Continuamos esta serie (ver entrada precedente) dedicada a la traducción gráfica con otros felinos, cual son los leones, que también son clientes habituales de las portadas del semanario que nos sirve de guía en este traductor recorrido. Los ejemplares mas emblemáticos de Nueva York son los que adornan la entrada de la Biblioteca Pública (y también su logotipo) por lo que no es raro que la referida revista les haya dedicado su atención en la cubierta de diversos números que se muestran a continuación. Ya intuirán que el último hace referencia al cambio climático.
Incluso
este año 2014 la alusión a la ola de frío sufrida por la ciudad se basó en
la sustitución de esos grandes felinos por unos osos polares en una brillante ilustración
de Bruce McCall. Sin embargo, quizá
les resulte mas desconcertante el simbolismo de la otra portada en la que un león comparte con un cordero unas típicas bandejas de correo.
Se
trata de una representación del dicho inglés “marzo llega como un león y se va como un cordero” (march comes in like a lion and goes out like
a lamb) que es ampliamente utilizado en ese idioma ya desde el siglo XVII.
Se trata de una expresiva referencia a la cambiante meteorología del mes en que se produce la transición del invierno a la primavera. La inclusión del dicho en algunos
populares almanaques dio gran difusión a una expresión cuyo desconocimiento impide descifrar qué puedan pintar ahí esos animales.
Esa iconografía cuenta con una larga tradición en las publicaciones anglosajonas como podemos ver en el número de marzo de 1909 de Succes Magazine o en el de 1920 de Country Life cuya portada ilustró Frank Godwin.
De 1930 es la de la revista Collier´s, una de las mas vendidas en Estados Unidos en aquel entonces, en la que se completaba el simbolismo con la representación de la transición de Piscis a Aries que asímismo se produce en esas fechas. A su lado otro ejemplo en la cubierta de marzo de 1948 del, en su momento, también muy popular semanario Liberty y debajo la versión de Vernon Thomas en el número de Good Housekeeping de marzo de 1935.
Esa iconografía cuenta con una larga tradición en las publicaciones anglosajonas como podemos ver en el número de marzo de 1909 de Succes Magazine o en el de 1920 de Country Life cuya portada ilustró Frank Godwin.
De 1930 es la de la revista Collier´s, una de las mas vendidas en Estados Unidos en aquel entonces, en la que se completaba el simbolismo con la representación de la transición de Piscis a Aries que asímismo se produce en esas fechas. A su lado otro ejemplo en la cubierta de marzo de 1948 del, en su momento, también muy popular semanario Liberty y debajo la versión de Vernon Thomas en el número de Good Housekeeping de marzo de 1935.
Las
portadas de “The New Yorker” se
caracterizan por la frecuente utilización de recreaciones de los mismos
conceptos que solo la diversidad y brillantez de las interpretaciones
artísticas impide que se hagan cansinas. A continuación se muestran otras
cuatro basadas en el mismo concepto. En el caso de la de 1996, si no se repara en el mes en que está
fechada no es difícil que la interpretación del lector se dirija hacia una asociación con la
citada biblioteca municipal en la que ya hemos visto anteriormente a uno de sus
custodios engullir una paloma. ¿Habían reparado en ese detalle?
El
anfibológico juego con el morro del león cuenta con antecedentes tan señalados
como la ilustración de Lee Conklin
que se utilizó en la cubierta del disco de Santana
editado en 1969. Otras veces, las segundas interpretaciones no parece que
estuvieran en la mente del artista como es el caso de uno de los carteles
promocinales del “Rey León” que adjuntamos. Al final
del apunte insertamos una ayuda para los lectores con menor capacidad pareidólica
(también suele ayudar alejarse un poco de la imagen).
Otra
imagen que asímismo esconde una sorpresa en los morros de un león es la que acompaña estas líneas, aunque
en este caso es necesario aplicar una rotación de 180°para facilitar su visualización. Ya se ve que ese rasgo facial de los leones es un elemento bastante explotado por los artistas aficionados
a los juegos visuales.
Algunas
otras propuestas de ilustraciones del cambio meteorológico de marzo no llegaron a convertirse
en portada como es el caso de un boceto incluido en “The Blown Covers”, una recopilación de muchas de las cubiertas que
fueron desechadas, libro cuya tapa no repetimos porque ya se la hemos enseñado
en la entradas tituladas “El gran icono”
y “Francisco”. En una de las desechadas propuestas se incidía
en la práctica del psicoanálisis que también es un cliché muy querido por los
editores del semanario neoyorquino como documentamos mas abajo. A su lado una zafia
visión del asunto por parte del National
Lampoon fechada en marzo del 76, ya se ve que bastante anterior a la llegada del
concepto a las portadas de "The New Yorker".
A continuación pueden verse las prometidas cubiertas dedicadas al psicoanálisis, una asociación muy propia de los moradores de la emblemática ciudad americana donde hasta el edificio Chrysler parece necesitar la ayuda de un terapeuta. Adviértase que la interpretación del papel del taxista se encomendó nada menos que a Sigmund Freud.
Para finalizar, la prometida ayuda interpretativa junto a
una vista girada de la otra imagen con sorpresa. Esperamos que facilite la contemplación del roedor cuya presencia ya habrán detectado.
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