martes, 12 de abril de 2016

Cuando el novio ya entra en la bañera


Hace años, ya bastantes, el hito que marcaba cuando un noviazgo iba en serio era el acceso del pretendiente al hogar familiar de la pretendida. “Ya entra en casa” era la expresión que certificaba ese estadio de una relación. Y la verdad es que con la eclosión de la cultura del agua que ha hecho aflorar millares de spas no nos parece mala actualización del concepto participar que ya se comparte bañera.

Lo que ya nos convence menos es que, por muy conocido que sea el compañero de turno, se le relegue a tan secundario papel como el que ha concedido Irina Skayk a su novio en la primera foto conjunta que ha publicado en las llamadas redes sociales.

Pero lo cierto es que no cuesta entender el motivo, porque pocas veces se consigue un encuadre tan logrado. Nos referimos a como en la foto apenas se advierte como el brazo izquierdo de la rusa se aplica con subrepticia maestría a moldear la vecina teta. Y a fin de cuentas, hay tantos Bradleys y tan pocos buenos push-ups.




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