Acaba de regresar nuestro Rey de un viaje a Omán, una visita que ha recibido toda suerte de mediáticos parabienes por mas que desconozcamos los resultados concretos de la misma al margen de su utilización en la campaña de mejora de la imagen de nuestro monarca. No era mal momento para que hubieran aprovechado para contarnos algunas cosas de ese poco conocido país, pero ha sido que no. Como nos ha picado la curiosidad hemos estado investigando un poco y, ya puestos, les hacemos una síntesis de nuestras averiguaciones.
Esa nación situada en la ribera sur del estratégico estrecho
de Ormuz tiene una extensión ligeramente
superior a la de la antigua Castilla (o
sea, Castilla-León + Castilla-La Mancha + Madrid + Cantabria, ¿se acuerdan cuando
los coches de esta comunidad llevaban una pegatina que ponía “Santander, mar de
Castilla”?) o si se quiere algo mas de seis Cataluñas,
para que no digan los nacionalistas que les marginamos, mientras que su población solo es algo
superior a la de Galicia, unos 3
millones de habitantes. La particularidad es que casi un 30% son extranjeros, ¿recuerdan
que nosotros andamos por el 11%?, puesto que, como es habitual en los países del Golfo,
cuenta con un importante contingente de mano de obra extranjera, especialmente
india y pakistaní, bastante peor retribuida que los trabajadores nacionales.
Un artículo ya un poco antiguo que hemos leído en “The Economist” (vale, no nos ponemos pesados con lo de la nota para Ana) comienza calificándolo como el “mas encantador de los estados policiales” y
concluye centrando los dos problemas mas perentorios de esta monarquía absoluta
en la creación de un tejido económico diversificado para cuando se acaben las declinantes
reservas de petróleo y en la sucesión. Esta se rige por un peculiar
ordenamiento constitucional por el que el llamado a sustituir al Sultán Qabús bin Said solo será elegido tras su muerte por los miembros del consejo de la familia real entre sus descendientes varones. Menudas
puñaladas puede haber ahí. No hemos encontrado información de cuantos son los candidatos
actuales, pero sin ánimo de gafar, este monarca que asumió el poder en 1970
tras derrocar a su padre, luce un aspecto bastante desmejorado respecto al de la imagen utilizada en la última emisión de billetes que tan solo data de 2012. Quizá solo sea una consecuencia de la coquetería de utilizar imágenes bastante desactualizadas.
Nos sugieren desde La Moncloa, que servidumbres tiene
acceder a los fondos de reptiles, que les recordemos que este rico estado
petrolero aparece clasificado por detrás de España en PIB per cápita en los
rankings mas habituales (puestos 30, 42 y 38 de los enlazados que, curiosamente, le asignan
cifras bastante dispares, frente al estable 28-29 de España). Aun así, conviene no olvidar que la media es un estadístico muy imperfecto que hay que manejar con mucho cuidado. En el caso del ratio económico omaní el divisor tiene muchos convidados de piedra al festín hidrocarburado. Cierto que por aquí también hay bastante de eso, aunque entendemos que el efecto es menos acusado.
Lo que de verdad nos ha llamado la atención es el pedazo de yate que tiene el sultán que, además, se desplaza acompañado por otro barco cuya misión es prestarle apoyo logístico, un caso singular entre los grandes navíos de recreo del mundo. A continuación les mostramos tres vistas de los 155 m. de eslora del “Al Said” bautizado con el nombre de la dinastía de su propietario y, si se fijan, a su popa asoma otro navío mucho mas feote en el que la imagen inferior derecha nos permite apreciar la pista de aterrizaje para helicópteros con acceso a un voluminoso hangar. Ese es el “Fulk Al Salamah” que le da servicio y siempre aparece atracado lo mas próximo posible (también es el que asoma su popa en la foto superior derecha).
Lo que de verdad nos ha llamado la atención es el pedazo de yate que tiene el sultán que, además, se desplaza acompañado por otro barco cuya misión es prestarle apoyo logístico, un caso singular entre los grandes navíos de recreo del mundo. A continuación les mostramos tres vistas de los 155 m. de eslora del “Al Said” bautizado con el nombre de la dinastía de su propietario y, si se fijan, a su popa asoma otro navío mucho mas feote en el que la imagen inferior derecha nos permite apreciar la pista de aterrizaje para helicópteros con acceso a un voluminoso hangar. Ese es el “Fulk Al Salamah” que le da servicio y siempre aparece atracado lo mas próximo posible (también es el que asoma su popa en la foto superior derecha).
El “Al Said” es
el yate privado con mayor desplazamiento del mundo (15.850 toneladas) pero no el de mas eslora, el parámetro por el que suelen ordenarse las clasificaciones de superbarcos (no se tiren a la versión en español de este artículo de la Wikipedia porque está muy desactualizado). En ese
ranking solo es el cuarto por detrás de los 180m. del “Azzam” propiedad del emir de Abu Dabi y presidente de los Emiratos
Árabes Unidos, el jeque Jalifa bin Zayed
bin Sultan Al, los 163,5 del “Eclipse”
de Roman Abramovich, dueño del Chelsea y único no árabe
entre los nueve primeros de la lista, y los 162 del “Dubai” del mandatario del
emirato homónimo y actual primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos Mohamed bin Rashid Al Maktum.
Azzam |
Eclipse |
Dubai |
Unas vistas adicionales del “Eclipse” dan mejor idea del
poderío de estos artefactos.
Si les apetece seguir curioseando la clasificación de los mayores yates pueden seguir este enlace.
Adenda 7/5/14: Como contraste hemos encontrado una interesante reseña del estado del podio de la especialidad a finales de los años cuarenta en la revista "Mechanix Illustrated" de marzo de 1950.
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