Tampoco podemos por menos que congratularnos de que, como postulábamos a modo de conclusión en otro reciente apunte, muchos se hayan animado a llenar de felicidad a un buen puñado de candidatos que, no olvidemos lo de "espléndidamente becados", bien podrían "encargarse de tocarles los cataplines a los grandullones", decíamos. Así sea. Por favor, no se olviden de las portadoras de tales atributos en versión metafórica.
Como no hemos visto por ahí el gráfico que, a nuestro entender, mejor muestra la mutación que se ha producido en estas elecciones, hemos considerado un deber actualizar el que les mostrábamos en la pasada entrada "Un poco más de Europa". Les advertimos que hemos conservado deliberadamente la ya insuficiente escala vertical para poner de manifiesto hasta que punto se ha desbordado la seleccionada en su momento por el, cojan aire, Gabinete de Estudios Electorales de la Unidad de Apoyo de la Dirección General de Política Interior. Por eso hablamos de mutación, por mucho que los políticos más desvergonzados encuentren motivos de satisfacción.
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