viernes, 20 de junio de 2014

Vuelven las peras


Los dibujantes y escritores que dimitieron de la revista El Jueves  tras la censura impuesta por la editorial RBA a la portada del pasado día 6, publicaron el pasado miércoles un cómic titulado "Orgullo y Satisfacción" que se distribuye por internet con un precio voluntario no inferior a 1,5€.

No queremos dejar de recordar que la decisión de RBA requirió la destrucción de más de 60.000 ejemplares ya impresos con el dibujo de Manel Fontdevila. Por si no estuvieran al corriente de esta historia adjuntamos esa portada, junto con la sustituta.

Para no fastidiar a tan orgullosas y satisfechas gentes, mira que la revista de marras tiene publicadas portadas mucho más burras, hoy solo vamos a tomar prestada una imagen de las incluidas en esa publicación. Y es que la adjunta caricatura frutal realizada por Malagón nos ha traído a la mente uno antiguo episodio de censura de prensa ocurrido en Francia en el siglo XIX, que acabó dando gran notoriedad a las peras.

Luis Felipe I de Francia (1773 – 1850) fue el último rey del vecino país, cuyo trono ocupó entre 1830 y 1848, año en el que una nueva revolución puso fin a ese intento de restauración basado en una monarquía parlamentaria. Durante su reinado floreció la prensa satírica, en la que destacaron dos publicaciones creadas por Charles Philipon, la efímera La CaricatureLe Charivari (la cencerrada), que sobrevivió hasta 1937. La primera de ellas consiguió librarse de ser castigada tras la publicación de la litografía “Las pompas de jabón” (Les bulles de savon), en la que el rey convertía en tan fútiles creaciones promesas tales como la libertad de prensa, el fin de las sinecuras, elecciones populares, etc… Pero una segunda imagen publicada en junio de 1831, titulada “El revoco” (Le replâtrage), en la que el monarca vestido de albañil se afanaba en tapar las proclamas de la revolución que había propiciado la restauración, dio lugar al secuestro del número y al enjuiciamiento de Philipon en noviembre de ese año.


En aquel proceso, el encausado periodista esgrimió en su defensa una ingeniosa caricatura en la que transformaba, en tres etapas, la cabeza del monarca en una pera. Con esa secuencia argumentó que entonces un dibujo de esa fruta también podría merecer condena al ser considerado una referencia al rey. La artimaña no le libró de varios meses de cárcel y una multa, pero el dibujo se hizo tremendamente popular. Ello a pesar de una nueva sanción y el secuestro del nº 56 de La Caricature (24 de noviembre de 1831) en que fue publicada una versión afinada por Honoré Daumier.


Traducción del texto:
LAS PERAS,
realizadas en el tribunal penal de París por el director de la CARICATURA.
Vendidas para pagar los 6.000 francos de multa del diario le Charivari.
A petición de un gran número de abonados de provincias entregamos hoy en le Charivari las peras que utilizadas como defensa en el asunto en el que la Caricature fue condenado a seis meses de prisión y 2.000 francos de multa.
Si para reconocer a un monarca en una caricatura no se tiene en cuenta mas que el parecido se caerá en el absurdo. Véanse estos dibujos informes en los que habría podido basar mi defensa.
1.- Este dibujo se parece a Louis-Philippe, lo condenarían vds.?
2.- Entonces habría que condenar este otro que se parece al primero
3.- Par condenar también este que se parece al segundo
4.- Y al final, si ustedes son consecuentes, no podrían absolver esta pera que se parece al dibujo precedente.
Así, por una pera, por un bollo y por todas las cabezas grotescas a las que el azar o la picardía hayan dado ese triste parecido, se podría castigar al autor con cinco años de prisión y cinco mil francos de multa.
Admitan, señores, que esta es una singular libertad de prensa.

Así es como la imagen de la pera quedó indisociablemente asociada a Luis Felipe de Orléans, en un fenómeno del que dejaron constancia visitantes de la capital francesa como Heinrich Heine. Este periodista alemán manifestó, tras viajar a París en 1832, que la ciudad estaba decorada con cientos de caricaturas de la fruta que se había convertido en el chascarrillo del momento. Añadimos algunos otros ejemplos de su satírico uso en aquel entonces:



Pero la osadía de Philipon aun llegó mas lejos cuando no dudó en publicar la sentencia en el número del 27 de febrero de 1834, con un texto compuesto con la inequívoca forma de la polémica fruta. La que nuevamente utilizaría en la edición del 1 de mayo con un vitriólico texto contra el monarca al que entre otras lindezas llamaba “Borbón [que, por cierto, no era] a su pesar”.


A continuación puede verse como las peras también se convirtieron en un motivo recurrente en las cambiantes cabeceras que utilizó la infatigable publicación satírica que estamos tratando.

Mas detalles sobre las cabeceras en el siguiente enlace
En 1871 la pera todavía aparecía asociada al veinte años antes fallecido Louis-Philippe, en caricaturas que seguían haciendo uso del cliché. En el caso que se muestra continuación, con Adolphe Thiers convertido en una doble fruta que aparecía acompañada por un elenco de ínclitos personajes de la época colocados en un estante.


Pero las cosas casi siempre pueden empeorar. Ojito con el siguiente paso que se dió en Francia, ya en los años setenta del siglo XX, cuando algún caricato decidió explotar otras formas emparentadas con las de las peras. 

Charlie Hebdo de 27 mayo de 1974
Y no es que el perfectamente reconocible Giscard  D´Estaing tuviera mucha mas frente que algunos personajes de nuestra actualidad.



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