Fundéu. La autora nos recuerda que la acción de añadir un subtítulo, el ‘letrero que aparece por lo general en la parte inferior de la imagen, con la traducción o transcripción del texto hablado en una película o programa de televisión’, se complementa en ocasiones, principalmente para mejorar la interpretación por parte de las personas con discapacidad auditiva, con rótulos adicionales descriptivos de sonidos originales. Lo que en inglés se denomina closed caption porque esos subtítulos están 'cerrados' dentro de la señal y su visualización requiere activarlos. Tradicionalmente llamados en español 'subtítulos para sordos', en tiempos en que es tan políticamente incorrecto señalar, parece que va imponiéndose el poco descriptivo calco subtítulos cerrados que utiliza, por ejemplo, la Wikipedia.
Fundéu arrancó su serie con el anglicismo shippear, que se utiliza con el sentido de ‘idealizar una relación amorosa entre dos personas’. Propone alternativas como emparejar o empatar en un apunte oportunamente publicado horas antes de la emisión Operación Triunfo que, al parecer, es el programa que está provocando más uso de ese verbo.
El martes dedicaron una primera entrada a dejar claro que tan válido es decir puntos clave como puntos claves que fue seguida por una reseña sobe el toisón de oro. Una oportuna publicación poco anterior a la imposición a la princesa Leonor de la ‘insignia de la Orden del Toisón, instituida por Felipe el Bueno, duque de Borgoña, en 1430, y otorgada históricamente por la dinastía Habsburgo-Borbón’. Fieles a su poca afición a la etimología, los urgentes no comentan que toison es una palabra francesa, por cierto femenina, que significa vellón. Y es que el símbolo representado es el mitológico vellocino de oro. Enlazamos un documentado artículo sobre esa orden en el que encontrarán una relación de los concedidos por el anterior monarca.
Soso miércoles con una nota explicativa de que impuesto al sol se escribe con minúsculas, eso cuando el planeta protagonista del día era la luna con motivo de la “tripleta celestial” que lleva 150 años haciéndose esperar. Una poco habitual conjunción de una luna azul (segunda luna llena en un mismo mes, así llamada por traducción del inglés blue moon que nada tiene que ver con el color azul; sobre el origen de esa expresión ver la Wikipedia), una superluna (enlace a un antiguo apunte explicativo) y un eclipse solar que tiñe el satélite de rojo, pero no fue visible desde España. Así que hay quien denominó al fenómeno "superluna azul de sangre". Enlace a una galería de fotos.
Prosiguieron los urgentes con un recordatorio de que el sustantivo futsal, contracción de fútbol sala, cuyo Campeonato de Europa se inició el martes en Liubliana, se escribe sin tilde en la u. Añadimos al insulso apunte que la denominación internacional futsal es una creación del idioma español. Un término que fue registrado en 1985 como fut-sal, con motivo del Mundial celebrado en Madrid por la organización llamada FIFUSA (a la que la FIFA no permitía utilizar la palabra fútbol para denominar a ese campeonato). Esa fue la predecesora de la AMF que ahora gobierna ese deporte en disputa con la FIFA, aunque esta también acabó por adoptar el nombre. De hecho, el campeonato ahora en curso está organizado por la UEFA.
Y ayer viernes que muchos descubrimos la existencia de la lluvia engelante, el apunte de Fundéu fue 'para llevar', o sea, para proponer esa expresión como alternativa a los anglicismos take out y take away.
[Se encarece al sr. Piqué que no intente utilizar este plano para ir de París a Dakar] |
¿Dejarán mantener su nombre al Banc Sabadell los piqués de turno, tras el traslado de la sede social de esa entidad a la ciudad de Alicante?
Pues en Polonia han ido bastante más allá al prohibir, por ley, el uso de la expresión “campos de concentración polacos” para referirse a centros de exterminio, como Auschwitz, que estuvieron situados en el territorio de ese país (más detalles). La historia a la carta que tanto gusta también por aquí.
Corren malos tiempos para la Libertad.
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