miércoles, 17 de septiembre de 2014

Fórmula E




Seguimos en territorio deportivo. A poco que sean aficionados al deporte del motor ya habrán visto el espeluznante accidente que se produjo en la carrera inaugural de la Fórmula E que se disputa con coches eléctricos. Es probable que si no se hubiera producido tan espectacular choque entre Nicholas Prost y Nick Heidfeld, el estreno de esta categoría cuyo mandamás (CEO de Formula E Holdings) es el ínclito por matrimonio ciudadano español de ascendencia belga Alejandro Agag habría pasado totalmente desapercibido. 

Pero parece que, de momento, el invento no despierta pasiones entre otras cosas porque el bajo nivel sonoro tan apreciado por los amantes del automovilismo es un severo inconveniente. Pueden valorarlo ustedes mismos en el amplio reportaje de la carrera celebrada en Beijing que insertamos a continuación. A nosotros la banda sonora nos parece tomada de una partida de Scalextric (leemos por ahí que son 80 dB, menos ruido que un camión arrancando; los fórmula 1 llegaban a los 130 dB, el llamado umbral del dolor, ahora deben andar por entre 110 y 120).


Si se dan una vuelta por el minuto 48 podrán ver la curiosa maniobra de cambio de coche que se produce a media carrera puesto que la autonomía actual de las baterías no alcanza para completar la hora que aproximadamente dura la competición. Anotamos que el tiempo mínimo de cambio de monoplaza está limitado para evitar que se pudieran obviar medidas de seguridad del piloto, así que la acción no resulta especialmente apasionante.

Pero estábamos en lo del accidente a cuyo detalle pueden acceder a través del menú contextual del anterior video. Lo chocante han sido las declaraciones del causante del percance que manifestó no haber visto a su oponente. ¿Se lo imaginan?, última vuelta de la carrera y el líder no va pendiente del segundo clasificado que le pisa los talones. Por si hubiera entre ustedes alguno muy forofo de los Prost hemos tomado unas capturas del video que entendemos explican por sí solas la cuestión, máxime con la referencia que prestan las líneas de la señalización horizontal de la calle por la que discurre el circuito urbano de la capital china.

Para quienes crean en los pilotos despistados aun nos queda una última pregunta: ¿qué buscaba este con tan reducido ángulo de visión en el centro de la pista? Vean la trazada normal en ese punto tomada de la primera vuelta de la carrera.


Pues Heidfield, que debe ser buen chaval, parece que se ha tomado bien las disculpas que su colega le mandó inicialmente ¡por Twitter! y, ya que no se ha matado, la FIA ha decidido que con diez puestos de penalización para la próxima carrera la cosa está arreglada. El espectáculo tiene que continuar y no olvidemos que los coches son de la marca francesa Renault.

No pretendemos que Prost buscara causar una tragedia, aunque las temeridades a esas velocidades las carga el diablo, pero parece evidente que quiso intimidar a su adversario para apartarlo de una trazada viable para afrontar la siguiente curva y resultó que Heidfeld no se amilanó. Lo que falta es coraje para reconocerlo.

Cuanta mentira y que poco se penaliza el recurso a la misma. Pero así funciona esto.

¿Algún partidario de la espeluznante teoría de que todo vale para conseguir atención mediática? Quede claro que nosotros, en este caso, no lo somos.



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