Comenzamos con el ya habitual repaso de las recreaciones artísticas, con Trump representado en The Week a la manera del Enrique VIII de Holbein datado en 1537. Un cuadro perdido en 1698 en un incendio que, sin embargo, es conocido gracias a las numerosas copias del mismo que existen. Más sobre eso en el siguiente enlace a la Wikipedia. Añadir que la versión utilizada como modelo es, como delata la decoración del fondo, la que se conserva en la Egremont Collection que se exhibe en Petworth House.
También nos han llamado la atención un par de arcimboldianas cubiertas que hemos visto en las revistas Passport y Courrier International. Debajo de ellas una muestra de que, por mucho doble gesto adicional que se le aplique, el Tío Sam de James Montgomery Flagg hay que evitarlo por manido, salvo que se aplique algún giro como el que vimos el mes pasado en La Actualidad Económica. Otro tanto ocurre con el muy recreado Sgt. Peppers al que este mes recurre la revista Jazz.
La satánica ilustración de Boob Stake que hoy reiteramos dio pie al apunte El metro en The New Yorker (I). Una entrada que contó con dos entregas adicionales (II y III) más un epílogo dedicado a la presencia de los commuters en otras publicaciones. La siguiente portada del mes, obra de Adrian Tomine, es un reflejo de la aprensión campestre que padecen urbanitas como el autor de esa ilustración.
La visibilización de la extrema derecha también fue tratada en Time por medio de una ilustración de Edel Rodriguez que cabría pensar que inspiró la algo posterior de la alemana Stern. Pero lo cierto es que también pude considerarse una evolución de la publicada en septiembre del pasado año que recordamos junto a estas líneas.
Otra publicación que se caracteriza por sus portadas con temas poco tratados es New Scientist. Adjuntamos la dedicada al fenómeno de la vuelta a la naturaleza.
Pasamos a la prensa satírica con la veraniega cubierta que se marcó la alemana Eulenspiegel que hemos emparejado con la de la peruana 'el otorongo'. Una publicación que pocas veces traemos por su habitual enfoque hacia cuestiones locales, dedicada en este caso a las paranoias de Maduro.
Como desagravio, no queremos olvidar el recuerdo que la han dedicado publicaciones como Paris Match, con una foto que creemos es de principios de siglo, o L´Obs que quiso recordarla con un aspecto más juvenil, fumando y todo, pero sin fastidiar.
La penúltimas portadas del mes de los principales semanarios humorísticos español y francés han tenido una acogida muy dispar. Alabanzas para la publicación española, a la que la proximidad a su redacción de los atentados parece que aplacó su desabrido estilo habitual. Pero nos maliciamos que peor será la vuelta a su ser en cuanto toque cargar contra sus blancos fijos.
Los franceses se ganaron, en cambio, una nutrida reprimenda por su generalización sobre el Islam, aunque básicamente procedente por parte de quienes nunca osarían decir nada de portadas como la de una rueda de obispos enculándose. Es lo que tiene no soportar ver mencionar que el islam es la única religión en cuyo nombre se mata hoy en día. Evidentemente algo que solo hace una minoría, pero con preocupantes súbitos traspasos desde la pacífica mayoría que no sabemos explicarnos. En todo caso, y volviendo sobre la reprimenda, así es el embudo que filtra tantas meninges.
Y finalizamos, como venimos haciendo últimamente, con unos animalicos. Si no hace mucho (tal que aquí) reseñábamos a Karen Elson arrullando a un zorro en el Harper´s Bazaar, este mes vemos besar a otro. No intenten esto en casa. En todo caso, y sigue siendo una cochinada, que sea con unos cachorros como los de la revista Pets.
Adicionalmente, vamos a recordar algunas otras significativas portadas que protagonizó: Paris Match 13/8/60, Elle 1964 (foto de David Steen), Time 5/3/65 (ilustración de Tamayo; ella ya se lo habrá perdonado).
La siguiente tapa de Charlie Hebdo combinó la llegada de Neymar al PSG con el nacimiento de una pareja de pandas en el zoo de Beauval, de los que, por cierto, solo sobrevivió uno. El traspaso del futbolista nos recuerda que hace 4 años, que no se veía un futbolista (chicas sí, el 8 de junio y el 20 de julio de 2015), en la acepción de ese término fuera de Estados Unidos, en la portada de Sports Illustrated. Entonces fue Mario Ballotelli andando sobre piscineras aguas.
El número del 10 de agosto del Charlie Hebdo alemán representó una sufrida vuelta a casa de los huevos contaminados, mientras que la del 'especial sexo en verano' de El Jueves, por más que no se nos haga graciosa, nos ha recodado que bien podríamos dedicar un apunte al 'cigarrito de después de'. Cualquier día de estos nos ponemos.
Los franceses se ganaron, en cambio, una nutrida reprimenda por su generalización sobre el Islam, aunque básicamente procedente por parte de quienes nunca osarían decir nada de portadas como la de una rueda de obispos enculándose. Es lo que tiene no soportar ver mencionar que el islam es la única religión en cuyo nombre se mata hoy en día. Evidentemente algo que solo hace una minoría, pero con preocupantes súbitos traspasos desde la pacífica mayoría que no sabemos explicarnos. En todo caso, y volviendo sobre la reprimenda, así es el embudo que filtra tantas meninges.
No cabe una mota de leopardo más en la cubierta de la revista New York protagonizada por Ashley Graham, mientras que en el primer número del mes de la revista The Daily Front Row, Daphne Groeneveld interpreta el manido cliché de sorber una pajita que hay quien tiene por fálico. Van para dos centenas las portadas que tenemos etiquetadas con el mismo. Igual hacemos un tablero de Pinterest con ellas.
También no ha gustado la triple tapa del segundo número de agosto de la revista Variety con Chloë Grace Moretz, John Boyega y Zendaya Coleman fotografiados por Zoey Grossman.
(1) Esto nos recuerda que quizá proceda refundir el material sobre esa cuestión disperso entres apuntes:
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