viernes, 25 de julio de 2014

Graduados


Hemos andado un tanto despistados y se nos ha pasado la temporada de las graduaciones sin publicar la selección de portadas dedicadas a esa cuestión que teníamos preparada. Pero como mucho de los que ha celebrado tan importante hito de su educación todavía se van a pasar una temporada enviando currículos, quizá no sea demasiado tarde para que tanto ellos como sus adllegados, y también el público en general, contemplen cómo han visto algunos de los más agudos ilustradores esta cuestión.

Una de las descripciones más brillantes de ese momento de la graduación es la que hizo Arnie Levin en el número de “The New Yorker” de junio de 1990 en que lo equiparaba al lanzamiento de una bala humana (1). Algo de ello hay. Las referencias a esas celebraciones en esta revista que tanto juego nos da tienen larga tradición. Así podemos ver que ya en 1935 Constantin Alajalov planteaba muy opuestos escenarios de futuro para quien iba a iniciarse en el ejercicio de su carrera. Alguno de ellos retornó con toda crudeza a la portada de 1998 obra de Barry Blitt. Eso es sacar utilidad al birrete. Obsérvese el contraste con una mucho más optimista cubierta de finales de los años sesenta en la que James Stevenson presentaba un plano con los caminos que conducían al éxito (Success City). ¡Qué tiempos! Ello con zonas de recreo como el "Bosque de la Apatía" y el "Parque de la Indolencia".



La mezcla de las galas académicas con el uniforme propio de trabajos de poca cualificación también fue el concepto elegido en mayo de 1985 por el semanario alemán Der Spiegel para ilustrar las dificultades de los graduados para encontrar trabajos adecuados. ¿Para qué estudiar ahora? era la pregunta utilizada como titular.

Ahora bien, para pesimista el uso que daba al birrete la revista MAD en su número de mayo de 1996.


Y es que a partir de los años noventa las referencias explícitas a las dificultades que esperan a los recién licenciados se convirtieron en el argumento habitual. En 1996 Art Siegelmann convirtió los reversos de los diplomas en páginas de anuncios de la bolsa de trabajo del periódico, en 2005 Carter Goodrich recurrió a una espléndida metáfora ambientada en el metro, nuestra cubierta favorita de la colección, mientras que al año siguiente Edward Sorel también recurrió a una brillante comparación, quizá más cruel, basada en el juego de las sillas. Aquí el triunfo claramente corría a costa de la desgracia de algún compañero. Tan académica puesta en escena nos ha traído a la memoria el funcionamiento de bastantes departamentos universitarios.

Ya en los albores de la actual década la ilustración se basó en una fenómeno que adquiría entonces gran relevancia, la imposible emancipación que comenzó a retener masivamente a los jóvenes en casa de sus padres. Segunda cubierta que nos muestra que el birrete no es indispensable para ilustrar esta temática.



La propuesta de Mark Ulriksen en el año 2012 propone una desconcertada navegación que también cabe asociar con una referencia al impacto del cambio climático sobre las nuevas generaciones. Aunque a primera vista pudiera parecerlo, ese no es el racional que está detrás de la portada de la revista canadiense “The Walrus” de ese mismo año. La subida del nivel del agua ilustra en ese caso el “ahogamiento en deuda” de los numerosos alumnos que en Norteamérica recurren a préstamos para financiar sus estudios. La ilustración es de Graham Roumieu.


Este año 2014 Time puso el contrapunto optimista en su número fechado el 24 de febrero en que el graduado mostraba un rótulo de recién contratado, claro que el artículo ilustrado versaba sobre los diplomas que funcionan. 

Finalizamos el repaso con una más distendida visión de la revista humorística MAD en la que su inefable mascota Alfred E. Neuman hace gala de su habitual torpeza lanzando su entera cabeza en vez del habitual birrete, claro que se trataba de un especial sobre el "head of the class". A falta de remedios, no es lo peor tomarse con un poco de humor la que le hemos armado a los más jóvenes.



Concluimos con un enlace a un artículo sobre el tratamiento que ha dado a las graduaciones la revista The Saturday Evening Post en el que encontrarán 16 portadas más.




(1) Este concepto ya había sido utilizado por el ilustrador Al Jaffee en uno de los "plegables" (fold-in) que popularizó en la revista MAD. El que sigue fue publicado en el número de julio de 1968.







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