El pie explica que el representado es el bello caballo de Fremiet que acude al sanatorio para que le curen como se merece. Y es que el reputado escultor Emmanuel Fremiet presentó a ese Salón el moldeado del 'Caballo de Montfaucon', un encargo de la 'École nationale vétérinaire d'Alfort' que, sin embargo, acabó rechazando la pieza en la que el famoso escultor optó por representar un ejemplar tullido que se dirigía al sacrificio con los ojos vendados. Si se defienden con el francés les recomendamos el artículo del profesor Guy Bodin que explica la peripecia de esa escultura que acabó siendo acogida en la 'École nationale vétérinaire de Toulouse' donde sigue 'residiendo' hoy en día. A continuación mostramos la viñeta que el propio Quillenbois dedicó al desdichado equino junto a una imagen del bronce original.
Ninguno de los humoristas que se ocuparon del Salón dejó de hacer alguna referencia a tan singular obra. A continuación puede verse la de Cham, con un justicero espectador que decidía sacrificar el moldeado para acabar con tanto sufrimiento, así como la de Bertall en la que un padre tachaba de imbécil a su hijo por temer que semejante tullido pudiera lanzar una coz. Obsérvese que como fondo insertó una nueva referencia a la oronda bañista de Courbet.
Otros destacados caballos de la exposición fueron los representados por Rosa Bonheur en su lienzo 'Le Marché aux chevaux de Paris' que actualmente está en el Metropolitan Museum de Nueva York. El fruto de un laborioso trabajo de campo que la llevaba dos veces por semana, vestida de hombre para no llamar la atención, al mercado equino situado cerca del Hospital de la Salpêtrière, el edificio que se adivina al fondo del lienzo (mas información sobre el trabajo de esta artista). Bertall plasmaba el éxito que obtuvo ese cuadro por medio de un entendido que lo alababa como la obra mas potente del Salón a la que atribuía cuarenta caballos de potencia aunque, como puede comprobarse en la adjunta imagen del original, que acompañamos con un detalle del fragmento central, los representados eran bastantes menos (enlace a una imagen de gran resolución en la web del Met neoyorquino donde está expuesto).
Cham emparejaba el éxito de la pintora y el escultor en una pareja de viñetas en la que primero los enfrentaba en una carrera por el gran premio de los transportistas. Después los coronaba a los dos con el Premio Grammont que era concedido por la Sociedad Protectora de Animales, aunque cabe recordar que en realidad era literario. Adjuntamos unas fotos de ambos artistas para que puedan valorar mejor sus caricaturas. Y a partir de la imagen de la pintora podrán formarse su propia opinión sobre si efectivamente se representó a sí misma en el cuadro tocada con una gorra azul.
El álbum de Cham también incluía una referencia al cuadro de Louis Gallait titulado 'Les derniers moments du comte d'Egmont assisté par l'évêque d'Ypres' (Los últimos momentos del conde de Egmont asistido por el obispo de Ypres) cuyo original mostramos debajo por medio de un grabado que, a juzgar por los comentarios, quizá aligere las sombras del original. A su lado, la caricaturesca versión del lienzo realizada por Bertall.
En la contigua viñeta de Cham un miembro del 'Congreso de la Paz' se afanaba en tapar un belicoso lienzo. Y es que ese año se había celebrado en Edimburgo la séptima y última edición de ese ciclo de pacifistas reuniones iniciado en Londres en 1843.
Texto del pie: El conde de Egmont mirando por la ventana para saber si debía coger un paraguas. Un orondo caballero le indica la forma de colocar la mano para asegurarse de si realmente caen gotas.
Texto del pie:
Un hombre dotado de grandes bigotes acaba de sufrir los dolorosos estragos del cólera y los colores de la vida le han abandonado...Su amigo, un gordo feliz, todavía luce los brillantes colores de la salud; pero una de sus manos empieza a ser presa de la epidemia. Esta obra maestra tiene enorme efecto médico.
Nota.- Para no entristecer demasiado al espectador, el sr. Gallait ha colocado las cabezas en una espesa sombra, ya que la fisonomía habría sido demasiado lastimosa si pudiera verse. La expresión ha sido encomendada exclusivamente a las manos que cumplen ese cometido de maravilla.
Pasamos al cuadro de Jean-Léon Gérôme 'L'Idylle, l'innocence (Daphnis et Chloe)' que actualmente se expone en el Museo Massey de Tarbes. Quillenbois presentaba un esquemático esbozo dentro de una escena en que un padre explicaba a su hijo que la gente no andaba así por el mundo porque no todo el mundo está tan bien diseñado como los personajes de Gérôme (ver plancha completa).
Debajo emparejamos una foto del original con la versión de Bertall que destacaba en el pie como el amor contemplaba la escena desde un ojo de buey.
Cham también incluyó este cuadro en su selección, centrando su broma en que parecía que el hombre no ofrecía el ramo de flores por no tener otra cosa con que taparse. En la siguiente viñeta hacía una discreta referencia, por limitaciones de formato se decía con ironía, de un gran lienzo que fue muy comentado. Se trata del realizado por Louis Matout en el que se representaba al médico Ambroise Paré haciendo la primera ligadura de vasos ('Ambroise Paré faisant la première ligature'). Una escena que tuvo lugar en 1552 durante el asedio de las tropas de Carlos V a la ciudad de Metz que solo podemos mostrar por medio de un aguafuerte porque el original que decoraba el anfiteatro de la Facultad de Medicina de París resultó destruido en un incendio ocurrido en 1889.
En el cuaderno de Quillenbois un artista comentaba que para el año siguiente habían encargado a Matout el retrato de Luis XIV durante su 'famosa operación'. Esta fue la realizada en 1686 por el cirujano Charles-François Félix para reducir una fístula anal. Un procedimiento que ensayó previamente en numerosos indigentes, se dice que unos sesenta, de los cuales murieron varios (la Wikipedia tiene un detallado artículo en francés sobre ese asunto).
En el 'Voyage a l´Exposition' aun había otra referencia al quirúrgico lienzo en la que un vigilante administraba un tranquilizante para que los espectadores pudieran disfrutar sin dolor de la escena. Más cruda era la alusión de Bertall que aportaba el fragmento faltante en el cuadro. Añadimos, ya para finalizar por hoy, un detalle del grabado para que puedan comprobar con mayor facilidad que, efectivamente, sí que había algún miembro de menos.
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