Anticipábamos en la anterior entrega de esta serie algún ejemplo que ponía de manifiesto como el cómic ha sido, junto con las publicaciones satíricas, el auténtico paraíso de las manipulaciones de la famosa obra de Leonardo da Vinci. Empezando por la última categoría, cabe destacar la presencia de una Mona Lisa a la que se hacía lectora de MAD en la portada del número de agosto del 54 de esta publicación que, como enseguida veremos, es la auténtica campeona en el “abuso” de La Gioconda. A su lado puede verse un dibujo de Siné utilizado como cubierta de la revista satírica francesa Bizarre, que en 1959 dedicó un especial a la "Jocondoclastie”, es decir, a las distorsiones del famoso cuadro.
Añadimos una muestra del contenido del citado ejemplar de Bizarre, en concreto del apartado dedicado a posibles cirugías.
La más famosa de la versiones publicadas en MAD quizá sea la creada por Don Martin que ya fue portada en 1974 y, posteriormente, sería reutilizada en otros números, como el especial de 2008 que también adjuntamos.
Pero hay otras diversas interpretaciones, como la que pudo verse en la portada brasileña de enero de 1978 o en la norteamericana de junio de 2006 dedicada al Codigo Da Vinci. Una ilustración que fue utilizada en la mayor parte de las ediciones internacionales. Como entonces estaba viva la efímera edición española, hay una versión nacional que utilizó una traducción algo libre de la portada original (el doble despectivo dumb y clod se refunde en un único zopenco). La edición mexicana prefirió, por contra, utilizar el lema de la mascota de la revista Alfred E. Newman, ¿what we worry?, cuyo manifiesto solecismo no se aprecia en el “¿qué nos preocupa?” con que fue vertido al español. No traduce bien el humor, como bien saben en la editorial Planeta, que dejó de publicar esta revista en nuestro país tras el octavo número.
Otra revista satítirica americana que creó su propia versión de este icono fue “The National Lampoon”, cuyo dibujante Ricardo Meyerowitz creó en 1971 “The Mona Gorilla”, que se constituyó en la protagonista de la portada de marzo (en este enlace el autor cuenta, en inglés, la historia del "parto")
Pero el cliché ha sido un favorito de revistas satíricas de todo el mundo a través de muy diversas variantes como vemos en la, como allí dicen, "tapa" de la argentina Mengano dibujada por Carlos Trillo, la francesa Fluide Glacial que en 1994 colocó en la famosa pose a la tremenda Sor Marie-Thérèse des Batignolles dibujada por Maëster (Jean-Marie Ballester) o la turca L-Manyak que ha utilizado por dos veces, en 1999 y 2012, la interpretación del dibujante Bahadir Baruter (obsérvese que firma su “Mona Riza” como Barutero da Vinci).
En Venezuela fue la efímera, pero prestigiosa, revista Clip la que incluyó en el número de su primer aniversario (1989) una versión realizada por Juan Carlos Darias Corpas ,que tiene la peculiaridad de ser recursiva (obsérvese que sostiene en la mano un ejemplar de ese número de la propia revista aunque con la cabecera en color rojo).
Continuamos con algunos otros ejemplos procedentes del mundo del cómic en los que el cuadro ejerce de sí mismo y no está sometido, por tanto, a deliberadas distorsiones.
El cómic Black Cat encomendaba a su heroína desarticular una banda de falsificadores, mientras que “Plastic Man” volvía a incidir en la temática del robo. Debajo vemos algunas manipulaciones, como la de “Army of Love” (una colección de la que ya hemos visto en un anterior apunte su interpretación de la Madre de Whistler), que la convertía en fuertemente armada combatiente, mientras que Catwoman la mostraba con los característicos atributos de esa heroína.
El número de Micky Mouse que sigue, se basaba en un juego de palabras entre los parónimos Mona Lisa y "Moaning Lisa" (o sea, la "Mona Lisa que gime"), una doliente actitud en la que sale representada en la portada. A su lado Crusty, el payaso de los Simpsons, no duda en perforar el lienzo para sustituir con su cara la del retrato. Debajo puede verse a Scooby-Doo suplantando a la dama, mientras que Bugs Bunny asume el papel de vándalo en la colección de los Looney Tunes.
Ya se ve en este repaso que hemos hecho que no puede pretender ser exhaustivo, como este icono ha dado mucho juego. Para finalizar, procede recordar dos versiones utilizados como portadas de libros que ya hemos mostrado en anteriores entradas. La de “Art Afterpieces", publicado en 1964, en el que el famoso artista de la factoría Disney Ward Kimball recrea 60 obras clásicas, según ya contábamos en el post dedicado a la madre de Whistler, y la del libro que, de alguna manera, ha desencadenado esta serie de apuntes. Y en cuyo inicio habíamos olvidado señalar que la “Mona Simpson” de la portada es una creación del año 2006 del artista Nick Walker. Sirva la corrección de esa omisión como punto final.
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