No deja de ser curioso que haya sido ese esperpento de un helicóptero de la policía tiroteando las sedes de algunas instituciones venezolanas el que nos haya alertado, por medio de la pancarta que lucía, de que la 'bolivariana' constitución de ese país tiene nada menos que 350 artículos.
Y bien pintoresco el último, el que remata el Capítulo III dedicado a la Asamblea Nacional Constituyente, en que se proclama: "El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos".
Pero ya se ve para qué sirve un extenso fárrago constitucional en el que nuestro Word cuenta 36.720 palabras, mas del doble que en los 169 artículos de la ley fundamental española, cuando un tirano se hace con las armas. Pa na.
No es mal caso para reflexionar y debatir sobre la legitimidad de la violencia.
Entretanto, La Nueva España nos ha deleitado con una firme candidata a "provincianada del año" (enlace al texto de la noticia). Vean que manera de calzar en un titular, sí o sí, el escueto título de la última novela de Dan Brown.
Y eso cuando el próximo libro del autor estadounidense transcurre por Barcelona, Bilbao, Madrid, Sevilla,... pero no toca ningún rincón de esta olvidada Asturias.
Al menos el diario El Comercio ya no pretende haberle tenido estudiando en Gijón todo un año como hacía en una noticia de 2009 en la que hasta le asignaba novia, morena y de ojos azules, de nombre María ¡Bendita hemeroteca!
María, manifiéstate, ¿¡qué le hiciste a este hombre para que nos trate así!? Con el juego que podían haber dado esconder algo mismamente en algún rincón de los casi 900 km de galerías del pozo Sotón.
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