Era el caldo de cultivo perfecto. Anodino día de la Comunidad, sumamente falto de contenido, presidido por un acomplejado dirigente político que sufre en silencio por ser de derechas. Nada que decir para una ocasión que discurre con su partido sumido en un histórico retroceso. Mera consecuencia del hastío colectivo ante tan infecunda como desvergonzada ejecutoria. Generalizado hartazgo de una nefasta tropa formada por los que si no han pecado por acción lo han hecho por omisión al mirar para otro lado cuando a su alrededor pasaban cosas muy, pero que muy, sospechosas. Nadie parecía querer saber como se financiaban las campañas ni que pasaba con los dineros que se llevaban a paladas los afines.
Ese es el contexto en el que el Presidente de Extremadura, José Antonio
Monago, del PP para más señas, ha anunciado este pasado domingo que su gobierno
dará una “ayuda” vitalicia de 300 euros anuales a todas las mujeres extremeñas
que "vivieron la guerra y la posguerra". Son 35.000 las mujeres que a día de hoy tienen
más de 75 años (o los propios 75 aclaró su portavoz). Difícil ser más
hipócrita y desvergonzadamente oportunista a la vez.
El disparate es como para expulsar al tipo de España y
prohibirle acercarse a menor distancia de la mayor que vuele Ryanair. Ya no
entramos en qué sufrimiento de la guerra puede albergar un bebé nacido en el
39, en qué diferencia de padecimientos de posguerra pudo tener con otro nacido
en el 40, en el absurdo sexismo de la medida, en el ni se sabe qué se pretende compensar, imposible porque no hay tal, en lo barato que se pretende comprar los votos, en que también se le vaya abonar a la rica por su
casa, en …, es que la cosa no hay por donde cogerla. Y entretanto temas realmente
importantes, valga como ejemplo la creciente dependencia de esta
envejecida sociedad, asfixiados financieramente. Pero ¿qué son diez milloncetes para un gallo así?
Lamentable espectáculo ver como algunos se van por la pata ante la perspectiva de perder el chollo del
poder. Ojalá se pudran todos esos culpables
de haber llevado al país a esta postración. No te echaremos de menos, Monago.
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