viernes, 27 de octubre de 2017

Proclámala tú, que a mí me da cosa


Ayer vimos el notable caso de una viñeta que acertó un sucedido, errando sin embargo la causa. Nos referimos a la publicada por Gallego y Rey en El Mundo que transformaba un rodinescamente pensante Puigdemont en caganer de un muy catalán belén.



Pero cuando parece evidente que la viñeta apuntaba al tristemente famoso artículo 155 como causa del apretón, resultó que lo que provoco el pujo del molt honorable fue la reacción del triunvirato CUP + Omnium + ANC, ¡tan buenos chavales sus dirigentes!, que empezaron a concentrar gente delante del Palau de la Generalitat y amenazaron con tomar la calle. ¡Ahí se cagó!

Triste lugar se ha ganado este gerundense en los libros de historia, incluso en los supervisados por los guardianes de las esencias patrias de una Catalunya lliura. Bien lo plasma Ricardo en su viñeta de hoy. Y ello por más que desde esta decaída esquina del 'territorio común' suscribamos la propuesta de Philmore A. Mellows:

Pero hoy toca el juego de "a ver quien es el tonto que se chupa una pena de prisión". Así que asistiremos a otros de esos espectáculos de la confusión que solo son capaces de producir estos indepes.

No es raro que fuera un republicano catalán, Estanislao Figueras, quien acuñara aquel inigualable "estoy hasta los cojones de todos nosotros". Con lo que el Carles ya no tenía ni que pensar una sonora frase de dimisión. Pero resulta que va a ser que toca seguir jodiendo a Cataluña y España en el nombre de ciertas emociones posrománticas.

A ver si a la tarde estamos de humor para publicar otro apunte un poco más relajante.




P.S.- Entretanto nadie nos aclara ese feo asunto de los envenenadores del kebab de Pamplona. ¿Ha pasado la yihad de las furgonetas al raticida? ¿Es el envenenamiento de infieles la nueva táctica? Exigimos una explicación. 




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