lunes, 16 de mayo de 2016

CLIPDA CIII: La gran odalisca de Ingres (1ª parte)


Tenemos pendiente desde el apunte XCV de esta serie, que dedicábamos a Jacques-Louis David, la entonces prometida entrada sobre “La gran odalisca" (1814) de Ingres. Una pose que muchos ven inspirada en el retrato de Mme. Recamier (1800) que allí comentábamos. Pero la verdad es que a nosotros nos hace mucho más presente la Venus de Velázquez que ha ocupado los 3 últimos tres CLIPDAs. Así que podemos pactar que es un punto de encuentro entre ambos retratos.

 

La pieza de Ingres cuenta con una segunda versión bastante posterior, una grisalla realizada por los miembros de su taller que puede verse a continuación.


El orientalista desnudo fue un encargo de Carolina Bonaparte, la hermana de Napoleón, que fue expuesto en el Salón de París de 1819. La palabra odalisca proviene de la voz turca odalık compuesta por oda ('cámara' o 'dormitorio') y lık ('doncella'), así que literalmente significa «camarera» y, de hecho, denominaba a las sirvientas de un harén, pero no pocas de ellas consiguieron incorporarse al grupo de escogidas por el sultán lo que hizo que también haya pasado a ser sinónimo de concubina.

Es llamativa la imprecisión anatómica de esa creación de un consumado dibujante como fue Ingres, pero los especialistas son capaces de adivinar
 en la elongada zona lumbar de la representada hasta tres vértebras suplementarias. Y quizá sea esa anomalía la que ha contribuido a incrementar la popularidad de este cuadro que ha sido recreado innumerables veces.

Y ya que llevamos varíos días sirviéndonos de las deconstrucciones de famosos cuadros realizadas por Adam Lister vamos a comenzar con su versión de éste.


Aun lo fragmentó más en 2006 el artista conocido como Invader que ha hecho de los cubos de rubik su materia prima.


Por su parte, el rumano Laurentiu Todie redujo el número de puntos de color aproximándose al mínimo de información que mantiene reconocible ese lienzo que ha sido sometido a otras fragmentaciones como las de Béatrice Pouet o Karen Audette y Diane Gilson.


Una deconstrucción realizada con de enfoque diferente es la que sigue la técnica de la "lamellisation permutative" del argentino afincado en París Jack Vanarsky (más detalles en francés).


Algunos grandes nombres de la pintura también se han apropiado del cuadro como significativamente hizo Picasso en "La Grande Odalisque d’après Ingres" (1907) o el ciertamente menos conocido Paul Wunderlich (1927-2010) en su "Odaliske (nach Ingres)" de 1975.


Pero son los artistas pop los que más se han servido de este famoso desnudo y eso que vamos a dejar fuera de esta compilación la Odalisk (1955-1958) de Robert Rauschenberg (enlace por si gustan verla). Y es que por mucho que comparta título con el cuadro analizado no acabamos de ver esa pieza dentro del cliché.

El francés Martial Raysse realizó entre 1963 y 1965 una serie de apropiaciones, particularmente de Ingres, titulada Made in Japan. Siguen las variopintas versiones del islandés Erró (After Ingres, 1975), Tano Festa (Odalisca, 1967), James Rizzi (La Grande Odalisque, 2000) y Mel Ramos (Plenti Grand Odalisque, 1973). 


El japonés Ruytchi Souzouki dió un giro radiográfico al desnudo en la 'Anatomie et la beaute' (1967) mientras que Koya Abe incluyó su 'After La Grande Odalisque'  (2005) en la serie de clásicos que sometió por manipulación digital al arte de tatuaje japonés conocido como irezumi. Más recientemente el belga Jean-Luc Moerman, con quien vamos a dejarlo por hoy, también ha hecho del tatuado de imágenes famosas, ya sean pinturas o fotos (enlace a otras de sus obras), la seña de identidad de sus ‘Epiphytes’ (y recuerden que epifita es la planta que crece sobre otro vegetal sin parasitarlo).

 






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