jueves, 3 de mayo de 2018

Los deformes grandullones de Mercator


Pocas personas se detienen a mirar, cuando manejan un mapa, cual es el tipo de proyección utilizado para convertir las más o menos esférica superficie terrestre en la plana representación que tienen delante. Lo cierto es que no puede decirse que haya una idónea entre las muchas formas de hacerlo que se han ideado, y la elección de la óptima debe realizarse en cada caso en función del uso que vaya a darse al mapa.

Una de las proyecciones más populares es la llamada Mercator, por el apellido latinizado del cosmógrafo flamenco Gerard Kremer  (1512-1594), que es la  tradicionalmente utilizada en las cartas naúticas. Se trata de una proyección realizada desde el centro de la Tierra sobre un cilindro tangente a la misma por el ecuador. La principal ventaja de las proyecciones cilíndricas es que conserva los ángulos, o dicho de otra forma, permiten trasladar directamente las lecturas de la brújula a la carta. Resulta, además, que las loxodromas, que son las líneas de mínima distancia entre dos puntos de la superficie de una esfera, las que por tanto marcan las rutas que los marinos suelen desear seguir, se trazan sobre esas cartas marinas como líneas rectas.

Su principal inconveniente es la fuerte distorsión de la escala vertical que producen, por lo que cuanto más nos acercamos a las polos, las dimensiones de lo representado parecen comparativamente mayores. Por ello no es nada adecuada para obtener una visión global de la superficie terrestre, dado que crea la falsa sensación de que los territorios de latitudes elevadas son mucho mayores que los más próximos al ecuador. Obsérvese la creciente separación que muestran los paralelos en el siguiente mapamundi.


Una herramienta muy útil para valorar la magnitud de ese efecto es la que ofrece la web The True Size. En la misma, una vez seleccionados los territorios con los que se desea trabajar, estos pueden ser desplazados para su comparación en términos uniformes.

A continuación puede verse lo que ocurre, por ejemplo, con Alaska y Canadá cuando los trasladamos a la latitud media de los Estados Unidos. El estado más grande de la unión pasa a representar fielmente ese 18% del territorio que aporta al país, mientras que Canadá deja de ser inmensamente más grande que Estados Unidos para aparecer un 7% mayor, como corresponde conforme a la relación de sus respectivas superficies.


"Bajamos" un poco más Alaska para que comprueben como ese aparente gigantón es, en realidad, algo menor que nuestro hermano país.

Aunque no sea un territorio de especial interés, un caso extremo es el Groenlandia que aparece inmensa cuando tiene una superficie algo superior a cuatro veces la de España. Así que hemos traslado nuestro país tanto al extremo norte como al sur de esa septentrional isla de soberanía danesa para que se vea lo que ocurre. Del mismo modo, hemos "bajado" ese territorio a una latitud equiparable a la nuestra para apreciar ese tamaño cuádruple, así como para su adecuada comparación con Estados Unidos.


Rusia es otro país que, con ser el mayor del mundo con sus más de 17 millones de km², anida en nuestras mercatorizadas mentes como un gigante aún mucho mayor de lo que es. Una comparación en la que sale especialmente perjudicada China, así que hemos "bajado" al gigante ruso hasta la posición de su rival asiático para que pueda apreciarse que no llega a duplicarla.


Aunque la distorsión que comportan los "traslados al norte" los hacen menos interesantes, también hemos superpuesto China a Rusia para que se vea como quedaría ese país en una latitud superior. Sirve, de paso, para hacerse mejor idea de las distorsiones de las proporciones que provoca la proyección Mercator. Debajo añadimos unas proyecciones ortográficas, las que pueden verse en los artículos sobre países de la Wikipedia, que son las que más se parecen a lo que percibe el ojo de un observador situado en el espacio sobre el correspondiente área de la Tierra. Lo que no es óbice para que distorsionen las formas, en mayor medida cuanto más se aleja lo representado del centro de la imagen.



Para no hacer este apunte demasiado largo, les invitamos que entren en la citada web y jueguen un poco. Su percepción del mundo se lo agradecerá. Nos parece más aconsejable que recurrir a proyecciones como la de Peters que conserva las proporciones reltivas de las superficies, pero a costa de distorsionar las formas, convirtiendo así a los países más próximos al ecuador en una especie de libro de geografía ilustrado por El Greco. Con todo, esa fue durante años la preferida de la Unesco porque aumenta la relevancia gráfica de un buen número de países menos desarrollados. Una especie de empoderamiento visual. Muy lampedusiano.

El mundo de Mercator frente al mundo de Peters


A modo de ejemplo acompañamos una ortográfica de la República Democrática del Congo para que puedan apreciar la fuerte distorsión de las formas que introduce  la visión de Peters. Finalizamos con una comparativa que pone de manifiesto la relativa similitud de los cinco mayores países tras Rusia y la Antártida. El siguiente de la lista, que es la India, ya es menos de la mitad que su predecesor, mientras que el tamaño de España, puesto 52 de la clasificación, es de 505.370 km² (1).


Rk
País / territorio
Superficie (km²)
% s/ USA
veces España
1
Rusia
17.098.242
182%
34
Antártida
14.000.000
149%
28
2
Canadá
9.984.670
107%
20
3
China
9.596.961
102%
19
4
Estados Unidos
9.371.174
100%
19
5
Brasil
8.514.877
91%
17
6
Australia
7.741.220
83%
15

Australia, China, Estados Unidos, Brasil y Canadá



(1) durante tres cuartas partes de siglo XX fue 266 mil km² mayor por la aportación que hacía el Sahara español.






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