sábado, 20 de febrero de 2021

La lengua en la semana 7/2021

 

Esta semana comenzamos el recorrido con un Rinconete del Centro Virtual Cervantes. En concreto el titulado Bartolos o bartolillos que Delfina Vázquez dedicó ayer al popular dulce madrileño cuya deonomástica denominación documenta por primera vez en un anuncio publicado en el Diario de Madrid en 1810.

La mención que se hace en ese artículo de otros productos gastronómicos bautizados a partir de un nombre propio, como son las magdalenas, maruxas, miguelitos, nicanores o los granadinos piononos de Santa Fe, que deben su nombre al papa Pío Nono, nos da pie para proseguir con la viñeta de Pachi Idígoras en el diario Sur del jueves.

Esta nueva muestra del habitual protagonismo que el lenguaje malagueño tiene en el humor de los hermanos Idígoras, invita a recordar el origen del nombre de los panecillos inicialmente pensados para los niños, con un tamaño menor que la popular viena y algo más que la media viena, lanzados en 1984 por la Panificadora Mateo Luque.  Inicialmente comercializos como 'bollito de viena', el nombre de pitufo derivó del personaje de dibujos animados elegido para los anuncios, que fue uno de los entonces muy populares pitufos cuyo estreno en TVE se había producido el año anterior (más detalles). 

El referido pitufo catalana es una de las preparaciones más populares, que en 2017 fue objeto de algunas polémicas que llegaron a suscitar todo un artículo del suplemento Verne de El País

Pasamos al Martes Neológico, donde Blanca Arias-Badia trató sobre el adjetivo semipresencialAdemás de la habitual aplicación a las actividades que no exigen a los participantes acudir con asiduidad a un lugar concreto, también comenta el novedoso sentido, que va cobrando fuerza con la creciente virtualización de las relaciones personales, aplicado a los encuentros puntuales a los que solo acuden personalmente una parte de los convocados. 

El propio martes, la radiofónica colaboración de Lola Pons en la cadena Ser se tituló Don y Doña, Señor y Señora. Un interesante recorrido por la evolución de los tratamientos de respeto en el que no faltan hitos como las disposiciones limitativas de la proliferación del don dictadas en 1611 por Felipe III o la institucionalización, medio siglo después, de la venta de ese reconocimiento que dio pie al quevedesco no hay don sin din.  

Una mención que nos llevó a creer adivinar un poético final que finalmente no fue, porque el elegido por la catedrática sevillana fue el poema En el baile de Baltasar de Alcázar. No por ello dejamos de enlazar nuestra opción, que era la versión de Paco Ibáñez de Don dinero (enlace al original de Quevedo y a la letra de la canción; curioso cambio es el de 'Al rico y al pordiosero' por 'Al duque y al ganadero'). Como curiosidad también enlazamos la interpretación en el programa Tele-Ritmo que permite recordar el aspecto del cantautor valenciano en 1968, cuando era más conocido en Francia que en España.

Lola Pons hace doblete en esta reseña de hoy, porque ayer publicó en el suplemento Verne de El País Madrí, Madriz, Madrit: la d final en español. Un artículo en el que explora cómo la pronunciación de la letra final del nombre de la capital se refuerza o pierde según zonas geográficas que precisamente tienden a confluir en esa ciudad.

Seguimos en El País con el artículo de Álex Grijelmo  ‘Compliance’, con toda solemnidad. Una crítica del uso del anglicismo compliance realizado por Pablo Casado en la solemne declaración del martes en que anunció el cambio de sede del PP. Coincidimos con el periodista en que forma parte de una inveterada práctica, que remonta a los conquistadores de América, destinada a significarse más que a significar. 

Así que ciertamente inadecuado resultó ese uso en un mensaje dirigido a una audiencia generalista, pero no es menos cierto que esa denominación de la supervisión del cumplimiento normativo está tan fuertemente implantada en el lenguaje especializado que, con toda seguridad, habrá sido la sistemáticamente utilizada en todas las deliberaciones previas sobre esa cuestión en que haya participado el líde del PP. Por ello, le concedemos el beneficio de la duda en cuanto a la intención. Y, por nuestra parte, seguimos denominando auditoría al departamento que se encarga de esa materia en nuestra corporación.

Buen momento, nos parece, para apuntar ese monumento al lenguaje huero que es el impostado hito al que no dejan de hacer referencia miembros del gobierno, con Pedro Sánchez a la cabeza: alcanzar más vacunados que contagiados.

Una comparación totalmente irrelevante desde el punto de vista epidmiológico, que es pura propaganda encubridora del retraso de la vacunación. Así que entendemos que bien merecía una clamorosa puntualización de los especialistas. Pero lo más que hemos escuchado es al muy televisivo López Acuña decir que "no tiene mucho sentido". Sin pretender rivalizar con su conocimiento de la materia, nos permitimos decir que ninguno.

A ver si unas viñetas de Chappatte y Plantu ayudan a centrar gráficamente el problema que se está tratando de disimular.

 

Vamos ahora con Fundéu, que inició su batería semanal de consejos dando validez al verbo accesar. Un derivado del inglés to access  cuyo uso está asentado en el español americano con el significado de ‘tener acceso a algo, especialmente a datos contenidos en un sistema informático’. Soberano es el variopinto cuerpo de hablantes del español, pero nosotros nos quedamos con acceder.

El martes explicaron el tantas veces erróneo uso de porqué, porque, por que y por quéEl siguiente apunte versó sobre el uso de fiscal y presupuestario, un apunte que recomienda reservar la voz fiscal para lo relacionado con los tributos y presupuestario para las cuentas públicas.

El jueves apuntaron los acrónimos fisigital y figital como alternativas adecuadas en español al anglicismo phygital.

Y ayer recomendaron utilizar las expresiones sobreexposición de los hijos o sobreexposición filial en vez de la voz inglesa sharenting con se hace referencia a la conducta de los padres que comparten de forma constante imágenes de sus hijos en internet.

Hablando de anglicismos, la anfibología de la viñeta que hoy publica Morten Morland en The Times nos ha llevado a reparar en que parece haber decaído considerablemente el uso de royalties, una palabra que Fundéu recomienda sustituir por equivalentes en español como regalía, canon o derechos de autor.


Pasamos al francés, porque un dibujo de Gérald Herrmann en Tribune de Genève pone de manifiesto que también ese idioma se produce una vacilación sobre el género gramatical de el/la covid-19 (Francamente, estás insoportable desde el covid / ¡La covid!).

Volvemos a Fundéu para concluir el recorrido por sus novedades  en El oteador de palabras donde Javier Bezos trata sobre  kawaiiprotestódromo, tija pijaentomofagia, panspermia y la popperiana falsabilidad. En el próximo seguramente no faltará amartizar.

Se ve muy poco humor inspirado en el lenguaje de signos. Por ello no queremos dejar de reseñar una viñeta de Bénédicte Sambo  publicada el día 10 en el diario '24 Heures' de Lausana, que olvidamos incluir en el apunte de la semana pasada. Curioso equívoco el que puede provocar la representación gráfica del signo utilizado para hacer referencia a la leche que, sin embargo, no provoca la versión dinámica de esa representación del gesto de ordeñar.

Las lúdicas facilidades que ofrece el apellido de Salvador Illa  propiciaron la publicación de numerosos postelectorales juegos de contraposición. Vergara confrontó el "efecto Illa" con el "efecto ayayay" en eldiario.es, mientras que La Tira y Afloja de La Nueva España lo hizo con el "efectillo". Jesús Zulet aportó, por su parte, un muy gráfico contraste entre la "Victorilla" y "¡La Victòria!".


Otras paronímicas contraposiciones fueron la de col-ón col-off del propio Zulet o, ya cambiando de asunto, el rap - rip de Pinto & Chinto.


Otra forma de contraposición, derivada de la polisemia de cortar, fue utilizada por Miki y Duarte en su crítica del día 18 del trtato que da al jamón el semáforo nutricional impulsado por el Mº de Consumo.  

Hacía tiempo que no dábamos con un retruécano en el humor de prensa y hoy es Padylla  quien sintetiza con uno el cada vez más chirriante encaje de Podemos en el gobierno de coalición con el Psoe. Pero seguimos sin noticias de cómo va el sueño de Pedro Sánchez.

En el apartado de frases célebres, recordar la viñeta de Peridis que ayer dio pie a un apunte sobre el famoso ¡La calle es mía! atribuido a Manuel Fraga, que nunca reconoció esa frase como suya. Pero en el citado apunte puede leerse el testimonio de Ramón Tamames, que fue quien la habría escuchado en una conversación telefónica que mantuvo a finales de 1975 con el entonces ministro de Gobernación.

La única referencia poética que vimos en el humor de San Valentín fue una doble paráfrasis de Garcia Morán en Gaceta de Salamanca. Una parodia del popular ¿Qué es poesía? de Bécquer, respondida con otra de los dos primeros de Volverán las oscuras golondrinas.

El popular poema "Roses are red" es un clásico del humor de San Valentín anglosajón (reseña 20202019). Nick Newmann aporta este año una versión adaptada a la covid-19. 

Pero lo que nos ha parecido verdaderamente sorprendente es el tuit del Banco Central Europeo con una declaración de amor en forma de promesa de financiación en condiciones favorables.

Andrés Faro citaba ayer incorrectamente, como es demasiado habitual, el XXIV de los Proverbios y cantares incluidos en el libro Campos de Castilla de Antonio Machado, publicado en 1912 (y ampliado en 1936 con 24 poemas adicionales).


Acompañamos la versión original que, como puede comprobarse, no comienza con ese "En España" injertado en un sumamente cuestionable ejercicio de equidistancia:

De diez cabezas, nueve
embisten y una piensa.
Nunca extrañéis que un bruto
se descuerne luchando por la idea

Proseguimos con José María Nieto, que publicó en Abc una versión del cuento de la lechera en forma de copla, a modo de sintético, además de acertado, balance de las elecciones catalanas. 

Pero ha sido el cuento de Alí Babá y los cuarenta ladrones, perteneciente a Las mil y una noches, el que ha tenido más éxito humorístico, como elegido que ha sido por Santy Gutiérrez y JJ Aós para sus reseñas de anuncio del cambio de sede del PP.

García Morán aporta una segunda viñeta. Una teriomórfica conversión de Santiago Abascal en el gato de Cheshire  de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll.

Y concluimos con el retrato de Joan Margarit realizado por Sciammarella que presidió la página que el suplemento Babelia de El País dedicó el miércoles al fallecido arquitecto y poeta.








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