miércoles, 23 de agosto de 2017

Algunos commuters más



Una vez que hemos mostrado a lo largo de tres apuntes (I, II y III) la atención que ha prestado al metro de su ciudad la revista The New Yorker, vamos a realizar, a modo de epílogo de esa serie, un pequeño repaso del tratamiento de la figura del commuter. Ese diario viajero entre su casa y el trabajo para el que el idioma español carece de un término propiamente equivalente. Y empezamos recordando el prototípico representante del concepto ideado por Barry Blitt ya visto en esos artículos precedentes.

 

Otra revista que prestó notable atención a esos rutinarios viajeros fue el mas orientado al consumo familiar Saturday Evening Post. Esta publicación hizo de las prisas mañaneras un repetido motivo de sus portadas como puede verse, en primer lugar, en la titulada "Cramped Parking" de Richard Sargent que está fechada el 5 de marzo de 1960. A su lado "Commuters (Waiting at Crestwood Train Station)" del 16 de noviembre de 1946 que firma el ilustrador estrella de esa revista, el gran Norman Rockwell.

 

La sacrificada esposa que sufre un pinchazo al acercar a su marido a la estación, aun con la indumentaria de cama, fue objeto de la ilustración titulada “Flat Tire at the Commuter Station” de Amos Sewell publicada en el número del 26 de noviembre de 1960Misma vestimenta que lucía la protagonista de un intento de subsanar el olvido de la cartera representado por Thornton Utz en la portada del 2 de febrero de 1957, un ilustrador que también firma la doble escena de la entrega y la recogida del 28 de junio de 1952. Este artista se convirtió en un auténtico especialista en esta temática como corroboran las ilustraciones “Commuter Train” (20 de octubre de 1951) y “Commuter Pickup” (15 de septiembre de 1956) que muestra como también hay quien aprovecha esos desplazamientos para intentar ligar.

 
 

La llegada a una nevada estación (“Commuter Station Snowed In”) representada en diciembre de 1960 por Ben Kimberly Prins quizá les recuerde una portada de 1952 de Garrett Price que hemos visto en The New Yorker. Debajo “Commuters in the Rain” de John Falter (7  de octubre de 1961) emparejada con "This Does Not Commute" (24 de septiembre de 1955) en la que George Hughes contrapuso dos muy diferentes tipos de viajeros ferroviarios. Ya se ve como muchos de los mas conocidos portadistas del Post realizaron aportaciones a esta materia.

 
 

La apresurada salida de casa camino de la estación, andando cuando era mas fácil vivir en su proximidades, que muestra la portada de Life del 4 de mayo de 1911 es la mas antigua referencia a un commuter que tenemos registrada. Una ilustración de James Montgomery Flagg que volvería sobre la cuestión de los apurados cafés mañaneros en el número del 12 de enero 1925 de esa misma publicación.


La cabecera británica John Bull nacida en 1820 se convirtió en la posguerra de la segunda gran confronación mundial en una especie de versión británica del The Saturday Evening Post que, con frecuencia, llevó a sus portadas temáticas similares. En el caso de los commuters, también hicieron su versión del acelerado desayuno que fue portada en mayo de 1958, aunque ya con una esposa que también acudía al trabajo. Pero mas original y conseguido se nos hace el commuting en Vespa de octubre de ese mismo año.


 

No podía faltar alguna tapa dedicada a esos diarios viajes al trabajo en la humorística Punch. La adjunta ilustración es de 1957.

Finalizamos con la portada de Time del 18 de enero de 1960 en la que el gran ilustrador Boris Artzybasheff dio su visión de esos traslados al trabajo, en ese caso en la isla de Manhattan. Y es una pena que la prestigiosa revista norteamericana no cuide un poco mas el archivo gráfico que mantiene accesible al público. Ello nos obliga a recurrir a una también muy mediocre imagen tomada de ebay que, cuando menos, no tiene parcialmente tapados con una inoportuna etiqueta esos expresivos vagones lata de sardinas.





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