viernes, 15 de septiembre de 2017

CaricaturArte 23: el Salón de 1855 (2ª parte, Courbet)



Veíamos en la entrega precedente de esta serie la pullita que Daumier le lanzó a Courbet en la ilustración Nº 12 publicada en Le Charivari con un pie que decía 'Este Courbet hace unas figuras muy vulgares, no existe nadie así de feo en la naturaleza'.

Y proseguimos hoy con las bromas que también Cham dedicó al 'apóstol' del realismo en algunas de sus viñetas del Journal pour Rire. En la primera de las que siguen, publicada en marzo, le presentaba en pleno ataque de ira: El sr. Courbet sosteniendo, justo llegado el momento de la Exposición, una discusión con sus modelos, un hecho que va en perjuicio del lienzo.

En la segunda, lo representado fue el 'Alarmante estado en que han sido encontrados algunos miembros del jurado tras haber permanecido bajo la influencia de la pintura del sr. Courbet'.

 

Como anticipábamos en la 1ª parte, el jurado de la Exposición Universal admitió 11 cuadros de Courbet, pero el rechazo de 'El taller del pintor' fue determinante para que el artista decidiera montar, con el apoyo financiero de su mentor Bruyas, su propio 'Pabellón del realismo' donde exhibió 40 cuadros y 4 dibujos. Debajo puede verse una foto y un dibujo realizado a partir de la misma que muestran el aspecto externo de aquella poco exitosa exposición paralela.

También insertamos la página del catálogo que relaciona las once obras de Courbet presentes en la exposición oficial. Entre ellas había cuatro ya mostradas en anteriores certámenes: 'Los picapedreros' (Salón 1850-51), 'Las señoritas del pueblo' (Salón 1852) 'La hilandera dormida' (Salón 1853) y un autorretrato (Salón 1850-51).

 

Quillenbois (Charles-Marie de Sarcus) publicó el 21 de julio en L´Illustration una plancha dedicada a la pintura de Courbet que incluye referencias a cuatro de los cuadros de la exposición oficial y a diez de la privada.


La densa lámina está encabezada por la viñeta dedicada a 'La Rencontre' (El encuentro, 1854), hoy mas conocido como 'Bonjour Monsieur Courbet'que es la irónica forma en que dieron en llamarlo los críticos. El artista se representó en ese cuadro cuando, camino de Montpellier, tenía un encuentro con su mecenas Alfred Bruyas que iba acompañado de su perro y un sirviente llamado Calas. Este lienzo, que fue muy criticado por ser considerade 'la manifestación de un orgullo monstruoso', puede verse en el Museo Fabre de Montpellier al que se lo donó Bruyas en 1868 tras no haber vuelto a exponerlo desde la conclusión de la muestra parisina.

Desde el punto de vista artístico, resulta destacable que la composición se inspira en una escena (izda. abajo) del grabado de 1831 de Pierre Leloup du Mans (1769-1844) titulado 'Les bourgeois de la ville parlant au juif errant' (Los burgueses de la ciudad hablándole al judío errante).

 

En la sátira de Quillenbois, cuyo pie reza 'La Adoración del sr Courbet, imitación realista de la Adoración de los Magos', se representa de rodillas a mecenas, sirviente y perro rindiendo humilde pleitesía al artista. Obsérvese también la alusión al gran tamaño de las firmas que solía colocar el pintor, un detalle que se repite en otras viñetas.



Cham, por su parte, acompañó su representación de uno visiblemente espantados Bruyas y compañía con el texto 'Lección de cortesía dada por Courbet a dos burgueses. A la vista del sr. Courbet los burgueses solo se quitan el sombrero. A la vista de los burgueses el sr. Courbet se quita su sombrero, su chaqueta y su chaleco'.

En cuanto a la versión de este cuadro de Bertall, que fue publicada en el número del 18 agosto de Le Journal pour rire, cargaba las tintas sobre una muy estirada pose del pintor al servicio de un juego de palabras entre su apellido Courbet y el homófono courbé (curvado). El pie dice: 'El más encorvado [courbé/Courbet] de los tres no es el que usted se piensa'. Sigue un cruce de palabras un poco al estilo del 'Hola don Pepito' de los payasos de la tele, seguido de unas consideraciones finales que llevan al humorista a calificar irónicamente ese cuadro como una verdadera obra maestra.


Aun vamos a incluir una cuarta caricatura, esta de Gilbert Randon, que nos traemos desde 1867. Y es que ese año la obra fue incluida en la exposición celebrada por Courbet, nuevamente en un pabellón propio, con motivo de la segunda Exposición Universal de París. En este caso el pie está en verso que traducimos sin pretensión de rima: Dos burgueses de la villa / dos notables de Ornans / de una manera cívica / le abordan caminando / - No es usted ese hombre / de quien se habla tanto / - Sí, soy yo, hijos míos / quien es Courbet el grande.

La viñeta superior derecha de la plancha que estamos comentando es una recreación de "Los picapedreros" (Les Casseurs de pierres, 1849), un cuadro sobre el que ya hemos tratado en el apunte CaricaturArte 13: el Salón de 1851. Volvemos a reproducir los dibujos que le dedicó Cham entonces, aprovechando para llamara la atención sobre los enormes zuecos con que calzó Quillenbois a esos trabajadores, un calzado que se convirtió en todo un símbolo de los 'rústicos' que tanto gustaba representar Courbet como puede comprobarse en numerosas viñetas satíricas de muy diversos autores.


'La hilandera dormida' es una pintura que hemos repasado con detalle en  CaricaturArte 17: el Salón de 1853 (1ª parte), una entrada de la que tan solo traemos la caricatura del cuadro realizada entonces por Quillenbois para que pueda apreciarse como la de 1855 es una versión despeinada sobredibujada sobre aquella.

A su lado, la caricatura de 'Una dama española' (1855), un cuadro que actualmente expuesto en el Philadelphia Museum of Art en el que Courbet retrató a la mujer que le cuidó del cólera que había contraído en  el otoño de 1854. Pasa por ser el lienzo mas comentado de los once del artista, aunque las críticas fueron negativas por su extremo realismo que se pone particularmente de manifiesto en la representación de los defectos cutáneos. De ahí el pie de del humorista: Una española, en cuero de Rusia.

Bertall también se ocupó de este retrato en una de las caricaturas que publicó en Le Journal pour Rire. En su caso, cargaba sobre el peinado con un texto que dice 'Esta dama española no ha escatimado ningún sacrificio para que Courbet la peine. Obsérvese, asímismo, como el artista ilustrado a sabido lograrlo. Courbet va a convertirse en el pintor de las damas bellas'.



Para completar la visión caricaturesca de estos dos últimos lienzos vamos a incluir también los dibujos de G. Randon publicados en 1867 en Le Journal Amusant. El pie de la dama española decía 'Ojos y cabellos para la reventa; demasiado para una sola mujer y una boca sombreada de una inquietante manera para el caballero que caiga bajo ese corte de pelo'. En el caso de la hilandera el texto es 'Ah maestro! Os he pillado! tan escrupuloso esclavo de la verdad, le habéis dado a vuestra hilandera manos de duquesa. Si esto es el realismo, gracias!'


Pasamos a la segunda fila de la plancha que comienza con la caricatura de 'Las Bañistas' titulada 'Reaparición de la Venus del Bajo Rin' que, nuevamente, es un reciclado de una viñeta que veíamos en CaricaturArte 17: el Salón de 1853 (1ª parte). Este cuadro ya formaba parte de los expuestos en el pabellón privado de Courbet.


En el extremo contrario, la recreación de 'Los luchadores', un cuadro repasado en el propio apunte 17 de esta serie, convertía la escena, por medio de la indicación del pie, en una pelea entre los adoradores de la Venus

Vamos ya con  L'Atelier du peintre (El taller del pintor, 1855), un imponente lienzo de 3,6 m de alto por 6 m de ancho actualmente expuesto en el Museo de Orsay, cuyo pretenciosos título completo es 'L’Atelier du peintre. Allégorie Réelle déterminant une phase de sept années de ma vie artistique (et morale)', o sea, 'El taller del pintor, alegoría real, determinante de una fase de siete años de mi vida artística (y moral)'. Y como ya decíamos anteriormente, el rechazo de este cuadro por parte del jurado fue determinante para que montara el Pabellón del Realismo con la ayuda de su mecenas Jacques-Louis-Alfred Bruyas, creando así el antecedente de lo que años más tarde sería conocido como 'Salón de los Rechazados'.

La escena representada tiene lugar en el taller parisino de Courbet. En el centro, el artista está pintando un paisaje de su natal Ornans con un un gato blanco a sus pies, mientras es observado por un pastorcillo (adviertan los zuecos con que está calzado) y por una modelo desnuda situada a su espalda. A la derecha, los que el propio pintor denominó los «simpatizantes», es decir, amigos, colaboradores y amantes del arte. Son un total de doce personajes entre los que no falta el mecenas Bruyas, segundo por la izquierda, mientras que la mujer en primer plano es George Sand y quien remata el grupo a la derecha, recostado sobre una mesa mientras lee, es Charles Baudelaire.


A la izquierda están «los que viven de la muerte y la miseria», aquellos a quienes el mundo del arte les resulta indiferente. Entre ellos un cazador al que hace parecerse a Napoleón III, enfrente una mujer dándole el pecho a un niño, una alusión a la miseria en general por medio de una alusión a la gran hambruna irlandesa de 1845. A la izquierda un rabino representa la religión hebraica y otro judío que ofrece una estola a un burgués tocado con un sombrero de copa, simboliza el comercio. También hay un sacerdote católico, un segador, un terrateniente y un enterrador, todos ellos con buscados parecidos con destacados personajes de la época. En el extremo un San Sebastián simbolizaría a la Academia. La intención de Courbet era hacer un manifiesto en el que hacía desfilar a una variopinta representación de la sociedad. [1]



La parodia de Quillenbois se apoya en un pie que dice 'el sr. Courbet en toda la gloria de su propia individualidad, una alegoría real determinante de una fase de su vida artística (ver el programas donde prueba victorioso que nunca tuvo maestro...de perspectiva)'. Es notable que el personaje que está junto a Bruyas en el cuadro es sustituido por el perro que sostiene en brazos, mientras que entre el resto de los personajes destaca el relevante tratamiento dado Jules Champfleury, el escritor y crítico de arte defensor del realismo artístico amigo de Courbet. Adjuntamos otra caricatura del mismo realizada por André Gill para la portada del nº 10 de L’Eclipse publicado el 29/3/1868, Histoire de la caricature moderne, publicado en septiembre 1865, 

Pasamos a la galería de autorretratos de la tercera fila q,ue encabeza el de 1847 en el que se representó tocando el violonchelo (Nationalmuseum, Estocolmo), mientras que el caricaturizado en la siguiente viñeta es el de 1850 actualmente expuesto en el Musée des Beaux-arts et d’archéologie de Besançon.


'L'homme blessé' (El hombre herido) es un autorretrato creado en dos etapas que puede verse en el Museo de Orsay. En 1844 se representó acompañado de una figura femenina que se apoyaba en su hombro, la cual fue eliminada en 1854, tras una ruptura amorosa. Fue sustituida entonces por una espada a la par que añadió  una mancha roja en la camisa que situó a la altura del corazón. El prototípico artista herido del romanticismo. 

Completa la serie de caricaturas de autorretratos la del dibujo 'El artista en su caballete' (1847-48) actualmente propiedad del Fogg Museum de Harvard que, a la vista de lo abrigado que aparece el pintor, es convertido en Courbet resfriado 


Pasamos a la última fila del Salón cómico de Quillenbois cuyas dos primeras viñetas mostramos con mayor detalle.

 

La titulada 'La tierra del sr. Courbet' reproduce un de los paisajes de Ornans que tanto pintó el artista, entendemos que uno de la exposición privada que no tenemos identificado, pero entre los cuadros de la Exposición Universal se incluía el adjunto "Paysage rocheux aux environs de Flagey"(1855) también conocido como 'La Roche de Dix-Heures". Este recibió la atención de Bertall que quiso ver en sus formas y colorido  un queso Roquefort (Vista de Roquefort por Courbet - Nadie sabría 'emperejilar' el queso con mayor gusto que Courbet. La rebanada de queso es todo un poema)

Las vacas convertidas en juguete son una parodia del cuadro 'Taureau blanc et génisse blonde' (Toro blanco y ternera rubia, 1855) que forma parte de la colección del Musée Gustave Courbet de Ornans. Es significativo que el concepto humorístico imita lo realizado en 1852 por Bertall en la viñeta de 'Les demoiselles de village' (Las señoritas del pueblo), un cuadro que ya hemos analizado en CaricaturArte 14: el Salón de 1852 (1ª parte).


La última viñeta de la plancha es una referencia al cuadro 'Un entierro en Ornans' (Un enterrement à Ornans) ya tratado en  CaricaturArte 13: el Salón de 1851. Un lienzo que en la caricatura [que quizá hoy en día haya quien interprete como una visitante fotografiando el cuadro con su iphone] se muestra muy, pero que muy parcialmente, y recurriendo al cliché de los zuecos que no aparecen por ninguna parte en el original. Ello para convertirlo en 'El entierro del sr. Courbet'.


Otro cuadro no tratado por Quillenbois al que sí prestó atención Cham es Les cribleuses de blé (Las cribadoras de trigo, 1853). Un lienzo en el que las representadas son las hermanas de Courbet, Zoé (la del cedazo) y Juliette, mientras que el muchacho se cree que podría ser Désiré Binet, el hijo ilegítimo del pintor. El pie de la sátira dice 'Una joven trabajando con tanto celo en la granja que no ha encontrado un solo minuto para procurarse algunos cuidados de limpieza'. Y menudo desarreglo al que somete a las campesinas para dar soporte a su broma.

 

Añadimos una breve reseña de otros dos cuadros de Courbet exhibidos en la muestra oficial que no fueron tratados por los humoristas y tampoco han sido objeto de apuntes anteriores (como si ocurre en el caso de 'Las señoritas del pueblo' y 'La hilandera dormida' apenas tratados hoy).

Le ruissseau du Puits-Noir; vallée de la Lou ('El arroyo del Pozo Negro, valle del Loue', National Gallery of Art de Washington) es el primer verdadero éxito de Courbet como paisajista. Posteriormente, entre 1860 y 1865, el pintor ejecutaría un gran número de variantes, entre las que la mas conocida es 'El Arroyo negro' (Le ruisseau noir) que forma parte de la colección del Museo de Orsay. Un cuadro que fue comprado por el superintendente de Bellas Artes para la colección personal de Napoleón III.

En cuanto a 'Le château d´Ornans' ('El castillo de Ornans', 1854-55), el título es una referencia a una desparecida fortificación del siglo XIII cuyo derribo fue ordenado por Richelieu para debilitar la capacidad de resistencia del Franco Condado a la autoridad real. Un hecho que concede al cuadro una cierta significación política. La aldea construida en el emplazamiento de la fortaleza no es visible en cambio, en 'La Vallée de la Loue par temps d'orage' (El Valle del Loue en el clima tempestuoso, 1849) en que se representa ese valle de la tierra natal del pintor desde un punto de vista más bajo y situado más a la derecha.
 


Una colección de las principales obras expuestas en el 'Pabellón del realismo' puede encontrase en el siguiente enlace. Concluimos este repaso de la presencia del mas significado representante de la corriente realista en los eventos de 1855, con una viñeta de Bertall publicada el 12 de enero de 1856 en el Journal Amusant. El pie dice: 'Al finalizar la Exposición Universal, Courbet se concede a sí mismo ciertas recompensas bien merecidas en presencia de una selecta multitud compuesta por el sr. Bruyas y su perro'. No cabe duda de que la soberbia mostrada por el artista dio mucho juego a los humoristas que aprovecharon para fustigarle con delectación.



[1] La versión del cuadro aparecida en Le Rire del 14 de febrero de 1920
- ¿Parece un símbolo este "taller"?
- Lo más simbólico es que uno trabaja y el resto no hacen nada.




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