miércoles, 13 de agosto de 2014

Para qué debatir pudiendo linchar


Debe tener su morbillo dentro de la profesión periodística llevarse por delante un alcalde, máxime si lo es de una capital autonómica y pertenece a un partido manifiestamente desafecto al promotor. Y ese parece ser el objetivo veraniego del 
telepredicador laico (no se olviden el adjetivo, por favor) Javier Ruiz que le está haciendo las vacaciones a Jesús Cintora en el programa “Las mañanas de Cuatro”. La denominación que le asignamos obedece al peculiar estilo que se gastan los "conductores" de ese programa. Menuda bronca, eso sí, con guante de seda, puede largar cualquiera de ellos dos a quien ose oponerse a sus tesis.

Resulta que el alcalde de Vitoria se ha referido, dato en mano por cierto, a marroquíes y argelinos como “ejemplos” de colectivos que, en su opinión, están abusando de la protección social que prestan las instituciones (en concreto contraponía el 60% de esos nacionales que perciben ayudas con el 20% de otros como paraguayos o colombianos). Y este ha sido el motivo de que el Diputado General de Alava perteneciente al PNV, sí, sí, al partido que rinde tributo a Sabino Arana en vez de guardarlo cuidadosamente en un armario, le haya tildado de nazi. El mas repugnante todovale político.

Así que cuando podría aprovecharse para debatir si lo que dice el citado alcalde tiene fundamento y aportar, de paso, algún otro dato que permita objetivar el análisis de si las citadas ayudas están atendiendo a los fines para los que fueron creadas, la cosa se convierte en un juicio sumarísmo al administrador de los dineros públicos. Como la acusación no recayó sobre los vecinos riojanos o burgaleses, bastante difíciles de distinguir a simple vista de un alavés, el periodista de Cuatro no ha dudado en convertir la cuestión en un debate sobre el racismo, en todo caso ya sería xenofobia, y se preguntaba indignado si el citado político no habría incurrido en “incitación al odio” (sic, tanto en latín como, fonéticamente, en inglés). ¡Qué barbaridad! Para que algunos se enteren donde ha llegado la libertad de expresión: habla, habla, que como no me guste lo que dices te vas enterar. Al menos la censura prohibía pero no linchaba.

Por cierto, Javier, cuando se tiene conocimiento de un presunto delito es deber ciudadano denunciarlo ante la Justicia, así que una persona tan proba como tú ya debería estar en el Juzgado. Pero ni a los figurines les gusta hacer el ridículo.

Y delito debería ser también pervertir el uso de algunas palabras, porque llamar a eso racismo devalúa el auténtico significado del término que describe la ideología que provoca auténticas monstruosidades. No digamos si metemos la religión por el medio, como bien nos muestra la terrible actualidad de Irak o Siria, pero seguro que vende mucho menos. ¡Ah! y pixélenme bien la cabeza que sostiene en su mano el hijo del tristemente famoso yihadista australiano, que por aquí tenemos una clientela muy sensible (enlace a la escalofriante imagen, por si no la hubieran visto). 


¿Conseguirá Mediaset que su filial Cuatro arrebate a la competencia el acreditado sobrenombre de La Secta? Aplicados a ello están.

Y triste afán el que muestran algunos periodistas en distorsionar y crispar los tan necesarios debates sociales, suponemos que será una consecuencia del todo por la audiencia, pero qué flaco favor están haciendo a los intereses de este país.


Por lo pronto, conductas como las que vemos a diario en las “Mañanas de Cuatro” merecen una denominación. Proponemos "pensamiento gazmoñolíticamente correcto": dícese del que afectadamente cree ver inexistentes violaciones de principios que gozan de gran consideración social por mas que no sean tan practicados como pretende la gazmoña sociedad que así lo proclama.

Otro "sofineologismo" para la colección. A ver si conseguimos colocar alguno.



No hay comentarios:

Publicar un comentario