Como ya anticipábamos en la entrega precedente de esta serie, las recreaciones de la Mona Lisa son inabarcables, por lo que vamos a centrarnos en las utilizadas en las revistas. La primera portada que tenemos registrada en que se manipula satíricamente el cuadro es la de la revista "Le Sourire" de agosto de 1919 ilustrada por Albert Chazelle.
Misma línea creativa aplicada por Jean Sennep para representar al líder de la derecha Édouard Herriot en una ilustración que fue portada de un especial de la revista Le Rire, titulado 'Obras maestras políticas', que fue publicado en los años treinta con una recopilación de ese tipo de caricaturas.
Hay más ejemplos de aplicación de este cliché a políticos, como es el caso del semanario alemán Der Spiegel que en noviembre de 2007 llevó a su portada a la canciller alemana Angela Merkel representada con la inequívoca estética al servicio del interrogativo titular "¿Por qué sonríe esta mujer?"
Y es que la apelación a la enigmática sonrisa es uno de los
motivos más utilizados para recurrir a la imagen pintada por Leonardo. Así
ocurre en el número de noviembre de 2002 de la británica “The
Economist” donde ilustraba el titular “Restaurando la sonrisa de Europa” o
en la brasileña Veja que veía en esa parte del retrato la clave de los enigmas sobre el genio italiano. Otros ejemplos son “The
Stylist” de octubre de 2011 que se interrogaba sobre la existencia de una
epidemia de tristeza o un cómic de Bob
Hope que atribuía al humorista americano el logro de haber conseguido la
famosa sonrisa.
Más vulgar era el motivo de la expresión propuesto por Pierre Davis (sinónimo para ese tipo de trabajos de Lowel Davis) en una portada de 1972 de la revista humorística "Sex to Sexty". Un detalle interesante es la referencia al uso de por parte de Leonardo de una imagen especular de su firma que el ilustrador realiza utilizando un reflejo horizontal de la suya.
El semanario Time también ha sido repetidor en su apelación a un cliché que ha utilizado para ilustrar las relaciones de Europa tanto con China como con la creciente inmigración islámica (18 de octubre de 2004, edición para Asia, y 28 de febrero de 2005, edición para Europa, Oriente Medio y África).
Entre
las revistas de prestigio que han recurrido a este icono no podía faltar la siempre atenta al mundo del
arte “The New Yorker” donde, además de en una reproducción más o menos fiel en la tapa de Peter de Sève del 17/7/1995 (en la que aparece acompañada nada menos que de un sudario de Cristo, entre otras notables piezas a la venta), encontramos a la enigmática dama convertida en “pitcher” de los “Mets” en
la portada de junio del 3/6/1991 ilustrada por John Bernard “J.B.” Handelsman. Mucho más polémica fue la publicada el 8/2/1999 con un montaje del ilustrador Dean Rohrer que utilizaba el rostro de Monica Lewinski, la protagonista del lamparón (sí, hay segunda
intención) más notable de la carrera política de Bill Clinton, que era conocida por sus amigos como Mona (en este enlace puede leer la justificación de esa comparación en la revista que la escogió entonces mujer del año).
Una creatividad tan tentadora como para que hayamos podido verla repetida es la basada en el envejecimiento de la retratada. Fue utilizada, por ejemplo, en la portada de la revista Discover de octubre de 2012 ilustrada
por Tim O’Brien y, previamente, lo había sido en la brasileña Istoé con un trabajo de Roberto Weigand. Seguro que hay unas cuantas más.
No conocemos muchos casos de uso del cliché en la prensa española. El más veterano que tenemos registrado es la imagen de Areilza que Carlos Esteban Barbieri llevó a la portada de La Codorniz del 6 de junio e 1976. A su lado, Tarradellas en la cubierta de la revista "Por Favor" en octubre de 1977.
Otro ejemplo es el Magazine
del diario El Mundo que en octubre de 2012 hizo posar a Natalia Strozzi, una descendiente por línea directa de la mujer inmortalizada
por Leonardo, en la que daba réplica a su famosa antepasada. Esta publicación se convertía así en repetidora porque en junio de 1994 ya había recurrido a una ilustración obra de Raúl Arias con una Gioconda en biquini, provista de unas gafas de sol, para presentar el reportaje "de Veraneo".
En el caso de la edición
española de Lui la portada de
noviembre del 77 era una pudorosa adaptación de la cubierta francesa del mes
anterior que ya les hemos enseñado en una adenda al apunte “Ejercicios de censura gráfica”. Pero lo cierto es que la efímera revista española Reporter se adelantó con su algo más libre versión del cuadro, protagonizada por la actriz Verónica Miriel, que fue publicada en el mes de julio en su nº 7.
Lo de desnudar a la Mona Lisa es una perversión repetitiva que, por ejemplo, ya había practicado en 1970 la norteamericana Screw. Sin llegar a la desnudez, la Gioconda más exuberante que hemos encontrado es la que llevó a su tapa la revista quebequesa Safarir.
La imitación de la pose también sirvió a la revista neozeladesa Cuisine como cubierta de su número de mayo 2013 dedicado a la gastronomía italiana.
Y es que prácticamente no hay segmento editorial que no haya
recurrido a la Gioconda. A continuación pueden verse un par de ejemplos del, a
priori, poco afín sector dedicado a la informática: Games (julio 2004) y Byte (marzo 1987), esta con una ilustración de Robert Tinney.
Encontramos algunas exóticas creatividades más en dos poco conocidas revistas de ámbito local, “Passadena Weekly” y “Lodi Monthly” (marzo 2011).
La Mona Lisa de postura más enrevesada, seguramente es la que pudo verse en la revista brasileña Piauí en junio de 2015. A su lado la divulgativa Quo que imaginó, por su parte, la versión gay de la dama en su número de diciembre del 2000.
No es muy popular la revista de la Academia de Ciencias de Nueva York, pero merece la pena traerla aquí por el uso que hizo en marzo de 2006 del trabajo de Deborah Sperber. Esta artista se caracteriza por crear reproducciones de famosas obras clásicas utilizando carretes de hilo de diferentes colores. Estos ejercen de gigantes pixels cuya observación requeriría alejarse una gran distancia, algo que se suple con la disposición de una lente que reproduce el correspondiente efecto, aunque invirtiendo la imagen, por lo que es necesario presentar las obras boca abajo.
Esa misma obra también fue portada de la revista de divulgación científica francesa "Ça m´intéresse" en 2007, mientras que otra versión del cuadro de la misma autora, en la que son más patentes los carretes utilizados, sirvió de portada de la sección de "libros y arte" de la prestigiosa Nature (febrero 2008). La web de la artista contiene una completa lista de referencias editoriales de su obra.
Resulta oportuno añadir que The Spectator ha incluido otras referencias al cuadro en su portadas, como puede comprobarse a continuación.
Pero los ejemplos de Giocondas son tan numerosos que, dada la extensión ya alcanzada por este apunte, aconsejan que continuemos su exposición en una próxima entrada.
PS - El recurso a la Mona Lisa en las portadas casi siempre conlleva la distorsión de la obra. Dos son las excepciones a ese principio en este apunte: la última imagen que hemos visto, bien que salvado el peculiar cromatismo aplicado, y la primera de las tres cubiertas del semanario The New Yorker reseñadas.
Otra interesante portada de esa tipología "realista" es la que publicó la revista italiana "La Domenica del Corriere" el 20 de abril de 1952 con motivo del quinto centenario del nacimiento de Leonardo da Vinci. Se nos hace improbable que la sutileza de esta obra pudiera ser creada en el atestado ambiente imaginado por el ilustrador Walter Molino.
En el caso de Le Progrès Illustré del 26 de febrero de 1899 es curioso que se colocara a la enigmática dama en la cabecera del lecho de muerte el presidente Félix Faure. Pintoresca forma de hacer referencia a la presencia de su amante Marguerite Steinheil, cuyas habilidades sexuales fueron las causantes de aquel mortal ataque de apoplejía.
Adenda 4/2015: si la primera parodia de la Mona Lisa que veíamos en la entrada precedente la representaba aparecía fumando en pipa, ahora es una revista especializada en el mundo de la marihuana la que ha vuelto sobre el concepto.
Y para referencia discreta, que puede pasar desapercibida a poco que no se preste atención a la búsqueda de Mahoma que allí se propone, la incluida en el mosaico francés que fue portada de la alemana Titanic en febrero de 2015. Una versión de gran tamaño de la ilustración puede verse aquí.
Adenda 10/2018: el semanario The Economist ha vuelto a recurrir a la enigmática dama, con una achinada versión publicada en el primer número de octubre de 2018. Este mismo año, ya la habíamos visto el pasado mes de agosto en la suiza Die Weltwoche con bastante lastimero aspecto.
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