Anticipábamos en la entrega anterior que el anís era un territorio atestado de marcas zoonímicas y, particularmente, de simios que buscaban aprovechar la popularidad del Anís del mono. Así que unas veces porque lo justificaba el nombre y otras porque sí, no faltan los ejemplos. Saliéndonos del guión también hemos incluído al Anís del moro del que no tenemos del todo claro si era un intento de explotar la paronimia.
Tampoco podían faltar unos cuantos toros con algunos ejemplares de casta con nombre propio, puros Miuras.
La nómina de animales repetidos en diferentes fabricantes es considerable. También tenemos duplicados ciervos, que acompañamos con un corzo, cebras, una de ellas plenamente justificada al proceder de Cebreros, o galgos.
El lobo es otro cánido que ha tenido su anís, como también ocurre con animales como el pato y hasta el tiburón. Destilados estos de los que lamentablemente solo tenemos unas imágenes de baja calidad que hemos encontrado en la interesante web "Jerez siempre".
El gato ha ejercido como marca de anís tal cual, también por medio de un ejemplar de color negro y hasta con el nombre de Minino. Pero, ojo, que este es de Bilbao. Debajo algunos otros felinos de más porte.
Siguen mariposas, gusanillos, osos (1) y un buen montón de aves. Lo dicho, todo un zoo.
Vamos a terminar con el, como casi todos los anteriores, hoy muy olvidado Anís Marabú. Un producto de la licorería mierense Bernaldo de Quirós creada en 1925 como Alcoholera Andaluza por un hoy no recordado empresario al que hay que suponer procedente del sur de España. Fue en 1929 cuando la empresa pasó a manos asturianas.
Pero fue una marca de difusión nacional como ponen de manifiesto los numerosos anuncios publicados en Abc. Como el adjunto que data de diciembre de 1950 en el que se utiliza el característico lema que popularizó la marca: "Desde que amanece ya apetece" (enlace a la hemeroteca de ese diario). De hecho, también hemos encontrado un fotograma de la película de 1958 "La vida por delante" en el que puede verse un tranvía madrileño con un bien visible anuncio de este anís.
(1) salvo en el caso de algún mono y una paronimia humana, con objeto de no extender demasiado el apunte, nos hemos restringido a marcas con nombre animal. Pero no podemos dejar de incluir la etiqueta con oso del Anís Favila elaborado por la destilería gijonesa Viuda de R. Ponga. En la misma se hace referencia a un popular, por más que seguramente apócrifo, episodio de la historia de España que rivaliza en crueldad con la escena representada en el Anís del Tigre que hemos repasado en la entrega anterior.
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