Cuatro de las catorce Pinturas Negras de Goya ya han sido tratadas en apuntes anteriores de esta serie. Las dos que claramente destacan como fuente de inspiración de otros artistas, particularmente de los humoristas gráficos, son 'Duelo a garrotazos', también conocido como 'La riña', que se repasa en el CLIPDA CLXXVII publicado en octubre del año pasado, mientras que 'Saturno devorando a un hijo' es objeto del CLIPDA CCX del pasado mes de mayo.
En el apunte precedente de esta serie nos ocupábamos de Aquelarre, mientras que en el CLIPDA CLXXVI: Goya en el humor de Mingote se incluyen dos recreaciones de Visión fantástica, también conocida como Al aquelarre o Asmodea, realizadas por el gran maestro del humor nacido en Sitges. Esas imágenes sí vamos a refrescarlas hoy junto con la del original.
Entre las restantes Pinturas Negras, la que ha inspirado más piezas humorísticas de cuantas tenemos registradas es 'Perro semihundido', también conocida simplemente como 'El perro'. Alguna de tanta actualidad como la viñeta titulada 'Semihundido' que fue publicada por Manel Fontdevila el pasado 6 de octubre en eldiario.es.
Adjuntamos dos imágenes del original, una primera con el aspecto que actualmente luce el cuadro en el Museo del Prado, y otra de una fotografía realizada hacia 1874 por J. Laurent, que muestra el estado de esa pintura antes de ser trasladada del muro de la Quinta del Sordo. En esta puede verse que lo que tan atentamente mira el perro son unas aves que quizá estuviera tentado de cazar.
Próximo ya el inicio de las vacaciones, también nos parece oportuno momento para recordar la viñeta de Idígoras y Pachi publicada en el diario el El Mundo el 23 de julio de 2017.Debajo un tercer ejemplo español, el Trampantojo de Max sobre el IVA del cine que fue publicado en El País el 7/2/2015, el día de la ceremonia de entrega de los Premios Goya de ese año.
Completa nuestra colección el dibujante argentino Liniers (Ricardo Siri), que también ha inspirado en esta pintura una de las tiras protagonizadas por el pingüino Macanudo que publica en el diario La Nación, seguido de 'El perro' (2007) de Manolo Valdés que, al menos nominalmente, ya no cabe etiquetar como humor gráfico.
'La romería de San Isidro' es una visión de ese festejo radicalmente opuesta a la que Goya plasmó algo más de veinte años antes en 'La pradera de San Isidro'. De aquella representación del gran día festivo de los habitantes de Madrid, pasó a mostrar un nocturno grupo de personajes con rostros desencajados y aspecto de estar ebrios.
El acrílico del 'Equipo Crónica' titulado "Aquelarre" (1969) recrea el núcleo de esa escena representado especularmente y salpicado con elementos como unos claveles o un brazalete con la bandera de España. El fragmento goyesco se complementa con la famosa bombilla-ojo del Guernica (1937) de Picasso.
Dos viejos comiendo sopa es otra de las Pinturas negras que inspiró al 'Equipo Crónica', en concreto su obra 'La comida' (1972). Una pieza en la que solo representaron a uno del los dos ancianos personajes combinado con elementos propios de bodegones que en parte son de procedencia cubista. 
Finalizamos con otra Pintura Negra, la titulada Átropos o Las Parcas que vemos recreada junto a estas líneas en una ilustración del cómic Hellboy (2011) de Mike Mignola.
La escena pintada por Goya representa el mito de las diosas del destino conocidas como las Parcas. A la derecha está Átropos, la diosa de lo inexorable, que porta unas tijeras con las que corta el hilo de la vida. Cloto suele ser representada con una rueca, pero Goya la sustituye por un muñeco que cabe interpretar como una alegoría de la vida. Completa el siniestro trío Láquesis, la hiladora que en esta pintura mira a través de una lente, o quizá un espejo, que simboliza el tiempo, puesto que ella era quien medía la longitud de la hebra. A las tres figuras femeninas que parecen levitar se añade una cuarta, situada de frente y con las manos a la espalda, quizá maniatada, que sería quien estaba viendo decidirse su destino.
La escena pintada por Goya representa el mito de las diosas del destino conocidas como las Parcas. A la derecha está Átropos, la diosa de lo inexorable, que porta unas tijeras con las que corta el hilo de la vida. Cloto suele ser representada con una rueca, pero Goya la sustituye por un muñeco que cabe interpretar como una alegoría de la vida. Completa el siniestro trío Láquesis, la hiladora que en esta pintura mira a través de una lente, o quizá un espejo, que simboliza el tiempo, puesto que ella era quien medía la longitud de la hebra. A las tres figuras femeninas que parecen levitar se añade una cuarta, situada de frente y con las manos a la espalda, quizá maniatada, que sería quien estaba viendo decidirse su destino.
- Duelo a garrotazos, 125 x 261 cm
- Saturno devorando a un hijo, 143 x 81 cm
- Al aquelarre (Asmodea), 127 x 263 cm
- Aquelarre (el gran cabrón), 140 x 435 cm
- Perro semihundido, 131 x 79 cm
- La romería de San Isidro, 138 x 436 cm
- Dos viejos comiendo, 49 x 83 cm
- Las parcas (Átropos), 127 x 266 cm
- Una manola: doña Leocadia Zorrilla, 145 x 129 cm - Al aquelarre (Asmodea), 127 x 263 cm
- Aquelarre (el gran cabrón), 140 x 435 cm
- Perro semihundido, 131 x 79 cm
- La romería de San Isidro, 138 x 436 cm
- Dos viejos comiendo, 49 x 83 cm
- Las parcas (Átropos), 127 x 266 cm
- Peregrinación a la fuente de San Isidro (el santo oficio), 127 x 266 cm
- Dos frailes, 142 x 65 cm
- Dos mujeres y un hombre, 125 x 66 cm
- La lectura (los políticos), 125 x 65 cm
- Judith y Holofernes, 143 x 81 cm
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