miércoles, 10 de septiembre de 2014

Maravillas naturales y miserias humanas


Anoche hemos disfrutado la tercera superluna [1] del año, las anteriores fueron el 12 de julio y el 10 de agosto, un fenómeno que sorprendentemente no se repetirá hasta dentro de más de dos años, concretamente el 14 de noviembre 2016. Caprichoso espaciamiento que a muchos puede extrañar pero a pocos cuesta asumir.

La siguiente ilustración muestra la diferencia de tamaño aparente en el perigeo (distancia  356.000 km) y en el apogeo (distancia 406.000 km). Ya ven que tampoco es para tanto, la diferencia de diámetro es del 14%, inapreciable a simple vista, y la de luminosidad no llega al 30%, siempre respecto al mínimo, así que ha muchas lunas llenas indistinguibles de una superluna, pero con algo hay que llenar las extensísimas secciones meteorológicas de la tele.


Menos comprensivos tendemos a ser con las distribuciones temporales irregulares cuando hay un muerto de por medio y no digamos ya si el asunto admite ser utilizado como arma política. Así que el segundo fallecimiento ocurrido en poco tiempo en Madrid a causa de la caída de una rama hay para quien no puede ser más que una clarísima consecuencia de los recortes. Para estos no cabe el azar, un factor casi siempre presente como ya hemos tratado en anteriores ocasiones (por ejemplo aquí y, ojo, que lo de la superluna nada tiene que ver con el azar, es un fenómeno de irregularidad perfectamente determinista).

Mala es tanta falta de rigor en la valoración de los hechos, pero mucho peor es la miserable actitud que han mostrado algunos de los políticos implicados. Por un lado el autopostulado candidato del Psoe, el conspicuo tertuliano televisivo Antonio Miguel Carmona que no dudó en plantarse en el lugar de los hechos a tratar de sacar rédito político de la desgracia proclamando la ya citada teoría de que la culpa no puede sino ser de los recortes. Da igual que se hubiera inspeccionado el árbol el mes anterior, que en esto tuvo “suerte” justificativa el concejal de turno, el azar, siempre el azar, porque dicen que tiene nada menos que dos millones de árboles a su cargo. Al acusador le basta con pasar a sugerir que se ha sustituido el personal encargado por otro de inferior cualificación. Y si se demuestra que no es así ya se le ocurriría otra cosa, como que no tienen los medios suficientes o quizá que no trabajan motivados. Lo importante no es analizar lo que está ocurriendo, el único objetivo es erosionar al oponente.

En el lado contrario hemos encontrado una réplica a su altura. Admitamos que la alcaldesa no compareciera porque al parecer estaba despachando su futuro con Rajoy, pero una vez que convoca una rueda de prensa para anunciar su (queda a su criterio cual es la persona de este pronombre) decisión de no ser la candidata, cuán insensible resulta la ausencia de la más mínima mención a la desgracia municipal del día.

A este paso Madrid acabará teniendo por alcalde a Monedero. Pobre Madrid, pobre España.



[1] Se denomina superluna, un término poco científico, a la luna llena que se produce cuando el satélite terrestre se encuentra a no más de un 10 por ciento del punto de su órbita más cercano a la Tierra (el llamado perigeo).


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