viernes, 27 de mayo de 2016

Palabras de la semana 21


Como algunas veces quizá seamos excesivamente quisquillosos con el aquí frecuentemente criticado Martes Neológico, hoy vamos a proclamar con rotundidad que nos parece espléndida tanto la elección como las explicaciones de esta semana sobre opinólogo. No dejen de leer el artículo al que conduce el enlace anterior. Nuestra enhorabuena para Dª Mar Campos Souto que ha realizado, además, una acertadísima selección de citas.

Un texto que también nos ha servido para descubrir que el bastante intuitivo todólogo ("persona que cree saber y dominar varias especialidades") está acogido en el Diccionario, aunque con uso circunscrito a El Salvador y Honduras. No estaría de mas importarlo.

Concluye Dª Mar su apunte diciendo: “ninguno de los diccionarios del español ha acogido todavía este sustantivo [opinólogo], circunstancia que, en mi opinión, debería corregirse antes de que la opinología sucumba, en este mundo tan cambiante, ante el embate de nuevos oficios o seudodisciplinas”. Y aquí vemos una cierta contradicción, porque no parece muy lógico pedir la incorporación al Diccionario de una palabra cuya supervivencia se intuye dudosa.

Lo que pasa es que, en su fuero interno, la autora seguramente está tan convencida como nosotros de que es un oficio al que le queda larga vida. Y ello porque no es, en definitiva, mas que una consecuencia de la pereza mental de los responsables de los medios de comunicación. Es tan trabajoso molestarse en buscar gentes que sepan de cada concreto asunto para comentar una determinada noticia. Aun así, no nos amilanemos: ¡abajo la osada ignorancia de los opinólogos!

Tras la proclama pasamos al habitual comentario de la selección de palabras en desuso del suplemento Verne que esta semana son docena y media que comparten la g como inicial.

Nos ha llamado especialmente la atención que el español tenga una palabra para denominar el “pico o punta corva que tiene la hoja de la alcachofa”: el gavilancillo. Sabíamos que el municipio alicantino de Almoradí ha celebrado, usamos el pretérito porque no encontramos nada programado para este año, congresos nacionales de la alcachofa, pero no imaginábamos que ese vegetal hubiera merecido tanta atención descriptiva en nuestra lengua. ¿Habrá mas idiomas con un término para esto?

Añadiremos que el género botánico cynara al que pertenecen las alcachofas toma su nombre del griego κυνάρα o κινάρα, kinára, que es un derivado de κύων, kíon (perro), y ello porque hubo a quien le pareció que la forma de las brácteas, hojas si vds. quieren, se asemeja a los dientes de un can. Y esa palabra pasó al latín como cinara, una denominación que también aplicaban al cardo. 

Por su parte, alcachofa procede del árabe alẖaršúf[a] cuyo origen se cree que podría estar en el pelvi hār čōb que significa 'palo de espinas'. Y la cinarina es un componente químico de la misma que inhibe los receptores del gusto por lo que hace que los alimentos y bebidas, mismamente el agua, parezcan dulces.

La palabra objeto de la ilustración de la semana, una de las muy peculiares imaginaciones de Luis Demano, es garzón. Igual han sido las andanzas de un conocido Garzón las que han mediatizado la creatividad del artista. El caso es que ese término es sinónimo de muchacho o joven que procede del francés garçon y pone de manifiesto lo mal que tradicionalmente se ha pronunciado en España el idioma de nuestros vecinos.

Pero en la que ha faltado sentido de la oportunidad, o mas probablemente información sobre un personaje recientemente fallecido, es en giróvago. Y es que así se calificaba a sí mismo Miguel de la Quadra-Salcedo. Qué bien habría quedado de maravilla una pequeña referencia a esa circunstancia a modo de homenaje. Recordaremos que el espacio que le dedicó en 2013 el programa de RTVE “Nunca es tarde” llevaba por título “El giróvago Miguel de la Quadra-Salcedo”

En la actual era del turismo lo habitual es encontrar esa palabra como adjetivo aplicado a los derviches mevlevíes. En ese caso, el giro, con el sentido de errante, cambia su significado para describir las características danzas de esos exóticos practicantes del sufismo.

Como nos hemos alargado un poco tendremos que ser muy sintéticos en nuestro repaso de lo leído en Fundéu. Los del español urgente comenzaron la semana advirtiendo sobre alguna confusión que tienen detectada entre los ciertamente opuestos latente y patenteEn casos como este la cosa se nos hace mas bien materia de clase particular para alumnos poco aplicados, así que quizá debieran señalar sin piedad a los infractores.

Y como ellos no lo hacen, nosotros hemos puesto a trabajar a ese eficacísmo fisgón que es Google y hemos encontrado uno de los “horrores” nada menos que en un texto de Europa Press del 21 de enero de 2015 (enlace). Cierto que parece una recolección ajena cuya fuente no se cita. Pues haberlo hecho, por que es como para quitar, dejémoslo en temporalmente, algún carnet de periodista.

El martes los de Fundéu se aplicaron a combatir el anglicismo delivery  proponiendo alternativas tan obvias como reparto o entrega a domicilio, mientras que al día siguiente el apunte estuvo dedicado a corregir a quienes utilizan el inexistente encrispar por encrespar que, al parecer, hibridan con crispar.

El jueves ya olía a final de la Champions, así que se resolvió el compromiso diario con una batería de propuestas para evitar el anglicismo fan zone. A nosotros nos basta y sobra con zona de hinchas. Esta última palabra bien habría merecido una breve nota sobre su origen, en su efecto ya les damos nosotros un enlace a la interesante explicación.

Y hoy mismo también entroncan con el fútbol a través de la recomendación de evitar la ultracorrección "en loor de multitud (es)" en favor de la mas prosaica "en olor de multitud (es)". Una expresión nacida, ¡oh cielos!, de una analogía con el muy fervoroso olor de santidad. Que le pregunten al rey en el vestuario si la cosa va mas de loor o de olor.

Ya para finalizar, y a modo de enlace con los avistamientos de prensa que esperamos reseñar durante el fin de semana, vamos a concluir con algunos titulares que incluyen palabras que nos han llamado la atención.

En El País nos han dado a conocer el venezolanismo bachaqueo que toma su nombre de una hormiga llamada bachaco. Y ello porque los revendedores así denominados forman largas filas como esos gregarios insectos para hacerse con los productos subsidiados con que trafican.

En Expansión hemos encontrado al director de tecnología de Abanca utilizando uberizado para referirse a ser desplazado del mercado por un modelo de negocio innovador. Pero en el diario costarricense La Nación hemos visto rizar el rizo al combinarla con kodakizar. Y es que Kodak desarrolló una de las primeras cámaras de fotos digitales que evitó comercializar pensando que ello ponía en riesgo su núcleo de negocio. Y menudo batacazo le comportó tan miope decisión.






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