miércoles, 29 de marzo de 2017

Nutrición y viralización de la ignorancia



Últimamente nos sentimos un poco acosados por el creciente pelotón de bienintencionadas gentes obsesionadas con el aceite de palma. Las que no dejan de escudriñar las etiquetas en su busca para tildarnos poco menos que de suicidas si nos ven consumir algún producto que lo contenga.

Todo ello alimentado desde una red atestada de alarmistas mensajeros que, en demasiadas ocasiones, muestran un muy dudoso conocimiento de lo que dicen. Lo último que nos han colado en el Whatsapp es un video de un trasgorrado personaje llamado Juan Llorca que se permite dejar patente en letra su ignorancia. Adjuntamos una captura del mensaje que inserta en su filmación y la carita que se le queda tras comentarlo:


Esos 59,3 kg al año que rotula son los que pretende que ingerimos por cabeza del malvado aceite de palma. La naturaleza del producto cuantificado la aclara verbalmente.

Parece evidente que ha malinterpretado algún dato que ha pillado sobre el consumo total de grasas de un europeo medio. Pero tan craso error, nunca mejor dicho (cfr. crassus), denota una descalificante ignorancia de las tablas nutricionales. Aclaremos que el consumo medio del citado aceite andará sobre el 2% de esa cantidad, algo mas de un kilo. Y como ocurre con las medias, habrá quien esté en pocos gramos y quien tienda a la arroba.

Lo que no deja de ser curioso es que en todos estos videos y consejas con que nos abruman últimamente, rara vez se habla de las grasas trans que son las que se han demostrado verdaderamente dañinas. Hasta el punto de que Estados Unidos ha prohibido su uso a partir de 2018. Mientras tanto, las instituciones europeas siguen mareando la perdiz con el asunto. Añadimos un enlace a lo último planteado en el Parlamento Europeo. Eso 5 años después de que se encargara formalmente a la Comisión que hiciera algo. Disfruten, si están de humor, de la florida prosa burocrática que por allí se gastan. Y no la pagan mal.

La principal fuente de esas malignas grasas trans es la hidrogenación de aceites vegetales, así que cuando revisen etiquetas busquen primero el adjetivo hidrogenado y, ese sí, evítenlo cuanto puedan.

Sepan, además, que uno de los principales motivos de la popularización del uso del aceite de palma es, precisamente, su capacidad para suplir la contribución a la conservación y aspecto de los alimentos que proporcionan las indeseables grasas hidrogenadas. No equivoquemos el enemigo.

¿Que también hay que vigilar excesos con las grasa saturadas que abundan en el aceite de palma? Por supuesto, como las que nos endosan otras muchas grasas de origen animal, ¿les suena la palabra mantequilla?, pero sin histerias ni equivocar las prioridades. De hecho, lo que a nosotros nos disuade de consumir Nocilla es el apoyo de sus propietarios a la destrucción de una convivencia que costó mucho forjar, no que tenga un poco mas de la cuenta de aceite de palma.

Y todo esto cuando la llamada ortorexia se está convirtiendo en un importante problema sanitario.






Adenda 5/4: La falacia de los 60 kg. de palmiste per cápita sigue propagándose. Hoy hemos visto como ha sido asumida por La Sexta. Eso sí, de las grasas trans ni palabra. Ahí va la captura de las Noticias 1.






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