En cualquier manual de dirección por objetivos se explica
que estos deben tener dos atributos fundamentales cuales son ser ambiciosos a la
par que alcanzables. Si fallan estas premisas las cosas no funcionan, no se produce la deseada motivación. Por eso
resulta llamativo que una de las grandes cadenas de televisión nacionales, en
concreto Antena 3, se haya embarcado en una nueva campaña contra los accidentes
de tráfico de las que esa casa genéricamente denomina ”Ponle freno” con la meta de conseguir que en el año 2020 haya cero víctimas mortales en las
carreteras españolas. En este enlace pueden acceder al manifiesto.
Da la
impresión de que la espectacularmente positiva evolución de la mortalidad en los últimos años ha calentado la cabeza de alguno que ha debido recordar aquello
de la regla de tres y ha inferido que
si en el último quinquenio la cifra de fallecidos en vías interurbanas ha disminuido en 1.052
personas, en tan solo 6 años nos sobra tiempo para reducir a cero los 1.128
registrados en 2013. Les señalamos que la cifra del gráfico grande tomado de El País que hemos colocado mas abajo es una previsión que finalmente tan solo erró en dos unidades.
Y es que el diagrama oficial del Ministerio, que
también adjuntamos para que puedan opinar, ya se ve que es muy feo. Mucho Pegasus multando desde el aire y luego vaya gabinete de prensa que se gastan.
El gráfico del Ministro |
El caso es que se pone
un añito mas a modo de margen y se obtiene como vencimiento del compromiso el muy
redondo y comercial 2020. Les instamos a que reparen en que si el señor
o señora de la regla de tres se hubiera puesto a discurrir en los años 60 aplicando el
mismo procedimiento hoy tendríamos que estar superando las 10.000 muertes anuales.
Ya se ve que no es fácil pronosticar el futuro, no digamos si se hace con planteamientos
simplistas. Aun así, a estas alturas del año no es descabellado anticipar que este 2014 parece
que va a ser el de la inflexión que ralentizará severamente el prodigioso
descenso de víctimas iniciado hace una década. Obsérvese en el gráfico como
ya en 1995 ocurrió algo similar desencadenando una fase de ocho años de
estancamiento que no se rompió hasta el tramo final del “aznarato”.
No tenemos
acceso a ningún estudio que analice la contribución a la
reducción de la siniestralidad de las numerosas
medidas adoptadas y los múltiples cambios habidos tanto en la sociedad como en
el parque móvil. Pero da la impresión de que el repertorio de iniciativas para seguir mejorando las cifras ya tiene corto recorrido y cuesta
bastante imaginar una utópica sociedad sin muertes en la carretera. Incluso se ve como cobran creciente protagonismo algunos nuevos factores como los dispositivos de comunicación móviles que claramente juegan
en contra. Y eso que esperamos que la recientemente documentada “muerte por
selfie” no pase de ser una triste anécdota.
Parece que el carnet por puntos implantado en 2006 ya ha agotado
casi toda su capacidad de disuasión y somos un país fuertemente radarizado en el que, además, la alcoholemia y otros peligrosas consumos están bastante supervisados. Tampoco quedan muchas carreteras convencionales cuyos tráficos justifiquen su
conversión en autovías, significativamente mas seguras y con una tasa de mortalidad
por siniestro significativamente mas baja.
Evidentemente esto no quiere decir que no queden cosas por
hacer, faltaría mas, pero no se atisban grandes medidas y algunas de las
posibles alternativas no son viables económicamente. La sociedad ni quiere ni
puede permitirse el “pagando lo que sea”. Pensemos, por ejemplo, en las rígidas células de fibra de carbono y la sujeción conocida como HANS (head and neck support) que han permitido que no haya muerto
ningún otro piloto de Fórmula 1 desde que Ayrton
Senna se dejara la vida en Imola hace 20 años. Sin embargo, es oportuno llamar la atención sobre el hecho de que no es
el último fallecido en esa competición cuya estadística mas dolorosa cierra un
comisario de pista del circuito de Melbourne
mortalmente alcanzado por una rueda en 2001. Una circunstancia que nos invita a recordar que una de las cifras mas resistentes a la baja es la de peatones fallecidos por
atropello (que son el 30% de las víctimas mortales), y ahí el envejecimiento de la población juega en contra. ¿Vds. saben por qué los ancianos se vuelven anarquistas semafóricos?
Por analogía con buenos los resultados que da en el automovilismo
de competición no hace tanto fantaseábamos con la posibilidad de que se
implantara el uso obligatorio de casco (cabeza y cuello concentran el 43% de las lesiones por accidente de tráfico), pero parece que la sociedad tiene una limitada
disposición para aceptar medidas de tal calado. De hecho, en la reciente modificación de la Ley de Tráfico se ha reculado en la inicial intención de imponer el uso urbano a los ciclistas y la medida ha quedado restringida a los menores de 16 años. Pero ya se verá por donde salen los responsables de la cosa, porque
si hace años nos dicen que te iban a inmovilizar un coche por llevar a un mozalbete que ya mide su metro y pico sin la silla homologada no nos lo habríamos
creído. Como ayuda para valorar este “cómo hemos cambiado” pueden volver a darse una vuelta por el apunte del mes pasado en el que recordábamos a través de un anuncio del Seat 124 como viajaban los niños no hace tanto. Excelente evolución, ojo. Pero también suponemos
que si se baja a 70 km/h la velocidad máxima en autopista disminuirá la
siniestralidad, aunque es previsible que la cosa levantara alguna ampolla y ya se sabe que quien se rebota no te vota.
Reflexión sobre la protección de la infancia. |
En este momento de cierta indefinición sobre los próximos
pasos que cabe dar tras la reciente implantación de la enésima batería de cambios legales no es raro que la
asociación de fabricantes de coches llamada ANFAC trate de llevar el agua a su
molino y haya vuelto a insistir sobre los difíciles de cuantificar efectos del
envejecimiento del parque móvil tanto sobre la siniestralidad como sobre la
lesividad (víctimas por siniestro). En esto pasa igual que con el cambio climático, es innegable que se
produce, así ha sido a lo largo de la historia de la Tierra, lo difícil es
cuantificar el impacto concreto de las actividades humanas con mayor
repercusión sobre el mismo. Una sobrevaloración creará innecesarias penurias y
una infraestimación puede ser desastrosa. El caso es que la DGT proclama en su
informe de 2012 que “el riesgo de fallecer o resultar herido grave se multiplica por dos al
comparar los accidentes ocurridos en vehículos de menos de 5 años de antigüedad
con vehículos de 15 a 19 años de antigüedad”. Ya nos gustaría que nos
dieran el dato para un tramo un poco menos antiguo (el de los vehículos que ya tienen
diseños modernos de absorción de impactos y airbags, por ejemplo), porque parece que las tecnologías de
seguridad, sobre todas las pasivas (las que actúan cuando te la pegas), viven
una fase de cierto estancamiento. La última que va a convertirse en obligatoria
para coches matriculados a partir de 2015 es la llamada automática de emergencia (“e-call”) que da la impresión de que tiene algo de placebo tipo “vean como se hacen cosas” y su alcance real se intuye bastante limitado. Pero
qué legislador tiene entrañas para oponerse a tan bienintencionada y no muy
costosa medida por mas que su eficacia esté restringida a una reducida porción
de los accidentes.
Esta misma semana escuchábamos proclamar con cierta
solemnidad en un noticiario de la propia Antena 3 que España tiene el parque móvil mas viejo de Europa. Alguno leyó mal la nota de prensa de ANFAC porque no se dice eso en los informes que conocemos. Lo que
sí es verdad es que es el mas viejo de los cinco mercados principales: Alemania,
Italia, Francia , Reino Unido y España. Pero la UE, de momento, está formada
por 28 países.
El último estudio sobre esta cuestión que está colgado en
la red data de octubre de 2012 (enlace) y está realizado con datos del año precedente. En el mismo no se relacionan
todos los países de la Unión, pero el gráfico de edad media del parque de
turismos deja bien claro que al menos Portugal
y Grecia están peor que nosotros.
Así que, señores periodistas, a leerse con mas cuidado lo que les mandan. Bastante orientaditos salen los mensajes en las notas de prensa como para no aplicar un poco de atención crítica.
Mientras nos quedamos con ganas de decirles a los de ANFAC
que ya nos gustaría cambiar de coche, que si no lo hacemos no es por vicio ni
por fastidiarles, vamos a despedirnos con una mala noticia para Antena 3 y para
la sociedad en general: no se cumplirá el objetivo fijado. Y bien que lo
sentimos.
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