sábado, 17 de septiembre de 2016

Palabras de la 37ª



Qué desatino tan gratuito la ilustración de la palabra vinolencia (exceso o destemplanza en el beber vino) realizada por Luis Demano para el artículo “19 palabras vitales con la V” del suplemento Verne de El País. Y que no nos vengan con el sanitario argumento de que el exceso está en que los que beben son  niños, porque hasta el mas ateo sabe cuanto se bebe en la muy poco habitual comunión bajo las dos especies. No lo compramos. Ese vocablo significa lo que significa.

Nos tenía acostumbrados este artista a un considerable grado de antipedagogía, y en este blog nos hemos hecho eco repetidamente de ello, pero esta vez la ejerce exponiendo sus miserias. Dejando claro que tan solo es uno de tantos pobres de espíritu incapaces de practicar el respeto a los demás, gentes discapacitadas para la convivencia.

Qué facilona la apelación a la religión. Le faltó meter un poco de sexo que también suele funcionar bien. Y juntos no digamos. Luego igual es de los que se quejan de que otros no respeten, pongamos por caso, la institución familiar, y se caguen, pongamos por caso, en su puta madre. Porque esto de faltarse solo es empezar. Y quede claro que por aquí somos de poca comunión, mas bien de ninguna, así que no estamos defendiendo "lo nuestro". Pero sí somos de defender la convivencia que es inviable cuando media la ofensa gratuita (ojo al adjetivo, por si alguien piensa que hay contradicción con lo escrito un poco mas arriba).

Basta de violencias a cuenta de la vinolencia. De venternero (glotón, tragón) nos llama la atención su no tan obvio origen en la palabra vientre, ya se ve que con alguna metátesis de por medio. Mientras que vitando se nos hace palabra peligrosa por ambigua, ya que se aplica tanto a lo “que se debe evitar” como lo “odioso o execrable”. Cuidadín, pues, con ella.

Vamos a saludar con un sonoro ¡buenoooo! la elección del Martes Neológico del Cervantes Virtual, nada menos que la ciertamente polémica buenismo. A ver si se consolidan este tipo de selecciones relevantes en el lenguaje moderno, como también lo era el wok de la semana pasada. Y como nos parece un artículo bastante ponderado, salvada la muy cursi ilustración, no vamos a destriparlo mas. Pero lo que no vamos a pasar por alto es lo de la imagen, por mas que no fuera un empeño fácil.

Una aproximación siempre útil en busca de alternativas es preguntarle a Google como ve el asunto la red. Y esto es lo que no ha contestado sobre buenismo:


Curioso que, entre las 30 primeras respuestas, Zapatero tan solo aparezca una vez y, además, en una viñeta compartida que les ampliamos. Porque que seguramente es la persona mas asociada por el común de los españoles con ese concepto que siempre se usa con sentido peyorativo.

Pero, en nuestra opinión, una interesante lección histórica de los perversos efectos que puede llegar a tener el buenismo es la que, muy a su pesar, dictó al mundo el primer ministro británico Neville Chamberlain cuando en 1938 exhibía orgulloso el acuerdo que traía de Munich. En el miso se cedía cobardemente a la Alemania de Hitler la región checa de los Sudetes, una indignidad que consideraba evitaría la guerra. Lo ocurrido con posterioridad creemos que convierte la escena en una muy pedagógica ilustración.

Volvamos al lenguaje, porque nos hemos apartado un tanto. En relación con los neologismos también es reseñable la presentación del "Diccionario Ilustrado Contra el hambre". Una actividad que forma parte de la campaña "Palabras contra el Hambre" desarrollada por las organizaciones Acción contra el Hambre y la Escuela de Escritores. La obra combina un glosario de palabras clave sobre esta cuestión con otro de vocablos inventados al que pueden echar un vistazo en su web. Nos traemos algunos ejemplos que nos han gustado:

Alimencracia: régimen político cuyo primer objetivo es que nadie pase hambre.

Calhambre: impulso eléctrico que te impulsa a actuar contra las injusticias que provocan el hambre. 

Gastronotuya: arte de cocinar para los demás (aquí se les ha olvidado un desinteresadamente).

Completamos la reseña de esta, física y químicamente (forma y objetivo), bonita iniciativa con la imagen de esa forma de vergüenza que es la hambruenza.



Cambio de tercio. Fundéu comenzó la semana advirtiéndonos que se cae en picado o en picada, según los países, pero no tiene sentido aplicar a las subidas bruscas ese término derivado del pico de las aves de presa.

El martes nos propusieron algunas alternativas al anglicismo ‘social media fatigue’ como son fatiga, hartazgo, agotamiento, saturación o empacho de redes sociales. Nosotros vamos a permitirnos añadir uno mas con claro sesgo asturiano: fartucos del Facetuiter.

El miércoles nos pidieron decir conciencia plena en vez de mindfulness y el jueves desaconsejaron el uso de mandatorio, la españolización de mandatory, cuando contamos con palabras como obligatorio, imperativo o preceptivo.

Los eventos de moda que estos días vive Madrid les llevaron a reeditar ese mismo jueves una entrada ya publicada anteriormente con una lista de extranjerismos usuales en la moda que relaciona sus correspondientes alternativas en español.

En este terreno lo llevan bastante crudo. Comenzando porque la citada semana de la moda tiene su nombre oficial en inglés, Madrid Fashion Week. Con lo bonito que era el castizo Pasarela Cibeles. Pero es que, encima, el centro de la capital está forrado de banderolas de la VFNO (Vogue Fashion Night Out) celebrada el pasado jueves. "Una experiencia de shopping única" según proclaman.

Por mucho que sea un evento que se celebra en otras ciudades y se quiera mantener una identidad de marca, no creemos que se tan inasumible un poco de personalización, al menos del lema. Les regalamos uno: "nocturneo de compras".

Y para finalizar su casi monotemática semana, el viernes nos sugirieron expresiones como resolución tributaria o fiscal como alternativas al giro inglés tax ruling con que se alude a los acuerdos entre un Estado y una empresa para establecer condiciones impositivas especiales. Lo de Apple con Irlanda, vamos.

En el Laboratorio del lenguaje del Diario Médico hemos encontrado dos interesantes artículos sobre los efectos de las malas traducciones. El titulado ‘Liquor’ relata la alarma vivida en un país islámico por la presunta presencia de alcohol en unas barritas de chocolate cuando lo que contenían era pasta de cacao (chocolate liquor). 

Y en la entrada ‘Acumulación de calificativos se cuenta como las yuxtaposiciones de adjetivos tan propias del inglés pueden ser peligrosamente ambiguas. Como ocurrió en el caso en que obligaron a volver a pasar por el quirófano a unos pacientes a los que, por una mala interpretación, se les implantó incorrectamente unas prótesis de rodilla. La verdad es que para ser alemanes no pusieron mucho cuidado en la interpretación de las instrucciones.




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