sábado, 22 de junio de 2024

Lenguaje de la semana 25/2024


Gran semana, ha resultado esta que ya encara su final, para los anales del lenguaje eufemístico. Particularmente relevante ha sido el uso del polisémico sintagma "financiación singular" que en algunas bocas va camino de convertirse en mero flatus vocis.  Hipermástico desorden en la metafórica visión de Javi Salado que acompañamos con una viñeta de Ferreres en El Periódico de Catalunya del 2 de abril de 2012 (en la quizá convenga apuntar la identidad de dos presentes: el consejero de Economía Andreu Mas-Colell y el entonces líder del PSC Pere Navarro), Patxi López era entonces lehendakari [con los votos del PP], que ejerce de recordatorio del no menos eufemístico antecedente "pacto fiscal" utilizado por Artur Mas para disfrazar un concierto económico como el vasco o el navarro. 

Proseguimos con el hipócrita "control de medios" que propugna este gobierno que tan cómodo se ha sentido con los beneficios de incumplir la promesa, seis años han pasado, de derogar la llamada "Ley mordaza". Los famosos cambios de opinión. Antón explicaba bien clarito ese control en El Correo del martes, mientras que JM Esteban dedicaba el jueves un retruécano a tan feo asunto. Esa misma figura aplicaba Ramón al día siguiente para contraponer los estilos del Rey y Pedro Sánchez 

El Roto complementaba el humor sobre el lenguaje eufemístico de la política con un recordatorio de las "soluciones habitacionales" que la ahora activista promarroquí Mª Antonia Trujillo importó desde el lenguaje chileno durante su ineficaz ejercicio como ministra de Vivienda de Zapatero

Pasamos al Centro Virtual Cervantes para dar cuenta de que Gabriel Valdés León dedicó el Martes Neológico al adjetivo y sustantivo  antivacunas. Una palabra que, a fuer de lamentablemente practicada, ciertamente estaría bien encontrar en los diccionarios (comprobamos que tampoco están terraplanismo y terraplanista).

El dibujante mexicano Rictus dibujaba ayer el anglicismo nearshoring, que acompañmos con su versión dle 25/1/23, aplicado a la modalidad de subcontratación que tan importante resulta para la economía del hermano país tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos, según la famosa expresión de Nemesio García Naranjo (publicada en un artículo el diario El Heraldo de Chihuahua el 3 de diciembre de 1962) que tantos atribuyen a Porfirio DíazDeslocalización cercana es la alternativa recomendada por la dominicana Fundéu Guzmán Ariza.


Las alternativas a otro popular anglicismo económico, royalty, fueron uno de los temas tratados en esta semana un tanto sosa de nuestra Fundéu. Canon, regalía o derechos de autor, son las alternativas ofertadas.

El Trujamán Problemas de traducción en la literatura, el cine y la vida de Ricardo Bada es una entretenida miscelánea que comienza por explicar por qué Robert Musil (1880 - 1942) llamó Kakania al país donde transcurre su inacabada novela en dos volúmenes El hombre sin atributos (Der Mann ohne Eigenschaften, 1930-1943). Acompañamos, a modo de ilustración de la explicación que evitamos destripar mucho, la presencia de la sigla k. u. k. (kaiserlich und königlich) en el cartel de la prestigiosa confitería vienesa Demel que indica la condición de ese establecimiento de proveedor de la corte. Una mención mucho más visible en el caso del café-restaurante Gerstner.

Asimismo vamos a ilustrar el comentario sobre el incorrecto uso de la italianizante denominación inglesa Cinderella realizado en la frase «Mi scusi, Cinderella, é sua questa scarpa?» de la comedia romántica Only you  (1994) protagonizada por Marisa Tomei y Robert Downey Jr. El adjunto fotograma pertenece a la escena (enlace al completo film en V.O.) en que el guionista muestra ignorar que el original nombre italiano de Cenicienta, procedente del cuento del Pentamerón de  Giambattista Basile (ca. 1570-1632) del que se nutrió Charles Perrault (que denominó Cendrillon al personaje que el inglés adaptaría como Cinderrella), es Cenerentola. Y que mal suena por aquí, por cierto, la denominación alemana Aschneputtel

Algunas peripecias de pícaros decimonónicos encontrarán en el Rinconte Una mora encantada, un tesoro y un castillo desaparecido de La Marmota (Albacete), 1846 de José Manuel Pedrosa. 

Pasamos a El País. "Los sesgos sexistas no se hallan en las expresiones genéricas, sino en la realidad que proyectamos sobre ellas" escribe Álex Grijelmo en Selección de escritores y escritoras. En el primer anexo de hoy encontrarán su bien ejemplificada argumentación. 

Lola Pons publica, también en El País de hoy, Epento del orgullo gay. En el anexo 2 encontrarán la explicación del críptico título.

Guardamos en un archivo denominado Articulazos  los textos periodísticos que nos gusta releer. Y la adjunta viñeta del dibujante argentino Tute nos recordó que hacía tiempo que no volvíamos sobre el muy recomendable "El síndrome de Onoda"  de Manuel Conthe.  Qué importante sería incluir es los planes de estudio contenidos de esa categoría.

Proseguimos ya en el territorio del humor gráfico con la coincidencia de Ramón (12/6) y JM Nieto (17/6) en hacer referencia a los metafóricos pasos, unas veces hacia atrás, otras a un lado. Sigue la dilogía del navarro JJ Aós sobre los aranceles impuestos a los coches eléctricos fabricados en China.
  
  

Puebla apoyó su visión del "Te lo voy a explicar saco de mierda..." del impresentable Óscar Puente en la popular expresión Cada vez que habla, sube el pan que hace referencia con una alimenticia metáfora a las declaraciones que aumentan la tensión social. 

El producto típico de las celebraciones gallegas de la noche de San Juan es la sardina que en esas fechas suele llegar con calidad y abundancia a las lonjas de pescado. De esa costumbre nace el dicho “Polo San Xoán, a sardiña molla o pan” que Santy Gutiérrez acompaña hoy con unas piezas de ripiosa paremiología macarrónica. Acompañamos su tira con la de Davila del 24 de junio de 2013.

"Break a leg" es la expresión habitualmente utilizada en el mundo teatral angloparlante para desear suerte. Equivalente, por tanto, a nuestro "mucha mierda" que es una reminiscencia de que esa abundancia era señal de la presencia a las puertas de los teatros de muchos coches de caballos y, por tanto, de numerosos influyentes espectadores. 

La expresión inglesa se cree que sea una traslación de la alemana "Hals-und Beinbruch", literalmente "rotura de cuello y pierna" que, a su vez, se considera nacida por homofonía con la frase en yiddish "hatsloche un broche" (éxito y bendiciones).

La adjunta viñeta de Guy Venables en el diario Metro hace irónica referencia al accidente sufrido por el actor de 85 años Ian McKellen, Gandalf en El Señor de los Anillos, que tuvo que ser hospitalizado el pasado lunes después de caerse en el escenario del teatro de Londres en que interpretaba a John Falstaff en Players Kings, una adaptación de Enrique IV de Shakespeare

Enlazamos un vídeo del fragmento de la comedia musical Los productores (2005) en que el novato Leo Bloom interpretado por Matthew Broderick recibe una explicación cantada de lo pernicioso que puede ser desear buena suerte de forma convencional en el teatro.

Un poco más de inglés, porque nos ha parecido una llamativa coincidencia encontrar dibujada dos veces en pocos días la expresión clutch / grasp at straws que significa aferrarse a lo que sea. Rishi Sunak lo hace en la viñeta de Ella Baron del jueves y Joe Biden en la de Michael Ramirez de ayer.

En el apunte de ayer ya dimos cuenta de la presencia del Daba daba dá de Francis Lai para la banda sonora de la película Un hombre y una mujer (1966) de Claude Lelouch en las despedidas a Anouk Aimée. Hoy complementamos el apartado musical con el popular estribillo de la canción Todos queremos más del argentino Alberto Castillo (escuchar su interpretación) en la viñeta de Alberto Calvo en el Heraldo de Aragón del jueves.

En el apunte del jueves ya dimos cuenta del mito de Sisijóo de la viñeta de García Morán en la Gaceta de Salamanca del martes y hoy son Idígoras y Pachi quienes suman desde El Mundo la antonímica versión Nonofo.

Flavita Banana encabeza la libresca sección final con una vacacional petición de lectura para un bolsillo apretado. Sigue la visión de Tom Gauld hoy en The Guardian de la lectura absorbente y, ya introduciendo la sección propiamente literaria, la paráfrasis de Mortiner de un famoso verso de Bécquer en la voladora tira que dedicó anteayer en La Nueva España a la Feria del Libro de Gijón. Si buscan encontrarán a Don Pelayo en ese skyline playu presidido por el Elogio del horizonte de Chillida.

El dibujante australiano Matt Gloding aporta un oso panda de Troya a nuestro bestiario sobre el mítico engaño zoomorfo en una viñeta que da cuenta de la sustitución de los osos panda del Zoo de Adelaida, únicos que pueden verse en el hemisferio austral.

Concluimos con la republicana Caperucita de Man que alerta sobre la ambigüedad del programa electoral de la extrema derecha francesa (los lobos son Marine Le Pen, el candidato de su partido RN a primer ministro, Jordan Bardella, y el líder del partido Los Republicanos, Eric Ciotti, que ha creado un cisma en su formación al mostrarse partidario de pactar con los anteriores).





Anexo 1

Selección de escritores y escritoras
Álex Grijelmo (El País, 22/5/24)

La clave reside en que no siempre la ausencia en el significante implica ausencia en el significado o en el sentido


La Cervantina es el equipo español de escritores y escritoras. Y está bien dicho así.

Este ejemplo puede servirnos para analizar una sutileza de la que veces se prescinde al analizar el asunto de los genéricos.

La clave reside en que no siempre la ausencia en el significante implica ausencia en el significado. Lo que no se nombra sí existe… siempre que se den determinadas circunstancias. Todo depende de los contextos y de la enciclopedia común que manejen los interlocutores.

La Cervantina obtuvo el subcampeonato en la Eurocopa de Selecciones de Escritores disputada en Alemania del 7 al 9 de junio. Y dicho así, el público desavisado habrá percibido la idea de un torneo masculino. ¿Por qué? Porque nos influye el conocimiento general del mundo que aplicamos a cada situación. El genérico que observamos en “selecciones de escritores” evoca conjuntos de varones porque se contamina con la palabra latente “fútbol”, que también se percibe –dentro de “Eurocopa”– aunque no se haya utilizado. La confluencia histórica de todos estos términos, mientras no se especifique otra cosa, lleva a imaginar conjuntos integrados por hombres. ¿Por qué? Porque nuestra enciclopedia no tiene registrada la existencia de equipos de fútbol formados por adultos de los dos sexos, y proyecta sobre el mensaje la descodificación más cercana: es un equipo masculino.

Si La Cervantina se hubiera definido, del mismo modo, como “selección española de escritores”, habrían desaparecido del mensaje las autoras que venían jugando en el equipo (Carmen Berasategui, Marta San Miguel y Olga Capdevila). Por tanto, hace falta la duplicación para que la imagen construida de forma intuitiva por el receptor se quiebre y sea sustituida por la que transmite fielmente la realidad.

No sucedería igual si yo le dijera a un amigo: “Las editoriales han hecho una selección de escritores para que firmen en la feria”. Ambos entenderemos que en ese grupo entran autores y autoras. Por tanto, tal sintagma no transmite ahí en sí mismo ningún sesgo discriminatorio. Simplemente, activa un engranaje de la comunicación que aplicamos de forma inconsciente. El mismo que se produciría si dijésemos que “España tiene dos aspirantes a medalla olímpica en gimnasia rítmica”. Aunque “dos aspirantes” no expresa género, sí descodificamos, en el ámbito del sentido, la presencia exclusiva del sexo femenino. Ahí nuestro conocimiento del mundo impulsa la imagen de gimnastas mujeres, puesto que esa competición no acoge a varones. Durante decenios habrá pasado lo mismo con titulares como “gran triunfo español en natación sincronizada”, pues veíamos siempre nadadoras en esta disciplina. Sólo desde 2015 participan hombres, en competiciones no olímpicas; y aun así gran parte del público seguirá reduciendo a mujeres esa expresión, porque aún no ha cambiado su enciclopedia.

Por eso es tan importante entender que los sesgos sexistas no se hallan en las expresiones genéricas, sino en la realidad que proyectamos sobre ellas. Cuando logramos cambiar la realidad, se cambia todo aquello que sus genéricos comunican. Así, en la expresión “Consejo de Ministros” no hace falta desdoble alguno si se refiere al de España, porque la enciclopedia común de los españoles proyecta hoy en día sobre el significado de ese genérico la imagen de unos ministros y unas ministras.

La duplicación “Congreso de diputados y diputadas” es ya innecesaria. La duplicación “selección española de escritores y escritoras” es todavía imprescindible.



Anexo 2

Epento del orgullo gay
Lola Pons Rodríguez (El País, 22/6/24)

Lorca creaba palabras para nombrar en secreto su identidad sexual que hoy podemos reivindicar

Aunque las celebraciones del Orgullo Gay suelen festejar los derechos del presente y reivindicar su vigencia futura, no está de más, a falta de una semana para que la bandera arcoíris llene las calles, que veamos de dónde venimos. Y para eso, la mirada lingüística suele ser bastante reveladora.

Cuando ser homosexual era estar preso en la cárcel del amor oscuro, la lengua no se quedaba encerrada en el inmovilismo. Dentro de los porticones blindados había quienes se atrevían a hacer lo que les pedía el cuerpo y osaban a darse un nombre particular con el que comunicarse de forma segura sobre el asunto. Durante años, las lenguas se han retoñado de formas no ofensivas para llamar a la homosexualidad, usadas en clave dentro de los propios círculos como manera de identificarse mutuamente y de salvar amenazas. Esto que hemos vivido desde finales del siglo XX, la apertura de los armarios tras un rechazo de siglos, ha hecho que se normalicen y salgan a la luz expresiones como entender que hoy son bastante conocidas fuera de los colectivos, pero que empezaron siendo vocabulario críptico y restringido. Quienes las usaban se sacudían la servidumbre de que la sociedad no tuviera para ellos otras palabras más allá de la cuchufleta del mariliendres, de la falsa frialdad higienista de invertido o desviado o de las insultantes marica, maricón y similares.

Dichas en secreto, estas palabras fueron variando generacionalmente y muchas se han perdido sin que las conozcamos. Hoy rescato un par de ellas. En los años veinte, mientras se sembraban podridos discursos sobre la grandeza de la identidad nacional, Federico García Lorca creaba palabras para nombrar en secreto su identidad sexual: el adjetivo epéntico y el sustantivo epentismo. Le decía por carta a un amigo en 1934: “El epentismo granadino es ya epidemia. ¡Qué barbaridad!”; hablaba de “la gran masonería epéntica” e incluso advertía que esta podía estar acompañada de un gesto admonitorio: “Si tienes que hablarme en público de asuntos epénticos no extiendas las manos así —decía poniéndolas en horizontal— sino así —y las colocaba verticalmente— todos creerán que estamos hablando de santos”. Usó alguna vez una de ellas en versos (“Túmulo de esmeraldas y epentismo”) y sabemos que a veces incluso las decía en público, en entornos atenidos a la moral de la época, como guiño a los amigos gais presentes y ante personas que no sabían nada del asunto. Con toda frescura podía decir de alguien que “ha brillado en el epentismo”, levantando la sonrisa de quien estuviera avezado y perteneciera al grupo.

Hay quien ha relacionado el adjetivo epéntico con la voz epéntesis (el fenómeno que supone una intercalación de un sonido dentro de palabra, como muncho desde mucho). Yo no veo clara esa relación y creo que no hace falta buscarla: la terminación adjetiva –ico, la forma esdrújula que típicamente evoca rareza en la lengua española... La palabra está bien construida y es fácil recordarla. De hecho, sabemos de ella (y de otra palabra de la familia, epente) porque la explicaban en sus memorias y biografías quienes mejor conocieron a Lorca (Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Carlos Morla Lynch) y también, como él, entendían.

¿Quién se sorprende de que Lorca invente palabras, si lo inventó todo? Renovó las metáforas de la poesía española, fijó su mirada en los milenarios olivos andaluces y en los primeros rascacielos de Nueva York, cantó al amor oscuro con la misma lengua que componía la nana infantil de los delantalitos blancos. Mientras atrapaba claveles en el aire y, trabajador incansable, pulía en soledad sus versos y sus obras teatrales, Lorca llevaba con la discreción propia de entonces su homosexualidad y su vida íntima. Su escritura cada vez se abría más a cantar a esos hombres a los que amaba, pero, en privado, necesitaba tener palabras propias para contar entre amigos y sin disimulo sus amores, algunos prestados o pagados, otros vividos plenamente y recíprocos, pero todos ellos, según sus biógrafos, desafortunados.

Sepultados el adjetivo epéntico y el sustantivo epentismo durante décadas entre las cartas y las memorias sobre Lorca, hoy recupero esas palabras. Quiero recordar el epentismo y lo epéntico porque junio es el mes de las fiestas del Orgullo, pero también el mes del nacimiento de Federico. Sé que para la difusión de las palabras se necesita a la comunidad, que la lengua está en ustedes, los lectores, los hablantes. Pero estoy en la potestad de rescatar estas palabras lorquianas y animar a que se usen para que, incluso, no hablemos de eventos del orgullo sino de epentos del orgullo, reemplazando, por otro lado, a la antipática palabra de moda: evento, forma moderna de llamar a nuestros encuentros, actividades o celebraciones de antes.

Y lo hago para que Lorca salga de su armario verbal y para sacarlo yo de ese recuerdo en que tantos amigos cercanos decían, convencidos, que no lo vieron nunca ser gay. Rescato sus palabras para que la sombra de la culpa no enturbie su garganta y para brindarle un tributo nuevo a su poder lingüístico, como si dentro de la palabra epento estuviera el propio Lorca abanicándose y acabando orgullosamente con la madeja del “no lo digas, que no se note”, que tanto daño inútil ha hecho durante siglos.



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