miércoles, 26 de marzo de 2014

Doctorados


La focalización de los medios de comunicación en la figura de Adolfo Suárez ha dejado en la penumbra bastantes informaciones que en otras circunstancias habrían recibido mucha mas atención. Qué mala suerte final la de Iñaki Azkuna, parcialmente compensada por el éxito que ha tenido la bilbainada “mejor alcalde del mundo”. No sería raro que en tiempos tan premiadores como los que vivimos (1) algún avispado emprendedor comenzara a explotar comercialmente esa distinción.

También ha pasado bastante desapercibida la renuncia por parte de Rafa Nadal al doctorado honoris causa que se estaba promoviendo en la Universidad de las Islas Baleares. Rafa sí que genera un enorme consenso del que tan solo parecen descolgarse aquellos a los que le irrita verle con la bandera española y hacer sus declaraciones en castellano. Pero ya se ve que ni desde tal grado de admiración consigue evitar verse envuelto en polémicas que no ha buscado.

Ya saben de nuestra preocupación por la postración intelectual de la Universidad española que produce las nefastas consecuencias académicas que a la vista están. No es síntoma menor de esa decadencia el recurso a ocurrencias como la concesión del doctorado al admirado tenista. Se envuelve Llorenç Huguet, el rector que ha metido al campeón en este embrollo, en argumentos como que “es curioso que mientras aquí le hacemos la guerra la ciudad de París le haya entregado las llaves de oro”. Otro que mira al dedo que señala la Luna. Usted lo ha dicho, Rafa se merece las llaves de los 8.119 municipios de España, sean del metal que cada uno de ellos pueda permitirse, de la catedral de Palma por si le petara solicitar ser enterrado allí y de la propia Universidad Balear, incluso del domicilio particular del cuitado catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, pero lo del doctorado... Para estas cosas hay otras distinciones como las medallas que casi siempre dicen ser de oro ¡A ver si va a ser pernicioso tanto contacto con el razonamiento de las máquinas!

Cierto es que la distinción académica que nos ocupa ha sufrido un proceso mundial de devaluación (una interesante reseña, en inglés, Ana, de algunos doctorados polémicos se encuentra aquí) pero ya se sabe lo que ocurre con el mal de muchos. Y, además, cuando estás bien colocado en los ránkings de excelencia puedes permitirte cosas que no están al alcance de los que no. Como también cuando eres Rey caben cosas vedadas al resto de los mortales, ¿o no?

La enorme importancia que ha cobrado el deporte en la escala de valores dominante se pone de manifiesto en la existencia de notables antecedentes de doctorado de afamados deportistas. Uno de los mas curiosos es el que recibió el piloto Valentino Rossi. Este campeonísimo al que solo ha frenado otra “armada española” ha recibido varios apodos a lo largo de su carrera como Rossifumi, Valentinik, GOAT (siglas de “Greatest Of All Time”, pero que es notorio que en inglés significa cabra), si bien el que se ha asentado con el tiempo es “el doctor”, un apelativo que luce habitualmente en su indumentaria rotulado en inglés. Lo cierto es que desde el año 2005 lo hace con toda propiedad puesto que ese año fue nombrado Doctor Honoris Causa en Comunicación y Relaciones Públicas por la Universidad de Urbino, su ciudad natal. No busquen esa institución en la cabecera de las clasificaciones mas habituales. El piloto suele bromear sobre el origen de su apodo con la abundancia de doctores Rossi que hay en la medicina italiana y utiliza en su merchandising personal diversas caricaturas caracterizado de médico.

No es fácil rastrear la implantación en las universidades españolas de la que, aunque ya lo dudamos, ojalá solo sea una moda.

El pasado año fue significativo el caso del jugador de baloncesto José Manuel Calderón que fue investido con la mayor distinción académica de la Universidad de Extremadura en la Facultad de Ciencias del Deporte. Al menos hay cierta coherencia, si cabe tal facultad al margen de la de Medicina, ya me dirá usted a quien van a conceder su honores. "Hoy es un día histórico para Ciencias del Deporte pues en España son escasas las propuestas para doctor Honoris Causa en el ámbito académico" nos cuentan las crónicas que dijo en el acto el padrino del doctorando, Sergio Ibáñez Godoy, catedrático del área de Educación Física y Deportiva. Pues sí, pocos y ya ve usted el perfil que escogemos. A seguir haciendo ciencia.

El caso es que con tan pobre universidad y en una sociedad en la que el márketing resulta tan importante parece difícil evitar que los dirigentes universitarios busquen hacerse hueco en los medios de comunicación a través de este tipo de maniobras en vez de por los resultados de la labor investigadora o formativa de sus instituciones. Qué triste es que se tenga que recurrir a los famosos para intentar prestigiar la institución.

Quizá el máximo exponente de ese fenómeno es Mario Vargas Llosa, con la diferencia de que en el caso de este colosal comunicador se conjugan perfectamente fama y prestigio. No es fácil precisar la cifra de honores recibidos por quien posiblemente ostente el “Récord Guinness” de los doctorados honoris causa porque la relación de distinciones de su web oficialque registra 58, solo está actualizada hasta el final del año 2012. En una busca rápida hemos encontrado, ya en 2013, tres nuevas concesiones, así que podemos asegurar que acumula mas de sesenta. ¿Será capaz de recitar las universidades de corrido? Y qué duro debe ser encargarse de mantener el artículo de la Wikipedia dedicado al escritor mas premiado de la historia porque la única versión en una  lengua principal que hace referencia al dato es la francesa (enlace) que abandonó la cuenta en cuarenta. Quizá la auténtica medida del éxito, amén del dinero, sea llegara a ser incapaz de llevar mentalmente la relación de los premios recibidos.

En todo caso, Rafa, tu a lo tuyo, y mientras no le den a Vargas Llosa el Laureus (2), tu sigue dando calabazas a los rectores oportunistas.

¡Ah! y sigue peleando para traerte a España la sede de un Master 1000.




(1) A este asunto de la proliferación de los galardones hemos dedicado los apuntes “Qué, ¿nos premiamos?”  y “Las sospechosas escobas de metales preciosos”. Cada cual tiene sus obsesiones.

(2) Este año está cantado que va a llevarselo Vettel (el que olvidó el significado de "multi 21", ya saben) algo que posiblemente ya se conocido cuando lea estas líneas. Este año se entregan en Kuala Lumpur a partir de las 14:00 (hora española) de hoy. 



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