jueves, 25 de diciembre de 2014

Más “Santas”


El oficio de Santa Claus tiene momentos tanto de contrariedad como de perplejidad, aparte de algunos de riesgo que ya hemos visto en el apunte precedente y completamos en este con la adjunta amenaza canina. Otra fantástica ilustración de J.C. Leyendecker para The Saturday Evening Post.

En el bélico año de 1944 resultaba muy apropiado destacar la competencia del prestigio militar como bien ilustró W. Cotton, mientras que no es una de las mayores chocheces que se haya visto hacer con mascotas llevar al perrito a conocer al personaje y quizá incluso hasta a pedir sus regalos (ilustración de Helen E. Hokinson). Al menos así cabe esperar que después no acabará haciendo lo mismo que el primero que hemos visto.



Mas tópica es la representación del típico niño asustado ante tan imponente personaje. Junto a estas líneas un ejemplo de 1958 tomdo del Saturday Evening Post.


La acumulación de pedidos es un tema que ha repetido en las portadas de nuestro semanario favorito como también lo ha sido vincular la figura del navideño personaje con el cambio climático. Cierto que la segunda portada titulada “High Noon” (el título original del film titulado en España “Solo ante el peligro”; en inglés literalmente es una referencia al mediodía que también sirve para designar el momento culminante de algo) se publicó en un mes de agosto. No es fácil ser original semana tras semana. 


La penúltima portada pertenece a nuestra categoría favorita, cual es la de aquellas que que consiguen vincular una tema propio de la época del año con algún acontecimiento relevante de la actualidad. En apuntes pasados hemos visto sucesos del momento vinculados al Día de Martin Luther King o a los tópicos de San Valentín (enlace) así como a personajes políticos de actualidad insertos en el tradicional ritual del “trick or treat” de Halloween (enlace).

Una interesante cubierta navideña de esa tipología es la realizada en 2009 por Barry Blitt representando al presidente Obama recibiendo a Santa Claus con una ostensible reverencia. Se trataba de una referencia a las críticas que había sufrido el mandatario americano por parte de los miembros del Partido Republicano por un gesto similar que había realizado para saludar al emperador japonés.


En esa misma línea de vincular noticias de la actualidad estaba el macabrillo accidente que representaba Life en 1905 al hacer chocar el trineo de Santa Claus con el primer rascacielos de Nueva York. Se trataba del Flatiron Building que había sido concluido no mucho antes, un hecho que claramente exigía un cambio en las rutas de sobrevuelo de la ciudad. Claro que para brutal percance aeronaútico el que imaginaba National Lampoon en su último número de 1970.

El trineo tradicionalmente tirado por renos es protagonista de un buen número de portadas en TNY como las ilustradas por Bruce McCall (1997) y Eric Drooker (2011). Y no podía faltar entre las mismas alguna referencia al atestado tráfico (1994; por Carter Goodrich), mientras que en 2012 Eduard Sorel nos presentaba un tiro un tanto irresponsable.


Esos renos no iban a tener tiempo de hacerse la “foto de familia” como ocurría en la portada de 1973 obra de James Stevenson. En cambio, ya se acercaba el final de la faena en la cubierta del 14 de diciembre de 2011 dibujada por Tuck. El mensaje que Papá Noel envía desde su móvil, por cierto que transgrediendo las normas de conducción, dice: “Última parada. Estaré en casa pronto. Ponte algo pícaro”. ¡Vaya con Santa!


Con tanto Santa Claus no está de más destacar que en 1962 el Niño Jesús consiguió abrirse paso hasta una portada en The New Yorker, la única ocasión que conocemos en que lo ha hecho (y alguna de las raras veces que esto ha ocurrido en otras revistas americanas la cosa puede ser de cuidado: enlace). La ilustración con la que cerramos el apunte de hoy es obra de William Steig.





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