
Nos tememos que, ante lo infructuoso de nuestros esfuerzos por colocar en el mercado corazoneta, cualquier día veremos admitir la peineta de Luis Aragonés.
Álex Grijelmo publicó ‘Fake news’ y otras filfas en su hebdomadaria sección lingüística de El País. Un artículo con sobredosis de comillas en el que comienza por distinguir los dos significados de noticia: un hecho y el relato de ese hecho. Por ello, fake news puede entenderse en español de dos maneras, dependiendo de si se ha mentido al inventar un hecho o el engaño se basa en la manipulación del relato. Y ello por más que muchas veces no sea fácil establecer una nítida frontera.
Como alternativas más apropiadas para la primera variante propone bulo (noticia falsa propalada con algún fin), infundio (mentira, patraña o noticia falsa, generalmente tendenciosa), paparrucha (noticia falsa y desatinada de un suceso, esparcida entre el vulgo) o camelo (noticia falsa, simulación, fingimiento). También añade patraña, aunque su definición no incluya expresamente “noticia falsa”. Y como términos que enfatizan el “engaño” propone trola, embeleco, filfa, mentira, embuste y cuento chino.
Pero lo que no deja de ser escandaloso, quede claro que ya hemos abandonado el texto de El País, es que el CIS de Tezanos haya introducido en su último barómetro una "pregunta fake". En concreto la 37 del cuestionario utilizado: ¿Cree usted que habría que reformar la Constitución española para prescindir del requisito de la mayoría absoluta para elegir presidente del gobierno?
Pues, como destacaba Alsina en su monólogo del jueves, ese supuesto requisito es sencillamente falso (artículo 99.3 de la Constitución). Pero los resultados de la encuesta, con mayoritaria opinión favorable al cambio, ponen de manifiesto que la ciudadanía no se entera.

Pero, una vez más, basta una sencilla consulta en algunas hemerotecas para encontrar ejemplos anteriores. Y así es que Abc de Sevilla publicaba el 17 de agosto de 1982 un artículo firmado por Ángel Pérez Guerra en el que se daba cuenta de que la stracciatella estaba de moda.
El propio martes, el académico Pedro Álvarez de Miranda publicó en El Mundo Quién da vida a las palabras. Un artículo en el que da un docto repasito al diletantismo que observa en el "libro de artista" 1914-2014. Diccionario cementerio del español de Marta PCampos, un desperdicio de papel en doble tomo que ha sido patrocinado por Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (Musac) y acogido con acrítico entusiasmo en una exposición del Instituto Cervantes de Luis García Montero que se prolongará hasta el 29 de septiembre..
Particularmente interesante nos ha parecido la referencia a las "palabras fantasma" amarrazón o cuatratuo. Y es que esta es una categoría particularmente interesante de vocablos que no vemos tratar en el Rinconete del Centro Virtual Cervantes desde el artículo sobre varanero publicado por David Prieto García-Seco en octubre del año pasado.
Mañana más.
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