La focalización de los medios de comunicación en la figura de Adolfo Suárez ha dejado en la penumbra bastantes informaciones que en otras
circunstancias habrían recibido mucha mas atención. Qué mala suerte final la
de Iñaki Azkuna, parcialmente
compensada por el éxito que ha tenido la bilbainada “mejor alcalde del mundo”. No sería raro que en tiempos tan
premiadores como los que vivimos (1) algún avispado emprendedor comenzara a
explotar comercialmente esa distinción.
También ha pasado bastante desapercibida la renuncia por
parte de Rafa Nadal al doctorado
honoris causa que se estaba promoviendo en la Universidad de las Islas Baleares. Rafa sí que genera un enorme
consenso del que tan solo parecen descolgarse aquellos a los que le irrita verle con la bandera española y hacer sus declaraciones en castellano. Pero ya se ve que ni desde tal grado de
admiración consigue evitar verse envuelto en polémicas que no ha buscado.
Ya saben de nuestra preocupación por la postración
intelectual de la Universidad española que produce las nefastas
consecuencias académicas que a la vista están. No es síntoma menor de esa decadencia el recurso a ocurrencias como la concesión del doctorado al admirado tenista. Se envuelve Llorenç Huguet, el rector que ha metido al campeón en este
embrollo, en argumentos como que “es
curioso que mientras aquí le hacemos la guerra la ciudad de París le haya
entregado las llaves de oro”. Otro que mira al dedo que señala la Luna. Usted
lo ha dicho, Rafa se merece las llaves de los 8.119 municipios de España, sean
del metal que cada uno de ellos pueda permitirse, de la catedral de Palma por
si le petara solicitar ser enterrado allí y de la propia Universidad Balear, incluso del domicilio particular del cuitado catedrático de Ciencias de la
Computación e Inteligencia Artificial, pero lo del doctorado... Para estas cosas hay otras distinciones como las medallas que casi siempre dicen ser de oro ¡A ver si va a ser pernicioso tanto
contacto con el razonamiento de las máquinas!
Cierto es que la distinción académica que nos ocupa ha
sufrido un proceso mundial de devaluación (una interesante reseña, en inglés, Ana, de algunos doctorados polémicos se encuentra aquí)
pero ya se sabe lo que ocurre con el mal de muchos. Y, además, cuando estás
bien colocado en los ránkings de excelencia puedes permitirte cosas que no
están al alcance de los que no. Como también cuando eres Rey caben cosas
vedadas al resto de los mortales, ¿o no?
La enorme importancia que ha cobrado el deporte en la escala de valores dominante se pone de manifiesto en la existencia de notables antecedentes
de doctorado de afamados deportistas. Uno de los mas curiosos es el que recibió el piloto
Valentino Rossi. Este campeonísimo al
que solo ha frenado otra “armada española” ha recibido varios apodos a lo largo
de su carrera como Rossifumi, Valentinik, GOAT (siglas de “Greatest Of All Time”,
pero que es notorio que en inglés significa cabra), si bien el que se ha
asentado con el tiempo es “el doctor”, un apelativo que luce habitualmente en su
indumentaria rotulado en inglés. Lo cierto es que desde el año 2005 lo hace con
toda propiedad puesto que ese año fue nombrado Doctor Honoris Causa en Comunicación y Relaciones Públicas por la
Universidad de Urbino, su ciudad natal. No busquen esa institución en la
cabecera de las clasificaciones mas habituales. El piloto suele bromear sobre
el origen de su apodo con la abundancia de doctores Rossi que hay en la medicina italiana y utiliza en su merchandising personal diversas
caricaturas caracterizado de médico.
No es fácil rastrear la implantación en las universidades españolas de la que, aunque ya lo
dudamos, ojalá solo sea una moda.
El pasado año
fue significativo el caso del jugador de baloncesto José Manuel Calderón que fue investido con la mayor distinción
académica de la Universidad de
Extremadura en la Facultad de
Ciencias del Deporte. Al menos hay cierta coherencia, si cabe tal facultad
al margen de la de Medicina, ya me dirá usted a quien van a conceder su honores.
"Hoy es un día histórico para
Ciencias del Deporte pues en España son escasas las propuestas para doctor
Honoris Causa en el ámbito académico" nos cuentan las crónicas que
dijo en el acto el padrino del doctorando, Sergio Ibáñez Godoy, catedrático del
área de Educación Física y Deportiva. Pues sí, pocos y ya ve usted el perfil que escogemos. A seguir
haciendo ciencia.
El caso es que con tan pobre universidad y en una sociedad
en la que el márketing resulta tan importante parece difícil evitar que los
dirigentes universitarios busquen hacerse hueco en los medios de comunicación a
través de este tipo de maniobras en vez de por los resultados de la labor
investigadora o formativa de sus instituciones. Qué triste es que se tenga que
recurrir a los famosos para intentar prestigiar la institución.
Quizá el máximo exponente de ese fenómeno es Mario Vargas Llosa, con la diferencia de que en el caso
de este colosal comunicador se conjugan perfectamente fama y prestigio. No es
fácil precisar la cifra de honores recibidos por quien posiblemente ostente el “Récord Guinness” de los doctorados
honoris causa porque la relación de distinciones de su web oficial, que registra 58, solo está actualizada
hasta el final del año 2012. En una busca rápida hemos encontrado, ya en 2013, tres
nuevas concesiones, así que podemos asegurar que acumula mas de sesenta. ¿Será
capaz de recitar las universidades de corrido? Y qué duro debe ser encargarse
de mantener el artículo de la Wikipedia
dedicado al escritor mas premiado de la historia porque la única versión en una
lengua principal que hace referencia al
dato es la francesa (enlace) que abandonó la cuenta en cuarenta. Quizá la auténtica medida del éxito, amén del
dinero, sea llegara a ser incapaz de llevar mentalmente la relación de los premios recibidos.
En todo caso, Rafa, tu a lo tuyo, y mientras no le den a Vargas Llosa el Laureus (2), tu sigue dando calabazas a los rectores oportunistas.
¡Ah! y sigue peleando para traerte a España la sede de un Master 1000.
(1) A este asunto de la proliferación de los galardones hemos dedicado los apuntes “Qué, ¿nos premiamos?” y “Las sospechosas escobas de metales preciosos”. Cada cual tiene sus obsesiones.
(2) Este año está cantado que va a llevarselo Vettel (el que olvidó el significado de "multi 21", ya saben) algo que posiblemente ya se conocido cuando lea estas líneas. Este año se entregan en Kuala Lumpur a partir de las 14:00 (hora española) de hoy.
(2) Este año está cantado que va a llevarselo Vettel (el que olvidó el significado de "multi 21", ya saben) algo que posiblemente ya se conocido cuando lea estas líneas. Este año se entregan en Kuala Lumpur a partir de las 14:00 (hora española) de hoy.
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