Quizá especialmente prevenidos por el reciente apunte "Desacomplejamiento a la colombiana", nos ha llamado la atención en la notable cobertura mediática que ha recibido en el concierto barcelonés de Onedirection la división de pronunciaciones del nombre de ese grupo dentro del gremio de presentadores. Así es que
hemos visto pronunciar la i tanto a la española como a
la inglesa, diríamos que casi a partes iguales. Eso sí, la te siempre muy british.
Un asiduo contribuyente de este blog también nos ha alertado sobre el caso de Nike ,en
cuya pronunciación española se ha instalado plenamente el fonema “ai”, algo que no han conseguido Levi´s, Samsonite o Microsoft, pero indefectiblemente
convertimos la marca deportiva en un monosílabo cuando en inglés es un claro bisílabo
terminado en una tónica i: naikí. Lo ya
dicho para referirnos a este tipo de palabras: “ni tuya ni mía”. Otro
ejemplo notable de esta categoría son los cigarrillos “Lucky Strike” en que la primera palabra se pronuncia
habitualmente con fonética castellana y la segunda con inglesa. Así que en este caso
es más bien un equitativo “una para tí y otra para mí”.
También
nos ha llamado la atención el caso del edulcorante Suita, aunque no sabemos si es heredero directo del producto que
hace años se comercializaba como Sweeta.
La dulzura es palabra comercialmente disputada en inglés. Seguro
que, a poco que nos pusiéramos, entre todos sacábamos algunas otras españolizaciones
de marcas extranjeras.
Entre las que han renunciado a publicitarse en los mercados hispanos con su
pronunciación original nos ha venido a la cabeza el caso de los bolígrafos Paper Mate (compañero del papel) que
hace años se anunciaban intensamente, pero llevamos un tiempo sin ver en los
medios. Suponemos que su publicidad seguirá pronunciándola “a la española”.
Otra marca que tampoco han conseguido popularizar su fonética original es Colgate, algo que sin duda agradecen los creadores de chistes. En este caso resultan especialmente adaptados a la omisión de consonantes habitual en esta
Asturias desde la que escribimos (ver ejemplo) y a las peculiaridades del habla argentina. Ya
sabrán el del que entra en una tienda y dice:
- Me da un tubo de Cuélgate?
- No se dice Cuélgate, se dice Colgate.
- Ah! también vos sos
argentino!
Otra tipología interesante, bien que bastante rara, es la
formada por las palabras que cambian su pronunciación según se escriban con
mayúscula o con minúscula. O sea, según actúen como nombre común o propio. Sirva
como ejemplo que son muy pocos los que pronuncian igual la denominación del
felino llamado “jaguar” que la marca automovilística “Jaguar”.
Si caben dos pronunciaciones para una misma palabra también puede encontrarse el fenómeno contrario. Resulta oportuno recordar como la marca BMW coincidiría verbalmente en España con
una hipotética BMV, mientras que en diversos países de américa se vocaliza como
“be eme doble u” aplicando una traducción literal del nombre que recibe la w en inglés. Ya se ve que es todo un mundo este asunto de la
pronunciación de marcas en español.
Aprovechamos la brevedad del apunte para enmendar una omisión en la reciente entrada sobre zapatos. Imperdonable despiste no haber incluido allí uno de los anuncios mas
ingeniosos y elegantes que conocemos sobre ese particular. La fantástica
anfibología visual que puede verse a continuación es una creación del año 2008
de la agencia serbia New Moment New
Ideas Company Y&R (ver ficha completa).
Como hemos andando enredando con cuestiones lingüísticas mientras discurren las fiestas pamplonesas, no
es inoportuna una final constatación de la enorme resistencia de la palabra
mozo a ser sustituida por corredor en la jerga de los encierros, cierto que no se trata
solo de correr. Pero no podemos evitar pensar en las numerosas personas que llevarían tirando a mal recibir esa
denominación cargada de ya bastante olvidadas reminiscencias de "la mili" en un contexto que no fuera San Fermín.
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