Una vez que el repaso de portadas del “Día de la madre” nos ha llevado hace pocos días hasta los avatares que ha vivido
la adusta progenitora del pintor Whistler (enlace) podría ser oportuno profundizar un poco en el proceso inspirador inducido por las obras de arte más famosas. Nos permitimos recomendar a quienes sientan especial curiosidad por este tema el libro “De Mona Lisa a los Simpson”
cuya llamativa portada pueden ver junto a estas líneas. En esa obra la historiadora del
arte Francesca Bonazzoli y el
crítico Michele Robecchi analizan treinta grandes iconos de nuestro tiempo.
Paradójicamente no se incluye entre los seleccionados el “Arreglo en gris y negro nº 1” que, como hemos visto, está detrás de creaciones que van de dibujos con y sin animación a portadas o gráficas publicitarias.
Por nuestra parte vamos a tomar nuevamente como hilo conductor de nuestra aportación a esta cuestión el
semanario “The New Yorker”. No en vano esta es una
revista que muestra cada semana su sensibilidad sobre el particular al encargar invariablemente sus portadas a reputados ilustradores desde su lanzamiento en 1925. Vamos a continuar, pues, el repaso iniciado la semana pasada de las que se han inspirado en conocidas obras de arte.
Si ya hemos visto como Whistler está
detrás de dos cubiertas del semanario neoyorquino a través de una misma obra, el
artista al que más han recurrido los responsables creativos de esa publicación es
el malagueño Pablo Picasso. Su óleo titulado “Mujer
frente al espejo” (1932) que se exhibe en el neoyorquino MoMa protagonizó el número de noviembre de 1992 donde apareció combinado con otra popular obra expuesta en ese mismo museo, el “Retrato de Madame X” (1884) cuyo autor
es el pintor norteamericano John Singer
Sargent.
Muy apropiadamente la reproducción de ese segundo cuadro en la ilustración titulada “Not my self today” (No soy yo misma hoy) realizada por Russel Connor está dispuesta utilizando una simetría especular del original. Es reseñable que la creación de Picasso ya había sido utilizada en abril de 1955 por la revista satírica MAD en un especial dedicado al arte. Visto que también se habían anticipado con la madre de Whistler, cabe pensar si esa publicación no habrá sido lectura juvenil de los responsables del semanario neoyorquino. Y es que ya se sabe que el subconsciente trabaja a nuestras espaldas.
Muy apropiadamente la reproducción de ese segundo cuadro en la ilustración titulada “Not my self today” (No soy yo misma hoy) realizada por Russel Connor está dispuesta utilizando una simetría especular del original. Es reseñable que la creación de Picasso ya había sido utilizada en abril de 1955 por la revista satírica MAD en un especial dedicado al arte. Visto que también se habían anticipado con la madre de Whistler, cabe pensar si esa publicación no habrá sido lectura juvenil de los responsables del semanario neoyorquino. Y es que ya se sabe que el subconsciente trabaja a nuestras espaldas.
Con ser, el que acabamos de ver, un cuadro poco utilizado por los más conspicuos "apropiacionistas" de obras de arte, cabe destacar que forma parte de los clásicos que han sido remedados en el merchandising de los Muppets de Jim Henson conocido como "Miss Piggy´s Art Treasures". La primera composición del bloque que sigue se titula "Pig before a mirror". A su lado puede verse la versión "cookie art" (arte con galletas) de los mismos creadores. Debajo, una felina versión incluida en el libro Arty Cats (1999) de Vicky Cox y David Baird emparejada con la versión de Jim Beaman para la colección "The Plaboy Art Gallery" publicada a mediados de los años sesenta.
Cambiamos de cuadro. Y es que no podía faltar el “Guernica” en una revista tan afín al mundo del arte editada en Nueva York, la ciudad que acogió la más famosa representación artística de los horrores de la guerra hasta el año 1981 en que se decidió su regreso a la España ya democrática. La ilustración de Harry Bliss titulada “Setting the Stage” (Preparando el escenario) se utilizó como referencia a la inminente intervención bélica en Irak. Es oportuno recordar que la reproducción del cuadro que desde 1985 decora la entrada de la sala del Consejo de Seguridad de la ONU había sido tapada con una cortina azul con motivo de la intervención del Secretario de Estado Collin Powell en la que trató de explicar las razones de la que pasaría a ser conocida como Segunda Guerra del Golfo (reseña del asunto en el NY Times).
Otro fragmento del Guernica
en el que aparece su inconfundible caballo había sido utilizado en la
picassiana exposición que ambientaba el homenaje realizado en el número de
abril de 1999 al personaje de comic “Plastic
Man”. Un secundario del universo del comic creado por Jack Cole que llegó a los quioscos en 1941. El encargado de
ilustrar la referencia que la revista ha negado a superhéroes mucho más famosos fue Art Spiegelman (1). El otro Picasso que aparece en primer plano es "Hombre con sombrero de paja y helado" (1938), un cuadro que hace con ese característico tocado una clara referencia a Van Gogh.
A diferencia de la portada precedente en la que se utilizaba una reproducción literal del cuadro inspirador, en este caso sí hay una distorsión de la obra, una práctica habitual en las portadas basadas en famosas obras de arte. En este caso la figura del caballo está tomada de un boceto preparatorio del Guernica que se ha combinado con la característica bombilla-ojo. Una composición que difiere de la original, como puede apreciarse al compararla con el detalle del cuadro que también adjuntamos.
Más distorsión aun encontramos en la revista francesa "Siné Hebdo" fundada por Maurice Sinet tras abandonar en 2008 "Charlie Hebdo". En el número publicado en octubre de 2008 utilizaba las características formas de una de las figuras del Guernica para representar el pánico de un potentado ante la crisis. A su lado el horror de las compras navideñas visto por la británica Punch en 1985.
Volvemos a The New Yorker para ver el número de abril de 1998 de cuya ilustración fue encargada a Michael Roberts. En su cubierta encontramos una cuarta referencia de esa revista a la obra de Picasso en una dama creada con el característico estilo del malagueño que se perfuma con “Eau de Pablo”. La referencia podría entroncarse con los perfumes asociados a la "marca Picasso", puesto que la hija del pintor entró en ese negocio en 1984 con una primera creación a la que dio su propio nombre Paloma.
Adicionalmente, la ilustración de T. Hachtman para el número de agosto de 1984 es un homenaje a las dos mujeres corriendo por la playa pintadas por Picasso en 1922. El concepto se actualizaba montándolas en unas motos de agua que en aquel entonces alcanzaban creciente popularidad.
El mismo cuadro inspira la portada de la revista Viva Lewes de junio de 2008 ilustrada por Neil Gower.
Pero tenemos que retroceder nada menos que hasta noviembre de 1930 para buscar la primera portada cubista de la revista que nos sirve de guía. En aquel número encontramos la representación de un bodegón ilustrativo de la festividad del Día de Acción de Gracias que, con permiso de Don Pablo Ruiz, también nos trae a la mente la obra del artista madrileño que se dio a conocer con el seudónimo de Juan Gris. El encargado de recrear su estilo con un conjunto presidido por una cabeza de cerdo y no por el característico pavo de esas fechas fue Theodore G. Haupt. En mayo de 1991 se utilizó como portada un segundo bodegón cubista presidido por un inconfundible donut acompañado de un humeante café.
Para concluir dos portadas pertenecientes a la revista satírica inglesa Punch (números de junio 60 y octubre 54) realizadas por Ronald Searle, un confeso admirador del malagueño.
Quienes se hayan quedado con ganas de más pueden seguir este enlace para acceder a un repaso (además en español) de la presencia de la obra de Picasso en los Simpson´s.
(1) Spiderman fue el motivo de portada del número fechado el 11 de enero de 2011, pero lo fue a causa de los repetidos accidentes sufridos por los protagonistas del peligroso montaje del musical dedicado al superhéroe. La ilustración de Barry Blitt lo dejaba bastante claro.
Adenda 12/20: Rick Meyerowitz aporta desde la revista The American Bystander una navideña parodia de “Mujer frente al espejo” (1932).
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