El Martes Neológico dedicó su apunte de esta semana a la expresión comercio justo que da nombre al movimiento cuyo objetivo es mejorar el acceso al mercado de los productores más desfavorecidos y cambiar, también, ciertas reglas del comercio internacional (un ideario, apuntamos nosotros, que es difícil ver plasmado con claridad y ni siquiera parece ser el mismo para cuantos se adjudican esa etiqueta). Dª Encarna Atienza nos detalla que en Europa hay alrededor de 3.000 tiendas de ese tipo y que la primera abrió sus puertas en Holanda en 1969. Pero, al final, todo el mundo acaba por querer sacar partido de tan bienintencionados conceptos y no faltan casos oscuros como el de Louboutin del que se ocupaba estos días la prensa.
Un asunto conexo, como es si caben los transgénicos y sus derivados en ese tipo de comercio, nos ha recordado que finalmente nos hemos dejado sin publicar un apunte que habíamos esbozado sobre una esclarecedora entrevista al biólogo molecular británico Richard J. Roberts que fue publicada en El País el pasado día 5 (enlace). Este Premio Nobel de Fisiología y Medicina fue uno de los promotores de una carta en defensa de los transgénicos que fue suscrita el pasado año por un centenar de premiados por la Academia Sueca.
La clave de cuanto defiende este científico está en la rotunda declaración “si desde que comenzaron a utilizarse hace 30 años no ha habido ningún problema con los transgénicos, ¿por qué las organizaciones y los partidos ecologistas no admiten que se han equivocado?”
Pero la pregunta es retórica porque acaba por contestarla. Insinúa primero su respuesta al afrontar si el movimiento antitransgénico se asemeja en algo al negacionismo climático:
Desde el aspecto financiero, ambos son absolutamente lo mismo, pero Greenpeace y sus aliados dicen que los OGM son peligrosos para la naturaleza y los negacionistas del cambio climático defienden que los humanos no somos los responsables. Hay una diferencia.
Pero es un poco mas adelante cuando acaba por dejarlo bien claro:
A las organizaciones verdes les fue muy bien para conseguir fondos. En Europa no necesitamos transgénicos, no vemos morir de desnutrición a personas en la calle. Pero los países en vías de desarrollo necesitan una agricultura mejor, necesitan transgénicos. Me parece criminal que se siga diciendo que son peligrosos.
Quien ha visto lo que fue y quien ve ahora en qué se ha convertido esa pequeña multinacional verde con enormes necesidades de fondos para mantener su estructura. Tremendo lo de hacer caja con el miedo. A quienes les produzca rechazo esta tesis les sugerimos que reflexionen sobre cuanto saben sobre Greenpeace y si, cuando menos, tienen idea de para cuantas personas se ha convertido en su medio de vida.
Grijelmo se ocupó en su artículo Nevada republicana de la imposición de una determinada forma de estado que lleva aparejada la pregunta del referéndum catalán. Curioso, pero no deja de ser cuestión menor entre tanto desvarío. Con lo pintoresco que resulta que se admita cualquier quorum para proclamar la independencia en caso de victoria del sí, mientras que, según hemos leído en El Mundo, la Ley de régimen local de Cataluña requiere el pronunciamiento favorable de mas de un 50% del censo de los vecinos de una localidad para que pueda iniciarse un proceso de segregación municipal.
Cínica democracia a la carta mientras los mas tontolculos y tontolculas se llenan la boca con ese hipócrita 'no podemos oponernos' a procesos participativos. De algunos de ámbito municipal, uno de ellos tratado en nuestra entrada El pijopulismo, se ocupa Javier Marías en su artículo Timos democráticos.
Otra curiosidad que desconocíamos y hemos leído a Manuel Cruz, es que el sucesor de Puigdemont como alcalde de Gerona (nosotros también decimos Nueva York y Londres) iba colocado en el número 19 (sí, diecinueve) de la lista de CiU y ni siquiera había sido elegido concejal. Así que para que pudiera tomar posesión se requirió la insólita renuncia de los 18 candidatos anteriores.
Pero tampoco podemos olvidar la miseria de los argumentos que hemos oído, ya mucho mas cerca de aquí, a esos 'demócratas' aferrados a consignas como la no personalización de las víctimas del terrorismo (Atocha is different, of course). Todo ello a cuenta de la cicateramente rectificada decisión sobre la pancarta de Miguel Ángel Blanco. Gentes rebosantes de la enorme comprensión que tan bien retrató Mingote en una viñeta de 2011.
Y si la pancarta de los refugiados no necesita los servicios del adverbio all, ¿por qué hace falta ese todas en la de las víctimas?
Nos vamos a Fundéu que comenzó la semana con un recordatorio de que en la locución 'loca de contento' el último término no es un adjetivo, sino un sustantivo que vale por alegría y, por ello, permanece invariable sin concordar ni en género ni en número. Así que 'loca de contenta' es incorrecto aunque no faltará quien pase de la norma para alardear de lenguaje à la page.
El martes estuvo dedicado a promocionar el uso de la palabra mentoría como alternativa al anglicismo mentoring. Y ello a la par que volvían a publicar unas sosas claves de redacción sobre San Fermín ya divulgadas en años anteriores.
Doble apunte para cruzar el ecuador semanal, uno sobre la ortografía del peñón de Gibraltar (y también de La Linea de la Concepción) que estuvo acompañado por un segundo en el que se advierte que no es apropiado aplicar comillas ni cursiva al sustantivo pollero cuando se emplea para referirse a quien transporta trabajadores indocumentados a los Estados Unidos. Y ello porque se tata de un mexicanismo ya admitido en los diccionarios de referencia.
El apunte titulado salmonela, sin doble ele y en minúscula es un buen ejemplo de que los urgentes pecan, a veces, de ser un tanto cuadriculados lingüistas. Y es que lo de no citar al epónimo patólogo estadounidense D. E. Salmon (1850–1914) se nos hace injusto a más de poco pedagógico.
La última recomendación de la semana fue utilizar la expresión 'pago verde' para denominar las ayudas europeas que en inglés reciben el nombre de greening. Las que tienen la eurodenominación extendida de 'pago para prácticas beneficiosas para el clima y el medio ambiente'. A la vista de que lo primero que nos evocó esa propuesta es una parcela para la producción de vino ecológico, si nos dejaran opinar, prefiriríamos hablar de 'ayuda verde'. Así igual hay algún euroburócrata que discurre algún apoyo que no sea necesariamente una transferencia.
Pasamos al Laboratorio del Lenguaje del Diario Médico que dedicó su artículo del pasado sábado al médico-escritor Frederik van Eeden (1860-1932). Un personaje que empezó investigando sobre la tuberculosis y acabó convertido en el primer psiquiatra holandés renombre internacional. Prometen volver con mas detalle sobre alguna de sus obras.
José Ignacio de Arana se aplicó en el apunte posterior a promover referirse a la vejez con el término valetudinario ('dicho de quien sufre los achaques de la edad: enfermizo, delicado, de salud quebrada'). Una palabra formada a partir de raíz latina vale, que significa salud, un término con el que los romanos remataban sus epístolas como forma de expresar buenos deseos. Pero casi nos parecería mejor recuperar valetudinaria como denominación de las residencias de ancianos.
Fernando A. Navarro se ocupó el miércoles de cual debería ser la escritura en español de la enfermedad para la que suele utilizarse la transcripción chikungunya que el inglés ha hecho de su nombre en lengua maconda. Un apunte en que critica las propuestas chicunguña y chikunguña realizadas por Fundéu porque, según nos explica, ese dígrafo funciona repartido entre dos sílabas, como en cónyuge. Así que los urgentes igual incurrieron en una cierta catalanitis lingüística.
Aun hemos leído en ese blog un cuarto apunte, el dedicado a la XII Jornada MEDES (que olvidan aclarar significa MEDicina en ESpañol) donde se debatió el papel de las redes de conocimiento en la biomedicina. Una cuestión en la que hay asuntos tan capitales de por medio como conseguir que la posverdad no llegue a la ciencia y evitar que las falacias encuentren en las redes tantas facilidades para medrar.
Volviendo a las escasas palabras que hacen uso de la k, esta semana nos han mandado unos vídeos sobre el baile de origen angoleño llamado kizomba. Un lampedusiano perreo en el que la narcisística diversión parece radicar mas en ser visto que en el propio disfrute del baile en pareja.
Muy propio de algunos de los valores al uso, como los que subyacen en el desolador anuncio de los tatuajes de Mahou que nos vuelve a traer a la mente la frase de Savater que transcribíamos la semana pasada: la cuestión ya no es qué mundo dejaremos a nuestros hijos sino qué hijos van a quedarse con el mundo.
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