Finalizábamos el cinematográfico apunte de ayer con una ilustración del caricaturista australiano David Rowe, cuyo trabajo no es muy conocido por aquí. Cierto que sus viñetas en el diario Australian Financial Review se ocupan habitualmente de cuestiones de aquel continente que resultan bastante irrelevantes para nosotros.
Pero este editorialista gráfico no solo se ocupa de cuestiones locales, por lo que, inevitablemente, Trump ha sido objeto de un buen número de sus creaciones recientes. Como la que utilizó para reflejar el triunfo del candidato republicano, que era una segunda parte de otra viñeta publicada durante la campaña.
Resulta destacable que esa alegoría de alcoba era, a su vez, una reedición de la viñeta con la que había saludado la nominación del candidato republicano.
Volvemos a Trump y a su concepto de los asuntos de cama con la excusa del "locker room talk" que Trump dio a sus sexistas impertinencias. Esa fue la base de otra viñeta de la que nos llama la especialmente atención la sexy Estatua de la Libertad que decora la taquilla del ahora presidente electo.
De los encamamientos a sus consecuencias, finalizamos con una última ilustración en la que el primer ministro australiano Malcolm Turnbull felicita hipócritamente a los apesadumbrados padres, que no son otros que los dos grandes iconos habitualmente utilizados para representar a los Estados Unidos. Y como fondo el otro bombazo político del año. Qué gran resumen de las sorpresas que nos ha deparado en este 2016 la triste expresión de la hastiada voluntad popular.
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