Bonita portada, pero con los tics de siempre (mas un yerbato herido)

Pocas veces se ve una portada de periódico tan bonita como la que ayer publicó La Nueva España. Y con la conocida la línea editorial de ese diario es particularmente llamativo que en la misma se haga explícito reconocimiento, bien que con la letra mas pequeña disponible, de que la foto está tomada en la vertiente cántabra de los Picos de Europa, concretamente en el subsuelo del municipio cántabro de Camaleño.

De alguna forma había que compensar tanta sinceridad, así que ¿cómo relacionar con Asturias al sacerdote riojano detenido en el Vaticano que también era noticia de portada?

Hay que reconocer que no es tan fácil, porque son necesarios algunos hoy poco frecuentes conocimientos sobre la organización de la Iglesia Católica (hace unos años habríamos podido omitir el adjetivo). Y es que resulta que el encausado fue ecónomo de la Diócesis de Astorga y algún perspicaz periodista cayó en la cuenta de que la misma se encuadra en la archidiócesis que tiene su cabecera en Oviedo. Así que, ¡conexión asturiana conseguida! 

¡Hay que ver qué obsesión, señor! Claro que también podría haberlo redactado un poco mejor, porque no queda muy claro si pudiera tratarse de que el ecónomo prestó servicios en algún comercio ovetense atendiendo a la clientela.
También resulta llamativo que la portada de la edición digital incluya un término que ya nos gustaría saber cuantos asturianos entienden, no digamos ya los presumiblemente escasos lectores foráneos.

Y menos mal que no son tantos los animales que alcanzan edades de 57 años y aun son menos las especies que acostumbran conducir coches. Aún así, no estará de mas aclarar que el gentilicio yerbato se aplica a los 1.777 habitantes que según el último padrón tiene el municipio de Bimenes. Quede claro, pues, que esi ye un diariu por y pa los asturianos (bueno, sin contar ese nimio detalle del domicilio social en Barcelona).

Añadiremos que la teoría mas aceptada es que ese vegetal gentilicio procede de que los mineros procedentes de ese municipio solían ser también proveedores de forraje para los animales que se utilizaban en las minas en labores de tracción. Parece claro que debió nacer con sentido despectivo, pero contra una rareza así poco podía hacer el mas ortodoxo bimeneto. Una palabra que mas bien parece identificar gentes que hacen dos veces algo que no tenemos ni idea qué pudiera ser.

Ahora solo nos queda esperar a que cualquier martes neológico algún docto colaborador del Instituto Cervantes tenga a bien ilustrarnos un poco sobre ese sonoro neologismo que parece va a costarle algún disgustillo al en todas sus acepciones orondo ex-alcalde de Oviedo.

De propina otra foto, cierto que de muy limitada calidad, de los hielos subterráneos que no está muy accesible para los no suscriptores. Gracias amigo Google, eres un entrometido, pero tienes tus cosas buenas. Favor de no menetarse ante tan fálica visión, aunque el palabro esté todavía pendiente de concretar su significado.