sábado, 19 de noviembre de 2016

Numerónimos (I): fechas


Numerónimo es un vocablo que no encontrarán en los diccionarios. Se trata de un calco del inglés numeronym, un neologismo que se utiliza para denominar las palabras formadas por combinación de letras y números. Son composiciones que también podríamos identificar con el adjetivo alfanuméricas, pero se nos hace más cómodo referirnos a ellas con un solo término (y alfanúmero no nos vale porque tiene un significado más amplio al aplicarse también a códigos que no son palabras).

Las fechas son un concepto que es muy habitual codificar utilizando números y letras. Y para denominar algunas especialmente señaladas se ha popularizado la utilización de una nomenclatura basada en combinar el numeral del día con la inicial de mes, y ello obviando toda referencia al año. El numerónimo más conocido construido conforme a esas reglas es el 11-S con el que, como es bien sabido, se hace referencia en muy diversos idiomas y culturas a la fecha del año 2001 en que se produjo el famoso ataque a las Torres Gemelas de Nueva York. Un acto que, no olvidemos, se combinó con la comisión de otros menos recordados pero también mortíferos atentados.

Por analogía, el luctuoso 11 de marzo de 2004 pasó a ser conocido en España como 11-M. Pero el código de este tipo más veterano que mantiene uso en nuestro país es el 20-N  del que hoy es la víspera. Esa es la fecha oficial de muerte de Franco en el año 1975, aunque hay teorías que sostienen que el óbito en realidad se produjo el día anterior. La demora en la certificación del mismo habría buscado hacerla coincidir con la del fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera acaecido en la prisión de Alicante en 1936.

Otra fecha para la memoria es el 23-F, la jornada de 1981 en que se produjo el intento de golpe de estado en que un grupo de guardias civiles encabezados por el teniente coronel Antonio Tejero asaltó el Congreso de los Diputados. 

También se ha ido asentando la costumbre de referirse a los comicios de turno con un numerónimo, pero es una práctica que caduca a las pocas fechas de las correspondientes elecciones. Por ello, la última palabra de ese tipo sólidamente instalada en nuestro idioma es el 15-M que dio nombre al movimiento nacido en la manifestación celebrada el 15 de mayo de 2011 convertida después en una prolongada acampada que desencadenó el alumbramiento de Podemos.

Un caso de nombre propio basado en una fecha es el de la guerrilla colombiana M-19 en cuya denominación la cifra sí que representaba un día, pero la letra no indica mes alguno. Y es que esa M es la inicial de "Movimiento 19 de abril" que tomaba su nombre del día 19 de abril de 1970 en que se celebraron las elecciones presidenciales cuyo presunto fraude dio pie al nacimiento de esa violenta contestación. La que en 1990 se reconvirtió en un movimiento político, para desaparecer a mediados de los noventa.

Volvemos al 20-N, pero al de 1959, porque esa fue la fecha en la que la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración de los Derechos del Niño. Por ello los 20 de noviembre son las fechas en que cada año las Naciones Unidas celebran el Día Universal del Niño. Un día que intencionadamente fue el escogido en 1989 para aprobar la Convención sobre los Derechos del Niño.

Entendemos que el que celebramos mañana todavía funciona como género por defecto, porque alguien tuvo la policorrecta idea de que las niñas necesitaban su propia jornada para ellas solitas. Y por más que muchos no se hayan enterado, el pasado 11 de octubre ya hemos celebrado el Día Internacional de la Niña.

Y no es que permanezcamos ajenos al hecho de que ellas tienen problemas específicos, como el destructor matrimonio infantil en que se hacía énfasis este año. Pero, a fin de cuentas, estas celebraciones de la Onu cada vez se parecen más a las de un colegio del Opus, y no nos mola. Si hay que crear un “Día Internacional de concienciación sobre el matrimonio infantil”, el DICSMI, hágase, pero a ver si hacen el favor de acabar cuanto antes con estas necias discriminaciones. A nosotros lo que nos gusta es que los niños y las niñas jueguen y celebren juntos.

Ya para terminar, se nos ocurre que una forma de vincular los dos significados del 20-N tratados hoy pueden ser algunas de las viñetas del dibujante británico David Low. Estamos pensando en aquellas en las que se divertía representando a Franco como un minúsculo personaje, que podemos asimilar a infantil, aunque cierto que de armas tomar. Les dejamos con un par de ejemplos.





P.S.- Un día, el del niño, con doodle y todo.


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