El ‘top ten’, el ‘top manta’ o el ‘top-less’ tituló Álex Grijelmo su crítica del abuso del invasivo anglicismo que designa la parte de arriba de algo. Ofrece alternativas a unas cuantas expresiones importadas, deteniéndose especialmente en ese top-less, que literalmente significa “sin lo de arriba”, tan utilizado en contextos playeros.
Recuerda que en 1998 apuntó la alternativa “en tetas”, oída a una bañista, que ahora ya figura en el banco de datos de la Academia. Otras alternativas que propone son “en monoquini”, “con el pecho al aire”, “sin sujetador”, “con el pecho desnudo” el irónico “a pecho descubierto”. Procuraremos seguir algunos de sus bienintencionados, aunque un poco puristas, consejos, desde esta Vetusta en la que tanto juego dio la discoteca Top Ten.
Seguimos en el mismo diario para reseñar Las palabras sin tilde que más buscamos de forma errónea en el diccionario de la RAE, un artículo publicado el pasado domingo en el suplemento Verne, que desarrolla un tuit de Enclave RAE en que se relacionan diecisiete. Variopinta casuística, con algunos diptongos como destacada fuente de error.
El Martes Neológico trató sobre megaobra. Una muestra más de la productividad del prefijo mega- que, como señala Antonio Torres, también se produce en otras lenguas. Pero no parece que tenga mucho sentido llenar el Diccionario de formaciones de significado evidente.
La técnica del chibolete ("shibboleth") es un interesante artículo en el que Manuel Conthe recuerda que fue Unamuno quien españolizó, en su ensayo "La fe" (1900), la denominación hebrea de la espiga que el inglés transcribe shibboleth. Un término cuya correcta pronunciación era la clave para conservar la vida en el episodio que se narra en el capítulo 12 del Libro de los Jueces.
De los chiboletes estrictamente lingüísticos, muy interesante el "No sabes cuántas puertas te abre aquí la zeta" que cita, pasa Conthe a los conceptuales, en un instructivo recorrido que les recomendamos abiertamente.
Ni trescientas palabras necesita hoy mismo Fernando Savater para componer una excelente pieza sobre la filósofa y escritora Ayn Rand, que ha denominado Lucifera. Con ese título, nada extemporánea resulta la presencia en el texto de la locución latina non serviam atribuida al ángel caído.
Poco después de nuestro apunte del pasado sábado, el Laboratorio del Lenguaje del Diario Médico publicó el de José Ignacio de Arana en que se explica la curiosa relación de altanería con el arte de la cetrería. No desvelamos más (hacemos spoiler, habríamos dicho si no fuéramos seguidores de Fundéu). El mismo autor explica en el artículo Pecuniario, publicado ayer, la relación de ese monetario término con las ovejas.
Fernando A. Navarro expone en Un artículo publicado en inglés, ¿es de más calidad? (I) los resultados de un estudio publicado en 1994 por el grupo escandinavo dirigido por Magne Nylenna que puso de manifiesto una diferencia estadísticamente significativa de la valoración de la calidad de los artículos en función del idioma en que están publicados.
El blog médico nos alertó el miércoles de la celebración del Día de la Lengua Francesa. Lo hizo en el artículo ‘Archives Italiennes de Biologie’, que utiliza como título el nombre de la revista decana de la prensa científica italiana, fundada en 1882. Fernando A. Navarro explica que hasta 1957 esa publicación utilizó como idioma exclusivo el francés. Y a partir de entonces convivió con el inglés, que se convirtió en exclusivo en 1980. Pero ello no supuso la modificación del título, algo que sí hicieron en cambio los 'Annales de l’Institut Pasteur', una revista fundada en 1887 que en 1989 pasó a llamarse 'Research in Microbiology'.
Pasamos a Fundéu, que en su primer apunte de la semana recomendó utilizar la expresión rebajas a mitad de temporada, o de mitad de temporada, como alternativa al anglicismo mid season sales.
Al día siguiente propusieron ultrafalso como alternativa al anglicismo deepfake. Un término que se emplea para referirse a los vídeos manipulados en que se suplanta a los protagonistas reales, muchas veces con un realismo que hace difícil advertir el engaño.
¿Quién habrá sido? nos preguntamos a la vista de la advertencia del miércoles de que se dice reinhumar y no rehumar. Y, para gran sorpresa, Google nos chivó que uno de los pecadores fue el Twitter de El País (encima con un video de Calvo que, en esto, no tropezó). A ver si Grijelmo presta un poco más de atención a las cosas de casa.
Al días siguiente los urgentes recomendaron utilizar la expresión película biográfica en vez del término inglés biopic, apunte que acompañaron con otro sobre la correcta escritura del nombre del famoso asesino en serie Jack el Destripador.
Y en su último artículo de la semana se explica que para describir la forma de algo cuya apariencia se asemeja a la de una letra, tanto cabe escribir el nombre de la misma («en forma de ele»), como la propia letra con la forma que se busca representar («en forma de L»). Y sin necesidad de comillas ni cursiva.
En días pasados fue muy comentada la ausencia de la palabra padre del texto del Real Decreto-ley 6/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación. Y quizá ya sepan que se ha optado por la rebuscada expresión 'progenitor diferente de la madre biológica'. Es lo que hay.
Antes de eso, nos había entrado la duda de si titulares como El PSOE aprueba por unanimidad sus listas electorales con el descontento de Susana Díaz son rigurosos. En definitiva, ¿cabe decir que fue unánime la decisión del Comité Federal del Psoe sobre las listas, cuando la Federación andaluza no participó en la votación? ¿Tenían todos los miembros de ese comité el mismo parecer, como pide la definición?
Y ayer oíamos a la ministra asturiana Carcedo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, hacer referencia a las familias monomarentales. Sin perjuicio de que ese neologismo tenga su utilidad comunicativa, tales son, en puridad, casi todas las familias, puesto que lo habitual es que haya una sola madre. Mucho menos frecuente es, de momento, que haya una madre sola.
Decepcionante nos ha parecido el artículo ‘Lost in translation’ en el Tribunal Supremo, publicado por Jaume Pi y Sergi Quitian en La Vanguardia. En parte porque han sucumbido a un título que crea falsas expectativas sobre un contenido que no aporta gran cosa de interés a lo que ya habíamos leído hace más de un mes en Moreno-Turull, pareja lingüística de Jesús García en El País.
Y es curioso que la única viñeta de temática traductoria que hemos encontrado sea la publicada el pasado 13 de febrero por Herrmann en Tribune de Genève. Una truchimana que luego se ha visto sin trabajo, convertía en la misma "Ustedes están acusados de rebelión" en "Ustedes están acusados de independencia".
Pero más nos ha sorprendido ver a la letrada que defiende a Forcadell demostrar no muy finas letras al denominar pirulo a una luz rotativa. Claro que tampoco sabía que la Via Laietana es de doble sentido, cuando tiene el despacho no muy lejos de ella. Enlazamos un tuit con el video de esa increíble escena.
Pero lo grave es que aparte de sorprenderse, ya sea hipócrita o negligentemente, e incluso interesar falso testimonio por una presencia que fue tuiteada (adjuntamos prueba), hasta se permitió reprochar al testigo no haber detenido su intervención como policía judicial para reconvenir a su patrocinada por circular por una supuesta dirección contraria que no lo es ¡Vaya nivel!
Una pena que el agente no tuviera los reflejos de contestarle a Arderiu ¡cómo quiere que no recuerde esa presencia viéndola ahí plantada detrás de vd.!
Dos finales preguntas en esta poco lingüística última sección: ¿debería ser sancionada esa espuria insinuación de falso testimonio en juicio? ¿deberían pagar algunos letrados por la lecciones de derecho que están recibiendo?
Nota: la habitual ludolingüística sección final fue publicada ayer en un apunte independiente.
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