sábado, 14 de noviembre de 2015

La Tercera Guerra Mundial en la prensa de provincias



No deja de ser llamativa la incapacidad de los líderes mundiales para reconocer que la Tercera Guerra Mundial va a librase de una manera muy distinta a las anteriores. Del mismo modo que el genio militar de unos desharrapados españoles forzó a unos cuantos idiomas a tomar prestada la palabra guerrilla, los nuevos conceptos militares seguramente requieren nuevo léxico. 

Loable deseo el de no querer alarmar a la población con la palabra guerra, y eso que Hollande ya ha utilizado el término "acto de guerra", pero es bien sabido que resulta imposible afrontar un problema si antes no se reconoce que se tiene. Máxime cuando ni siquiera sabemos cuan grande es el sector del Islam con el que estamos en guerra. Cierto es que no se trata de todo el Islam, pero no menos cierto que tampoco es una facción tan marginal como algunos pretenden. Y no olvidemos que el común denominador de los atacantes que quieren cargarse nuestra Civilización es su fanatismo religioso. 

Así que Occidente tiene un problema con la mas inmovilista de las grandes religiones que no soporta la forma de vida que nos hemos dado. Unos lo llevan por dentro y otros a la vista queda.

Cuando se quiere ganar una guerra hay lugar para pocas tibiezas, así que quien no está con nosotros se convierte en el enemigo. Posicionarse se convierte en una obligación, porque contra quienes creen que están cumpliendo un mandato divino no caben razones ni negociaciones. Nos guste o no, estamos ante un vencer o morir. Sin margen para el buenismo ni para la habitual obsesión occidental por conseguir que el número de falsos positivos sea cero. Así que tendremos que prepararnos para aceptar que pague algún justo por pecador.
Si ahora llevamos la cuestión a una dimensión local, el no enterarse ya es supino. No creemos que nos equivoquemos mucho al presumir que la redacción de La Nueva España ha debido estar buscando afanosamente una conexión asturiana entre las víctimas de París. Igual hasta ya la han encontrado cuando publiquemos esto, pero lo que está claro es que habían reservado un hueco en la portada.

Esa es la única justificación que encontramos a que la crónica de la última guerritalla (decíamos que hace falta nuevo vocabulario para referirse a nuevos fenómenos) aparezca en vecindad con la información de que un gijonés ha sido incinerado con seis pasteles en su caja (el "entre pasteles" del titular es bastante engañoso). Menudo momento para frivolizar.

Así esta guerra no la ganamos.






P.S.- No teníamos conocimiento de las declaraciones del Papa cuando escribimos el apunte. Gracias Francisco, ya no nos acusarán con tanta ligereza de exagerados.



De momento, son las 16:30 h, El Comercio va ligeramente por delante en la búsqueda de la "conexión asturiana" porque ha encontrado un residente mas próximo al Bataclán. Pero no han estado muy hábiles con el titular porque como bien replican en el primer comentario de la noticia: apreciado conciudadano, el problema es que aquí "ya ha pasado".

Y han estado hábiles en LNE contraatacando con un jugador del Sporting en fin de semana parisino. Pero no se conformarán hasta que encuentren vínculos astures con alguna víctima. Tienen mucho mas que demasiado donde indagar.
 


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