domingo, 6 de julio de 2014

¡Cuanto horror!


“Imágenes durísimas” nos advertía ayer el presentador de Noticias Cuatro antes de pasar un video que mostraba la alimentación forzada de ocas para producir foie-gras con el que se ilustraba la reciente prohibición de importación de ese producto decretada en la India
Durísima imagen según el baremo aplicado por Noticias Cuatro

Lo curioso es que difícilmente escucharemos esa advertencia ante unas imágenes de, por ejemplo, una de tantas francachelas juveniles en las que se practique el parcialmente similar “beer bong” o el recientemente aflorado "mamading". Cierto es que, a diferencia de la oca, el bebedor o bebedora suele retener el control de la correspondiente manga, pero no siempre, ojo. Y lo de que lo hacen voluntariamente también es cuestionable bastantes veces. 
"beer bong"; para mas detalles del "mamading"
 tienen que buscarse la vida por ahí
A nosotros nos sigue pareciendo mas duro y, sobre todo, degradante ver a un ser presuntamente racional en semejantes situaciones. En todo caso no hace falta que compartan nuestra escala de valores, basta que desactiven el filtro del navegador y busquen “war wound” con Google images: eso sí que son imágenes duras (es curioso como la búsqueda en español produce resultados de mucha menor crudeza).

Precisamente hace unos pocos días se ocupaba Manuel Conthe en su muy recomendable blog “El Sueño de Jardiel” del “experimento de Loftus y Palmer” que analiza el bien conocido fenómeno por el que el lenguaje utilizado para presentar una noticia influye sustancialmente en la percepción de los hechos por los receptores de esa información. Así que ya tienen ustedes a unos cuantos miles de personas horrorizadas ante el asunto de la elaboración del foie gras que a través de ese mecanismo subconsciente reputan uno de los hechos mas ignominiosos que puedan ser vistos en televisión.

Nosotros, como somos mas de marisco, no vemos del todo mal que determinadas organizaciones hayan convertido a esas aves en el centro de su cruzada, por mas que nos parezca bastante mas cruel la cocción de crustáceos vivos a pesar de lo poco expresivos que resultan, aun en su agonía, tan sabrosos habitantes del mar. Y es que como nos pongamos a escarbar, el magno acervo gastronómico que disfrutamos 
se nos queda en una carta de ensaladas. Ahí conduce la libertad de hacer lo que pretenda imponer el talibán de moda y no es difícil intuir que esto de los derechos animales puede liarse hasta ponerles un confortable pisito. La que han liado las personificaciones animales tan habituales en la películas de Disney.


Un león vegetariano: ¿el sueño de alguno?
Si hace unos días hacíamos una incursión en la práctica de la futurología, hoy tenemos que complementarla confesando que periódicamente nos asalta la duda de si no llegaremos a ver una cruzada animalista destinada cambiar los hábitos alimenticios de los depredadores. Que se les impida, en definitiva, aplicar sus atávicos métodos de alimentación que serían sustituidos por la disposición de bien surtidos comederos que harían innecesaria tan fatigosa como brutal lucha por la supervivencia. Y quien sabe si incluso se podría convertir a los grandes carnívoros en saludables vegetarianos. ¡Es tan desagradable ver a un león devorando una presa que en ocasiones ni siquiera está completamente muerta! 

No es fácil adivinar dónde está el límite del emergente animalismo que hace tiempo que ha desbordado el bastante generalizado rechazo del ejercicio de violencias gratuitas sobre los animales. Cierto que hay demasiadas interpretaciones del concepto de gratuidad, sirva como ejemplo la tauromaquia. Pero puestos a llevar las cosas al extremo ahí tiene usted a los jainistas con sus mascarillas destinadas a evitar la accidental ingesta de cualquier ínfimo ser vivo.

Y no deja de tener su triste guasa que el primer país del mundo en aplicar la prohibición al foie gras sea la cuna del brutal sistema de castas que, aunque se haya suavizado bastante, sigue siendo una enorme cortapisa para la vida de millones de personas. Un problema especialmente difícil porque ahí toca enfrentarse a una creencia religiosa, luego con la fe hemos topado. E
l menosprecio que sufre la mujer en la sociedad india no es ajeno a esa particular idiosincrasia que rechaza la igualdad básica de las personas, el auténtico sustrato de las reiteradas noticias sobre brutales violaciones que, además, tan solo son una pequeña parte de las que pasan totalmente desapercibidas al no ser ni siquiera denunciadas.


Pero bueno, tranquilos, que lo de las ocas ya está arreglado en aquel subcontinente. A fin de cuentas no todo el mundo tiene por qué estar de acuerdo en que la política es básicamente un mero ejercicio de priorización de necesidades.


Que pase a horrorizarnos el animalito siguiente. Humanos abstenerse.



No hay comentarios:

Publicar un comentario