lunes, 31 de marzo de 2014

Tabaco y censura (y II)


Iniciamos el prometido repaso de la actuación de la censura tabaquera francesa con el cartel de la exposición dedicada en 2005 a Jean Paul Sartre. Una imagen que también fue la portada del correspondiente catálogo. Una foto realizada por Boris Lipnitzki de la que se eliminó la, por otra parte, muy poco visible pava de un Gitanes, marca que consumía con fruición el intelectual galo.


Pero el ejemplo más famoso del celo de la RATP, por lo que tiene de ridículo, es el del cartel de una exposición dedicada en 2009 al director de cine Jacques Tati, que se ilustraba con una imagen de su famoso personaje Monsieur Hulot luciendo su inseparable pipa. Pues no tuvieron otra ocurrencia que transformarla en un molinillo infantil, según puede comprobarse en la siguiente comparativa del cartel original con el utilizado en el metro parisino.



Un chiste de Plantu satirizaba la cuestión, poniendo en boca del representante del metro: “la próxima vez también cambiaremos al niño ... por presunción de pedofilia”.

En la misma época se produjo en Australia otra chusca muestra de talibanismo antitabaco. El pequeño municipio de Manley, situado al norte de Sidney, que es famoso por sus playas, primeras de ese país en las que se prohibió fumar (2004), organizó una exposición conmemorativa del artista Antonio Dattilo-Rubbo (1870-1955), que había sido uno de sus ilustres residentes. Pero en aplicación de la estricta política antitabaco de esa urbe, en la web que promocionaba y daba soporte al evento se retocó la reproducción fotográfica de la obra “El artista y la modelo”, para suprimir el cigarrillo que el artista luce en su boca. Afortunadamente, no encontraron necesario hacer lo propio en el original. Esta fue la chapuza:

Volvemos a Francia en busca de otro caso acaecido en la publicidad del «Eau Sauvage» de Dior realizada en 2009. Una campaña basada en una foto de Alain Delon, tomada en 1976 por el fotógrafo  Jean-Marie Perier, que dio su consentimiento para que su obra fuera alterada al gusto de las autoridades. Este fue el resultado:


La intransigencia de la RATP ha dado lugar a otros casos curiosos, como que la revista “Le Point” no pudiera mostrar en su publicidad del metro la portada real de su número  de marzo de 2011 protagonizada por la recién fallecida Annie Girardot. O que fuera necesario reelaborar el cartel anunciador de la película “Gainsboroug: Vie héroïque” (Joann Sfar,2010) en que no solo se sacaba del cuadro el cigarrillo, sino que también hubo que retocar la humareda expelida por el actor Eric Elmosnino. Quien, por cierto, muestra un asombroso parecido con el interpretado Serge Gainsboroug.



La revista “L´Aktu Freebox” del canal de television por cable distribuido en Francia por el grupo Iliad incluyó una imagen del Gainsboroug real, en la que resulta patente la supresión del cigarrillo.


Otros ejemplos de películas que requirieron una cartelería adaptada en alguns espacios publicitariso franceses han sido “Pulp Fiction”, “Coco Chanel”, “Millenium 3” o “Gangster Squad”. Una muy completa mixtificación creativa.




Habrá que ver que solución se adopta para el estreno, previsto para octubre, de la película 'Saint Laurent' de Bertrand Bonello cuyo cartel provisional es el adjunto, toda vez que parece que hay algunos indicios de relajación de la estricta política de no mostrar imágenes de fumadores cuando se trate de personajes históricos. Sobre todo los ya desaparecidos, cuya imagen esté notablemente asociada al tabaco. Un ejemplo de ese cambio de criterio ya pudo verse en la publicidad de un libro de fotos de René Burri cuya portada ocupaba el Che Guevara.

Para concluir el repaso de las acciones censoras practicadas en Francia sobre cigarrillos, procede reseñar que La Poste no quiso ser menos que su homóloga americana y en el sello conmemorativo del vigésimo aniversario de la muerte de André Malraux, emitido en 1996, también se hizo desaparecer de la foto de Gisèle Freund utilizada como base del diseño, el cigarrillo que el escritor sujetaba en los labios. 

Vamos a terminar con el curioso incidente vivido por el servicio de correos alemán, precisamente por lo contrario, por poner un cigarrillo donde no lo había. En el año 2001 Deutsche Post emitió 14 millones de sellos con una retocada imagen de Audrey Hepburn en la que las gafas del modelo Ray-Ban Wayfarer que sostenía en la boca había sido sustituidas por una boquilla que aproximaba el grafismo a la imagen de la actriz habitualmente asociada con esa película. Pero el hijo de la actriz, Sean Ferrer, rechazó la puesta en circulación de la serie alegando el uso de una imagen falseada. Así que la emisión tuvo que ser destruida, aunque sobrevivieron seis pliegos de diez sellos cada uno, que han llegado a ser subastados en cantidades millonarias.






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