viernes, 18 de mayo de 2018

El último servicio de León Degrelle a sus afines


Mucho verán publicado hoy sobre la decisión de rechazar la entrega de los prófugos catalanes tomada por la justicia belga (sección flamenca, no lo olviden). Pobre argumento ese del defecto de forma. Tan cogido por los pelos que, hasta para los legos en asuntos jurídicos, apunta un claro deseo de negar ayuda a la justicia española mojándose lo menos posible. Quien sabe si allanando el camino a un futuro  procés en la región flamenca de ese fallido país que es el fruto de la revolucionaria secesión del sur de los Países Bajos consumada en 1830. A buenas horas anhelan algunos no haber permanecido en el más próspero y afín norte.

Es tema para la sociología analizar cuanto pueda obedecer la decisión tomada a la persistencia, ya sea consciente o subconsciente, de la leyenda negra y de los estereotipos de una España autoritaria y atrasada ¿Se acuerdan de la petición de datos sobre las condiciones de las cárceles españolasNo removieron mucho más el tema cuando quedó claro que el que iba aquedar en evidencia era el envejecido sistema penitenciario belga.

En todo caso, ¡menuda nos armó a lo españoles el cafre del tercer Duque de Alba con la ignominiosa decapitación de los condes Egmont y Horn, etc, etc...!

Ya desde las primeras reticencias belgas del pasado otoño, han sido numerosos los artículos que han recordado la historia de los desencuentros judiciales entre ambos países.  Remontándolos casi siempre al rechazo de la extradición de los etarras Raquel García Arranz y Luis Moreno Ramajo. Un episodio ocurrido en 1996 que provocó la suspensión de la colaboración judicial hispanobelga. Adjuntamos el texto de la carta enviada por el entonces Ministro de Justicia español Juan Alberto Belloch a su homólogo (enlace a la fuente en la hemeroteca de Abc).

Sin embargo, es injusto olvidar que Bélgica fue el primer país en extraditar etarras, un camino que abrió en julio de 1984 con Joseba Artexe y Gaizka Ormaza. Y un hecho que hay quien interpreta como el empujoncito que necesitaba Francia para comenzar a hacer lo propio poco tiempo después (más sobre eso). Curiosamente, la posterior absolución de lo extraditados por falta de pruebas sentó bastante mal en la justicia belga que pasó a frenar algunos de los procesos subsiguientes. Ya se ve que por aquellas nubladas tierras unos días se levantan más partidarios del garantismo que otros.

Pero hoy queremos incidir en el peso, nuevamente consciente o inconsciente, que haya podido tener en la decisión adoptada el hoy bastante olvidado caso León Degrelle. El protagonizado por un político belga que lideró una unidad de la sanguinaria Wafen SS formada mayoritariamente con sus compatriotas con la que combatió junto a los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Pero cuando la caída del Reich ya era inminente, huyó a España en un Heinkel He 111 que hizo un accidentado aterrizaje de emergencia en la donostiarra bahía de la Concha el 8 de mayo de 1945 (Hitler se había suicidado el 30 de abril).

No tardó en ser reclamado por su país, puesto que había sido condenado a la pena de muerte en un consejo de guerra sumarísimo celebrado 'en ausencia' el 29 de diciembre de 1944. Pero en el curso de un no del todo bien conocido proceso en el que las grandes potencias se pusieron de perfil, evitó seguir la suerte de Pierre Laval  que fue entregado a Francia donde sería fusilado.

Degrelle acabó siendo expulsado 'nominalmente' de España en una farsa que propició una inexplicada 'desaparición'. Enlazamos (esta vez en la hemeroteca de La Vanguardia) la Nota emitida el 30/8/45 por el Gobierno de Franco en la que no faltan pintorescas referencias a la 'tradicional hidalguía española' y a la falta de una 'claúsula humanitaria' con garantías del gobierno belga de no ejecutar al reo. Cosas que todavía podrían escocer, máxime viniendo de donde venían.  

Hacemos un breve inciso para comentar que no sabemos de donde saca el artículo español de la Wikipedia que 'El 21 de agosto de 1946 [es 1945] Franco fingió ceder a la presión internacional para su entrega, pero le permitió huir y en su lugar entregó a un sosias, cuya identidad fue rápidamente descubierta'. Ni sosias,ni doppelgänger. El belga simplemente cogió un taxi en la puerta del hospital de San Sebastián en el que convalecía de sus heridas y desapareció acompañado por las dos personas que le esperaban. ¡Ay, esa irregular Wikipedia!

El caso es que Degrelle siguió viviendo en España bajo la protección del conde de Mayalde, un jerarca del régimen que había sido Director General de Seguridad y embajador en la Alemania nazi entre 1940 y 1942.  Primero lo hizo en una finca extremeña y posteriormente en la localidad sevillana de Constantina donde era conocido como “Don Juan de La Carlina”. Ello por el nombre de la finca en la que edificó el fuera conocido como “Castillo Blanco”. Un complejo que, tras ser reconstruido de la ruina sufrida en los años sesenta, es hoy en día un convento de monjas jerónimas.

En 1954 Degrelle recibió la nacionalidad española con el nombre de José León Ramírez Reina. Un hecho que frustró definitivamente los repetidos intentos belgas de conseguir su extradición que aún se prolongaron hasta 1983.

A la vista de la enorme contrariedad que ese rechazo produjo en su país de origen, quizá compartan nuestra tesis de que este nazi fallecido en 1994 cuando residía en la soleada Benalmádena podría haber prestado ahora un último servicio a sus modernos afines. Esos políticos cuyo ideario muestra cada vez más claras concomitancias con los neofascismos (1).

A modo de muestra final del funcionamiento de estos 'camisas amarillas', les dejamos la reacción de JAP (Joan Antoni Poch) a la difusión de los infames tuits del último 'Molt Honorable': el ofendido es el admirador del Capità Collons. Uno partidario, JAP, de que la mejor defensa es el ataque. Contra más irracional mejor.

¡Lo que hay que idear para que se pueda leer una viñeta en el idioma de los bestias en el fuertemente subvencionado El Punt Avui!

Por cierto, y ¿ese putita?






(1) aparte del ideario supremacista hay otras claras analogías, aunque ciertamente adaptadas a nuestro tiempo:

- formación de milicias = CDR
- uniformidad identificadora públicamente = lazo + prendas amarillas
- órganos de gobierno espurios = Consell de la República
- anticapitalismo = faceta subcontratada, de momento, a la CUP; previsible fuente de futuras desavenencias
- caudillaje = Puigdemont
- historicismo basado en un relato distorsionado
- poderosa maquinaria de propaganda = TV3 + numerosos otros medios cuya supervivencia depende de las subvenciones 
...





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