Ya habrán leído que se ha presentado el nuevo pib calculado
como Europa manda. Y entre las novedades metodológicas se incluye el cómputo del
impacto económico de actividades ilegales. La nueva serie de datos arranca en el
año 2010, un hecho que tiene el indeseable efecto de que nos quedaremos sin
saber con precisión si nuestra conjetura del pasado jueves sobre la extensión
del periodo perdido iniciado en 2008 es acertada. Tendremos que recurrir a una
estimación para comprobar si finalmente va a ser una década. Nos queda tiempo de sobra para ponernos a ello.
Dice el INE en su nota explicativa que el impacto de los cambios incorporados aporta incrementos del pib que
oscilan entre el 3,4% en 2010 y el 2,5% en 2012. Curiosa anomalía al alza la
del primer año recalculado.
Así que la nueva serie de datos se compara con la que veníamos
utilizando, según se muestra en el siguiente gráfico que tomamos, como el precedente, de
la nota de prensa del INE anteriormente enlazada.
No está muy claro por qué los responsables del cálculo advierten
que en el futuro no van dar más detalles sobre el desglose del impacto de las
actividades ilegales, pero dejan bien claro que solo van a desglosar los datos
de 2010. Será por aquello de que las familias que se proclaman decentes no
hablan de sus trapos sucios.
El caso es que en ese año 2010 la citada partida económica llamada “ilegal” aporta 0,85 puntos de los 3,4 que engorda el pib, una cuarta parte que deja claro que es el cambio más llamativo, pero no el más importante, equivalente a 9.200 milloncetes. También nos explican, por única e irrepetible vez, que en números redondos 3.800 millones corresponden a la prostitución y 5.400 al tráfico de drogas, con lo que el juego que no pasa por la taquilla de Hacienda y el contrabando de tabaco aportarían cifras mínimas. Ya son ganas de dar argumentos al Ministro Principal de Gibraltar.
El caso es que en ese año 2010 la citada partida económica llamada “ilegal” aporta 0,85 puntos de los 3,4 que engorda el pib, una cuarta parte que deja claro que es el cambio más llamativo, pero no el más importante, equivalente a 9.200 milloncetes. También nos explican, por única e irrepetible vez, que en números redondos 3.800 millones corresponden a la prostitución y 5.400 al tráfico de drogas, con lo que el juego que no pasa por la taquilla de Hacienda y el contrabando de tabaco aportarían cifras mínimas. Ya son ganas de dar argumentos al Ministro Principal de Gibraltar.
Es oportuno que hagamos un inciso para hacer una reflexión
sobre lo paradójico que resulta que una sociedad que se gasta tanto dinero en
medirlo todo tenga tan llamativo desconocimiento sobre algunas magnitudes que parece
que nos da “cosa” medir. Busquen por ahí estimaciones sobre el número de
gitanos, homosexuales o prostitutas y verán que las disparidades son inaceptables (1).
Cuando se trata de estas últimas suelen manejarse cifras que oscilan entre las 400.000 que baraja ANELA (Asociación
Nacional de Locales de Alterne, simpático acrónimo como curioso es que se
califique de ilegal una actividad que tiene patronal y todo) y las 200.000 que
manejan otras fuentes menos interesadas en hinchar la cuestión.
¿Qué nos dicen del guiño a los farolillos rojos? |
Así es que con los datos de 2010, con la crisis algo habrán
caído las cifras de estas actividades, que son las que mas la sufren, resulta
que la prostituta tipo ANELA facturaría 9.500 euros anuales. Aquí falla algo. Nosotros
tendemos a pensar que tanto el dividendo como el divisor, o sea que los patronos se
pasa bastante en sus estimaciones y que el INE podría estar infravalorando el
impacto económico de la prostitución porque hasta 19.000 euros per cápita (¡tentación superada!) se nos hace poco. El caso es que ya tenemos esa magnitud
en el pib pero seguimos sin saber cuantas putas hay.
Un chusco detalle final. La nueva cifra del pib permite diluir algo
el famoso ratio de deuda pública, que ya son ganas de creerse que algo mejora porque se cambie la forma de medirlo, pero curiosamente pone de manifiesto que la
economía española ha evolucionado en los últimos años peor de lo que creíamos y hasta el tímido repunte del año 2011 no fue tal. Nos enteramos tarde de casi todo.
(1) Sobre la población gitana ya hemos tratado en el apunte "Tabú" y sobre la habitual manipulación de la asistencia al mayor acto gay de España en esta otra entrada.
Nota final: Hemos omitido alguna referencia dando por sentado que tienen cierto conocimiento de la obra de Enrique Jardiel Poncela.
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