sábado, 4 de marzo de 2017

La lengua de la 9ª semana


Tras la hipertrófica polémica vivida en torno al bus de 'Hazte Oir' la palabra de la semana no puede ser otra que transfobia. Y ello por más que convertir un desfasado planteamiento sobre la sexualidad en un delito de odio sea un despropósito ¿Sería entonces un equivalente delito de odio a la religión católica presentar una virgen transexualizada como la vista en el carnaval canario? Es más, nos metapreguntamos ¿será un delito de odio acusar de odios que no son? Menos mal que hay gentes como las de "Al platu vendrás arbeyu" que, como puede verse junto a estas líneas, le echan un poco de humor a estas cosas.

Pero lo que se nos hace verdaderamente incomprensible es la ausencia de cualquier interés en aprovechar la polémica para debatir y, sobre todo, informar sobre el estado de esta problemática que no deja de tener una baja prevalencia e incidencia (parece que estaríamos hablando de unos trescientos nuevos casos anuales, aunque es una cifra que iría en aumento). Y ello con la indispensable participación de la clase médica en vez de los todólogos de guardia ¿Cuales son los resultados que están dando las diferentes opciones para abordar los conflictos entre cuerpo y psique? ¿debe prevalecer siempre la segunda? ¿son las terapias de modificación de conducta indeseables o, incluso, prohibibles? Si esto es así, ¿debe amputarse a los apotemnófilos? Mucho que debatir y aprender sobre aquello de lo que el común de los ciudadanos poco o nada sabe. Pero, como tantas veces, no hay ganas de escuchar ¡Es tan cansado pensar!

Otra indeseable consecuencia de esa monotemática focalización de los medios de comunicación es que otras noticias de extrema gravedad pasan completamente inadvertidas. Tremenda 'crónica de mucha muerte anunciada' la que hacían ayer en El País tres representantes de importantes ongs (enlace).



Para intentar devolverles la sonrisa insertamos un poco de Monty Python para que lo disfruten antes de que alguien decida que cierto humor puede herir sensibilidades y debe ser prohibido.



Cambiamos de escenario para constatar que esta semana también hemos escuchado el simpático solecismo 'socorronería' a la diputada Quintanilla que lo utilizó en su increíble explicación de cuan amigablemente amenaza a sus compañeros. Y en concreto al que con lo que realmente ha cavado su tumba es difundiendo la grabación de la impresentable conversación. Tremendo el mafioso funcionamiento interno de los partidos políticos. Tercer cargo para Cospe sí o sí.

Nos vamos ya de webs. El Cervantes virtual se ocupó esta semana del neologismo anglosajón think tank que Fundéu recomienda sustituir por laboratorio de ideas, gabinete estratégico o centro de reflexión. Dª Carmen López Ferrero se muestra partidaria de esperar a ver como evolucionan los nuevos 'tanques' creados al margen de las empresas o gobiernos, que son quienes ejercieron originalmente como promotores de estos grupos interdisciplinares, para decidir sobre la incorporación definitiva del préstamo. A nosotros nos da que a este bisílabo ya no nos lo quitamos de encima por más que en el inventario de la Wikipedia tan solo se citen cuatro españoles.

En El País hemos encontrado a Alex Grijelmo un poquillo espeso en el artículo Cómo es 'la gente' en que aborda el uso que damos a esa habitual referencia a 'los otros'. Con todo, coincidimos con el en que el uso de 'la gente' sirve a menudo para arruinar los matices, para aplanar las ideas y para silenciar a muchas personas con la misma palabra que las nombra.

Saltamos al Diario Médico. 'Daniel Elmer Salmon y las salmonelas' es el título de una breve reseña sobre el epónimo investigador de las bacterias conocidas como salmonelas. Una denominación que nos cuentan data del año 1900 en que el francés Joseph Lignières propuso agrupar en un nuevo género los bacilos que habían descubierto Carl Joseph Eberth y Theobald Smith (un auxiliar de Salmon) junto con los paratíficos y otros microbios afines. 

El siguiente apunte estuvo dedicado a describir someramente algunas contribuciones realizadas en campos distintos de la medicina por Charles Robert Richet, el galo galeno que fue galardonado en 1913 con el premio Nobel de Medicina por su teoría de la anafilaxia. Muy oportuno, por tanto, el arranque del artículo con la frase de Antón Chéjov "la medicina es mi esposa legítima y la literatura mi amante".

El jueves Fernando A. Navarro publicó Bob Esponja y la infantilización de la ciencia. Un apunte en que cuenta como tres biólogos norteamericanos decidieron bautizar como Spongiforma squarepantsii a un hongo procedente de Malasia. Ello por ciertos detalles morfológicos que les evocaron al personaje de dibujos animados cuyo nombre original completo es SpongeBob SquarePants (Bob Esponja Pantalones Cuadrados). Esponjoso hongo es, pero la verdad es que la concreta asociación con Bob está un tanto forzada. De lo que no estamos tan seguros como Navarro es de que esto sea un signo de infantilización de la sociedad actual. Y es que cada generación tiene sus propios referentes culturales.

Si quieren entretenerse un rato explorando el origen de nombres científicos curiosos pueden seguir el siguiente enlace a la página Curious Taxonomy. Ahí encontrarán seres como la rana Allobates niputidea así bautizada en 2007 por Grant, Acosta-Galvis y Rada a partir de la castiza expresión del idioma español con la que se muestra desconocimiento de algo. O también al Parnassius apollo antijesuita al que el naturalista sueco Felix Bryk dio ese nombre en 1912 a modo de anticlerical protesta.

Una de las últimas incorporaciones, tan solo del pasado mes de enero, es la Neopalpa donaldtrumpi. Una polilla así denominada por el entomólogo canadiense Vazrick Nazari por la similitud de su cabeza con el peinado del presidente de Estados Unidos. Juzguen vds. mismos.


Cambiamos de fuente. Con motivo de la celebración en Barcelona del Mobile World Congress (MWC), Fundéu comenzó la semana con unas claves de redacción sobre telefonía móvil que acompañaron con una nota de urgencia suscitada por la pifia de los Oscars. En esta recomendaban designarla como error histórico o garrafal y no con el afectado anglicismo 'epic fail'. Menuda encerrona, por cierto, la del pergamino Warren, que claramente advirtió algo raro, al pergamino Faye.

La negativa de Marine Le Pen a cubrirse con un velo ante el gran muftí de Beirut fue el origen de la recomendación del martes sobre la ortografía de esa palabra con que se designa a ciertos juristas musulmanes cuyas decisiones pueden tener valor de ley. Un término que nos hace reflexionar sobre lo poco que sabe del islam el español medio.

Autoexplicativo título el del gramático apunte 'facilitar que, mejor que facilitar a que' al que siguió otro dedicado al tema de la semana: 'Trans, acortamiento válido de transexual y transgénero'. En este hemos echado en falta que no se aprovechara para mencionar el opuesto cis con que se acorta el cisgénero que designa a quienes no viven un conflicto sexual entre mente y cuerpo.

Como cierre semanal una breve nota geográfica sobre el nombre del supuesto nuevo continente que recomiendan llamar Zelandia. También podrían haberla dedicado a criticar el uso de pantuflas, que son abiertas por detrás, y no digamos ya del alpargatas que se han empeñado en utilizar algunos periodistas de Cuatro, para hacer referencia a las zapatillas, dicen que de fabricación española (enlace) aunque de marca gringa, que lució el Secretario de Estado de Comercio de Estados Unidos Wilbur Ross

Y a todo esto un montón de gente que sigue sin enterarse de que un Diccionario es un simple registro de los usos de los hablantes (enlace a la reseña sobre 'sexo débil' de El Mundo). Así que hay que apuntar esa indignación hacia el sitio adecuado que no es otro que la grijélmica gente que les rodea.

Una recomendación final. Dense una oportunidad de sonreír con la crítica del uso lingüístico de lugares comunes que hace el artículo de El Mundo Today titulado Detenido el presunto autor de la expresión 'con la que está cayendo'.




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