Esta semana no podemos sino comenzar con un alborozado ¡por fin el Cervantes para Mendoza! Magnífica noticia para el fomento de la lectura que a buen seguro aumentará la prescripción en los colegios de obras de este escritor tan leíble y capaz de compatibilizar tener tantas cosas que decir con vivir sin Twitter. Ya nos gustaría dedicarle un apunte, pero de momento solo tenemos un fromlostiano-inverso título: "Los hombres hacen za".
Ahora vamos con las palabras que más nos han llamado la atención entre cuantas nos hemos encontrado en los últimos días. Un tanto técnico es el neologismo escogido por el Centro Virtual Cervantes: exoplaneta. O sea, planeta situado fuera del sistema solar que también cabe llamar planeta extrasolar. Un buen montón detalla la Wikipedia cuya versión en inglés cifra los identificados hasta el pasado 19 de noviembre en 3.541 situados en 2.656 sistemas planetarios de los cuales 597 son múltiples.
Y con parecernos manifiestamente laborioso mantener estas cifras al día, se nos hacen muy grandes las discrepancias con la versión española de la enciclopedia internetal que, sin citar la fecha de cómputo, cifra esos datos en 3.406, 2.550 y 577. Pero es que la edición francesa confirma al 23 de enero de 2016, 1.935 exoplanetas en 1.109 sistemas de los cuales 482 son múltiples. Ya se ve que la contabilidad resulta bastante más complicada que el concepto. Y ello cuando se estima en millones los pendientes de ser descubiertos.
El artículo de D. Mario García-Page también nos cuenta que el formante exo– aparece en una veintena de términos del ámbito científico. Por lo conexo con lo tratado echamos en falta un poco más de atención a la exobiología o astrobiología que sí está presente en el Drae definida como la "rama interdisciplinar de la ciencia cuyo objetivo es el origen, evolución y distribución de vida en el universo fuera de la Tierra". Anticipamos una ilustración para un hipotético futuro apunte sobre esos términos.
Entre las palabras del grupo exo- que a buen seguro también merecerán tratamiento en esa sección apostamos por exoesqueleto. Como aperitivo insertamos un enlace a un interesante artículo sobre la moderna acepción de ese vocablo que el Drae tan solo recoge, de momento, como sinónimo de la piel endurecida también conocida como dermatoesqueleto. ¡Hay que ir poniéndolo al día, sres. académicos!
Entre las palabras del grupo exo- que a buen seguro también merecerán tratamiento en esa sección apostamos por exoesqueleto. Como aperitivo insertamos un enlace a un interesante artículo sobre la moderna acepción de ese vocablo que el Drae tan solo recoge, de momento, como sinónimo de la piel endurecida también conocida como dermatoesqueleto. ¡Hay que ir poniéndolo al día, sres. académicos!
Tampoco hemos visto tratar ese prometedor esqueleto suplementario en el Laboratorio del lenguaje del Diario Médico que el pasado sábado publicó una divertida cuarta entrega de "Humor y medicina en Twitter". La siguiente, que fue la titulada "Pulse", nos ha servido para enterarnos de que este 2016 es para la ONU, y más específicamente para la FAO, el "Año Internacional de las Legumbres". Hay que ver lo mal que se está explotando esa forma anual de focalizar la atención del público. Les anticipamos que 2017 será el "Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo". Y el único efecto seguro es que los gastos de viaje de los 'organizadores unidos' crecerán sustancialmente.
José Ignacio de Arana reflexionaba el miércoles desde Cai, o sea, Cádiz, sobre la ininteligibilidad de algunas variantes del español. Por nuestra parte añadimos otra pregunta al interrogativo título de su apunte ¿Hablando se entiende la gente? Nuestra duda es, ¿tendrá relación con los malos resultados escolares andaluces que veíamos el jueves?
Volvemos al Cervantes para reseñar que en la habitualmente aquí poco citada sección Rinconte, Enrique Bernárdez publicó la quinta entrega de su serie "Globalización y lengua española" que ha derivado su andadura hacia los préstamos léxicos. Interesante el recordatorio de la práctica defunción de ese off-side que intentó quedarse en orsay, buena prueba de que la economía lingüística no siempre se impone, o del escaso uso actual de flirt y su derivado flirtear (aunque curiosamente al poco topábamos una de sus variantes en el subtítulo de un artículo de El País).
En esa misma sección publicó Pedro Álvarez de Miranda "Casi dos kilos por una palabra". Un apunte dedicado a ranzón, el 'rescate, dinero que se da para redimir a un cautivo' con el que David Leo culminó la gesta de llevarse el mayor bote de la historia de Pasapalabra. No desperdicia el autor la ocasión de reclamar algunas actualizaciones del Diccionario, como incluir en plato su acepción de ducha o actualizar la moneda de los kilos de dinero. Curiosa esta modificación del significado, puesto que al no existir billetes de mil euros, se pierde el dual sentido original de mil (prefijo kilo) billetes de mil pesetas que, además, pesaban muy aproximadamente un kilogramo. Un descubrimiento popularizado por el torero Manuel Benítez que fue objeto de una columna Antonio Burgos titulada El kilo de El Cordobés.
En el suplemento Verne de El País hemos leído un artículo sobre el uso figurado de nombres de animales en el lenguaje colombiano. Estiran un poquillo la cosa con algunos casos también son habituales por aquí, pero resulta interesante averiguar el significado que allí tiene un 'mico' o 'hacer conejo'.
José Ignacio de Arana reflexionaba el miércoles desde Cai, o sea, Cádiz, sobre la ininteligibilidad de algunas variantes del español. Por nuestra parte añadimos otra pregunta al interrogativo título de su apunte ¿Hablando se entiende la gente? Nuestra duda es, ¿tendrá relación con los malos resultados escolares andaluces que veíamos el jueves?
Volvemos al Cervantes para reseñar que en la habitualmente aquí poco citada sección Rinconte, Enrique Bernárdez publicó la quinta entrega de su serie "Globalización y lengua española" que ha derivado su andadura hacia los préstamos léxicos. Interesante el recordatorio de la práctica defunción de ese off-side que intentó quedarse en orsay, buena prueba de que la economía lingüística no siempre se impone, o del escaso uso actual de flirt y su derivado flirtear (aunque curiosamente al poco topábamos una de sus variantes en el subtítulo de un artículo de El País).
En esa misma sección publicó Pedro Álvarez de Miranda "Casi dos kilos por una palabra". Un apunte dedicado a ranzón, el 'rescate, dinero que se da para redimir a un cautivo' con el que David Leo culminó la gesta de llevarse el mayor bote de la historia de Pasapalabra. No desperdicia el autor la ocasión de reclamar algunas actualizaciones del Diccionario, como incluir en plato su acepción de ducha o actualizar la moneda de los kilos de dinero. Curiosa esta modificación del significado, puesto que al no existir billetes de mil euros, se pierde el dual sentido original de mil (prefijo kilo) billetes de mil pesetas que, además, pesaban muy aproximadamente un kilogramo. Un descubrimiento popularizado por el torero Manuel Benítez que fue objeto de una columna Antonio Burgos titulada El kilo de El Cordobés.
En el suplemento Verne de El País hemos leído un artículo sobre el uso figurado de nombres de animales en el lenguaje colombiano. Estiran un poquillo la cosa con algunos casos también son habituales por aquí, pero resulta interesante averiguar el significado que allí tiene un 'mico' o 'hacer conejo'.
Y como nos queda bastante material y la cosa se alarga, vamos a dejarlo aquí con el compromiso de continuar mañana con el resto de cuestiones lingüísticas que hemos recopilado en la última semana.
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