jueves, 26 de junio de 2014

Una sirena con taconazos


Se nos había quedado pendiente comentar una de las imágenes del “besamanos real” de la pasada semana que más nos ha impactado. Se trata de la que recoge el momento en que la nadadora paralímpica Teresa Perales departe brevemente con los nuevos monarcas. Y nos ha llamado especialmente la atención el detalle de esa coquetería que llevó a esta formidable campeona (22 medallas paralímpicas) a lucir unos espectaculares taconazos sobe los que desgraciadamente no puede ponerse en pie. Teniendo en cuanta su especialidad deportiva, no tardó algún ignoto mecanismo cerebral en rescatar del fondo de nuestra memoria una viñeta de Mingote de mediados de los años cincuenta que guarda una manifiesta relación.


Este concepto de las sirenas que, a diferencia de Teresa, son incapaces de sacar partido alguno de los tacones no ha pasado inadvertido a los creativos publicitarios quienes habitualmente lo han combinado con una apelación a la pena que puede producir la incapacidad para tal disfrute. Veamos algunos ejemplos:


El cliché de la perplejidad o la impotencia de la sirena ante algunas vestimentas ha sido utilizado desde antiguo. A continuación puede verse una portada de la revista “La Vie Parisienne” de agosto de 1925 ilustrada por Chéri Hérouard (1881- 1961) así como un anuncio de medias que data nada menos que de 1898 ("si tan solo pudiera ponérmelas").


Una "imponible" prenda masculina también puede dar pie a una confusa situación como la que se reflejaba en la portada del número de 28 de julio de 1946 de la desaparecida revista cubana Carteles. Una publicación editada en La Habana entre 1919 y 1960 que llevó a esas ninfas marinas a su portada en diversas ocasiones como podemos comprobar más abajo. La conyugal escena que nos ocupa muy probablemente estuvo inspirada, con un muy caribeño añadido de picante (no dejen de reparar en el pelo del "sireno" que flota insinuando las formas de unos cuernos), en una creación de los años treinta del ilustrador Emmett Watson. La obra a la que nos referimos fue cubierta de la primera y hoy poco conocida versión de la revista Life que fue relevada en 1936 por la publicación que se convertiría en máximo exponente del fotoperiodismo (ver historia).



Pero no podemos dejarnos seducir por las sirenas que desde el clásico homérico andan tentando voluntades porque ello alargaría enormemente este apunte. En caso de que la dosis les haya parecido insuficiente pueden continuar en la fascinante compañía de esas criaturas en el siguiente enlace a un tablero de Pinterest sobre sirenas y publicidad.

Nosotros terminamos por hoy con algunas otras portadas de la ya referenciada La Vie Parisienne, una publicación que recurrió con frecuencia a una iconografía que incluso le sirvió para ilustrar una escena alusiva a la Primera Guerra Mundial (el número del torpedo está fechado en agosto de 1915). La que cierra la serie que hemos dispuesto por orden cronológico es una referencia al primer vuelo transatlántico sin escalas realizado en 1927 por Lindberg. En la misma se aludía al osado aviador como "un nuevo Ulises que no se dejó encantar por las sirenas".







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