La apatía señalizadora que se ponía de manifiesto en el apunte del miércoles, nos ha traído a la memoria un caso hasta cierto punto opuesto y de indudable pintoresquismo. Auxiliados por el fondo documental de nuestro buen amigo Víctor, recalamos hoy en un prosaico detalle de la señalización urbana de un típico pueblo castellano. Concretamente la localidad zamorana de Santovenia del Esla, ubicada en ese último tramo de unos 40 km de la Ruta de la Plata que aun no ha sido convertido en autovía. Espléndido territorio de caza para los agentes de Tráfico con sus múltiples travesías urbanas. Y como hay que pasar a 50 da tiempo a fijarse en joyitas como esta:
Ya se ve que este municipio ha tenido gestores ciertamente pragmáticos. ¡Para
que te vas a liar buscando nombres si luego igual sale una ley que te obliga a
cambiarlo! Que una hipotética modificación fuera el resultado de la alternancia
en el partido gobernante parece más improbable. Típico caso castellano de cronificación
de un exceso de secreción de la enzima pepeasa.
Así que ya saben ustedes que cuentan por esos pagos de Castilla con inestimables ayudas para
no perderse en uno de los 248 municipios en que se agrupan los menos de 200.000
habitantes de la provincia de Zamora. Nada menos que un cuarto de millar de zamoranos que pueden presumir de ser alcaldes, más
un buen un porrón de concejales, en el caso del pequeño Santovenia son seis de sus menos de trescientos
habitantes. ¿Cómo va a osar un Gobierno a desmontar desde Madrid tanta felicidad
y fidelidad? Ya se sabe que de bien nacidos…
Cierto es que, en general, estos políticos de pequeñas . entidades locales no
viven de esto. Solo cobran algunas dietas y gastos de viaje, pero ¿no les
parece una crueldad mantener toda una secretaria municipal para atender a tan
magro número de vecinos que según la Wikipedia atienden al gentilicio de pintorros? Pase lo del
otro empleado del consistorio, este laboral, un operario de servicios múltiples cuyas
tareas vaya usted a saber qué habrán llegado a incluir.
Hasta el infausto PlanE
decidió dotarles por poco más de 55.000 euros de un edificio que no se
atrevieron a denominar ayuntamiento y dieron en denominar “edificio de usos
múltiples”. Eso por mucho que a la vista de los dos empleados que componen la plantilla
municipal haya que pensar que tan múltiples no podrán ser.
Esa es la organización de la Administración que tanto parece complacer a nuestros gobernantes. Pero esto no se toca, que son gente "de casa".
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